La Real Academia Española (RAE) define al bocadillo como un "panecillo partido longitudinalmente en dos mitades entre las cuales se colocan alimentos variados", aunque también recoge la siguiente acepción: "refrigerio que los trabajadores y estudiantes suelen tomar entre el desayuno y la comida".
Pero además de ser el tentempié; de a media mañana de muchas personas también es la opción culinaria elegida para las excursiones a la montaña o la playa, ya que es práctico, saciante y puedes rellenarlo con numerosos ingredientes: jamón y queso, atún y tomate, calamares y mayonesa...
Estas son algunas de las propuestas más clásicas, pero también hay quien se prepara bocadillos de chocolate e incluso de albóndigas, como elabora cada día La Esquina de Valentina en su ya emblemático local de la calle Galera, en pleno corazón de A Coruña, si bien esta no es la propuesta más original que esconde su carta.
Un bocadillo de caldeirada
Tampoco lo es el bocata de jabalí con setas, ni el bao de guiso de curri, ni el bocata de xarda (caballa) con algas, sino el bocadillo de caldeirada de raya, un clásico de la cocina gallega, que el chef de La Esquina de Valentina, Nacho Moreira, presenta entre dos crujientes panes con pimentón.
El local especializado en bocadillos con sabor a mar incluye en su carta esta atípica, pero muy sabrosa propuesta. La caldeirada de raya es una clásica receta de la cocina gallega y también uno de los modos más sabrosos de cocinar de este pescado de carne blanca y suave, que cuenta con su propia fiesta en la villa marinera de Portonovo (Pontevedra).
El bocata de caldeira de raya es uno de los platos más especiales de La Esquina de Valentina y está disponible por 10 euros. Si añades un refresco o una copa de vino, la cuenta no debería pasar de los 15 euros, aunque si te quedas con hambre también probar el bocadillo de xarda con algas.
Este es uno de los favoritos de Nacho Moreira por su toque salino, si bien "no es el que más se vende", según reconoció a este medio. Otro bocadillo original y poco común es el de albóndigas de jabalí con setas. "Cuando lo hicimos pensaba que iba a quedar un bocata bruto y resulta que no, todo lo contrario, sabores súper reconocibles y finos".