As Fragas do Eume, uno de los paraísos naturales más destacados de la provincia de A Coruña, esconde un tesoro gastronómico al final de las diferentes rutas existentes por la zona: la Taberna de Caaveiro. Se trata de un negocio familiar del que está al frente desde hace 11 años Carmen Blanco, con un equipo de confianza integrado por su hijo, su hermano o su cuñada. Se hicieron con el local porque salió a concurso y la ubicación es inmejorable: en plena naturaleza y con vistas al Monasterio de Caaveiro, del siglo XII.
"Es un lujo trabajar aquí y el boca a boca ha funcionado muy bien, además de las buenas críticas de Tripadvisor". Admite que la carta corta de la que disponen se basa en "poco y bien elaborado" y su oferta principal se basa en la estrella del establecimiento: los bocadillos. El más popular es el elaborado a base de tortilla de patata, pisto y pesto y que fue finalista del certamen gastronómico de Madrid Fusión en 2019.
A esta especialidad se une otra como el de lomo asado con queso de Arzúa y lo común a ambos son las dimensiones XXL, dado que un bocata es más que suficiente para compartir entre dos personas (se sirve partido).
"Nos gusta mucho recibir a la gente cuando llegan cansados de hacer las rutas de hasta 16 kilómetros que hay por la zona", cuenta satisfecha Carmen. También sirven tostas y postres caseros, entre los que destaca su torrija, con la que fueron finalistas en un concurso nacional de este tipo de dulce. Todos los productos son de proximidad y señala que el pan y la deliciosa tarta de almendra que tienen en carta son de la panadería Patricio de la vecina localidad de Pontedeume, donde elaboran el pan en horno de leña.
Receta propia de café de pota y pincho con la consumición
El café de pota de la Taberna de Caaveiro es único porque se basa en una antigua receta de la abuela de Carmen, que elaboraba el café de una manera especial los días de Patrón. En estas jornadas preparaba un flan de 24 huevos que dejaba haciéndose toda la noche en el horno de la cocina de leña y en el caramelo que se desprendía elaboraba posteriormente el café. "Nosotros usamos una receta parecida para darle un toque especial", cuenta la dueña de la taberna.
Desde el local, apuntan que cuatro personas comen con dos bocadillos, además de que tienen clientes que van asiduamente todos los fines de semana para disfrutar del pincho que sirven con cada consumición, siendo la combinación de café y tortilla una de las más aclamadas por los domingueros. Abren fines de semana y festivos durante todo el año si el tiempo y el estado de la carretera por la que se accede a este punto de As Fragas do Eume lo permiten y a partir de junio abren todos los días gracias a la llegada del verano.
Han llegado a tener hasta 50 comensales en la parte cubierta del local, aunque prefieren acoger a menos para una mayor comodidad, y en la parte exterior señalan que la gente se adapta a las mesas que hay y si no hay suficientes cogen los bocadillos para llevar y consumirlos en las cascadas del entorno o en el atrio del monasterio de Caaveiro, a unos escasos 100 metros.
La casa de piedra que alberga este negocio hostelero era el antiguo hogar de los guardeses, conocido como la Casa do Forno. El inmueble fue restaurado en los 90 y ahora cuentan con vigilancia 24 horas, algo que les animó a hacerse con el local al sentirse arropados en un lugar tan recóndito.
Opciones veganas y sin gluten
"Hay clientes que se han convertido en amigos de tanto venir en estos años", dice la responsable, que detalla que tienen opciones veganas y sin gluten dentro de su oferta, como la tosta de pisto con pesto y aceitunas o la Estrella Galicia sin gluten. También se sirven ensaladas que nunca son iguales porque se preparan con productos de temporada y cercanía de la plaza municipal, aunque la base siempre es buen tomate, lechuga, aceitunas o brotes de soja, entre otros ingredientes.
El ticket medio de una comida de cuatro personas con comida, bebida y postre es de 50 euros. Una persona come con medio bocadillo y una bebida por menos de 10 euros y si se pide una copa de vino el precio se eleva ligeramente a los 10,50 euros. Asimismo, estos soleados e inesperados días de buen tiempo en abril están llenando la Taberna de Caaveiro, que hace un tiempo estuve cinco meses cerrada al estar impracticable la carretera de acceso con incluso caídas de árboles.
Los granizados de fruta natural son uno de sus grandes atractivos los días de calor y actualmente elaboran uno de lima, limón y albahaca y otro multifrutas con fresa, plátano, naranja y limón. A su vez, tienen una firme apuesta por la sostenibilidad con el uso de productos reciclados, reciclables y biodegradables y en esta línea los envases de la comida para llevar son de cartón y las pajitas de acero.
De cara al futuro, la intención es seguir en la misma línea, porque sostienen que "cuando una cosa funciona mejor no tocarla". "La gente está contenta y eso nos retroalimenta, estar haciéndolo bien y que se valore es lo bonito de esta profesión que es muy dura", dice Carmen, a lo que añade que "miro más al cielo que una campesina", dado que dependen mucho del tiempo, que es quien determina cada semana la afluencia de clientes.