Comer comida casera en un acogedor entorno como la típica cocina de las abuelas al calor de la leña es posible en Casa Tomé. Se trata de un local con más de medio siglo de historia ubicado en Coirós (A Coruña) que comenzó como bodega vendiendo vino de la casa para pandillas que se pasaban por la zona y que por casualidad empezó a elaborar tortillas de patata pero con un método poco habitual: al fuego de la leña.
Este tipo de elaboración hace a estas tortillas únicas, por lo que comenzó a correrse la voz en sus inicios y a esta especialidad se le fueron añadiendo otras opciones para picar como chorizos hechos también en la leña, jamón, pimientos de Padrón, empanada sobre todo los fines de semana y cocido o carne asada por encargo.
Casa Tomé se debe al apellido de la familia que está detrás del negocio, los Tomé, y Carmen, la actual responsable (que sirve en el restaurante desde hace 30 años), es hija de los fundadores, su padre Manolo y su madre Josefa, que abrieron las puertas de su casa como lugar de comidas hace aproximadamente 55 años.
Desde hace casi dos décadas ya no venden vino de la casa porque una de las grandes viñas que tenían ya no existe a causa de que actualmente por ese punto pasa la autovía.
Terraza exterior y clientes ilustres
La tortilla hecha al fuego con leña es la única modalidad de elaboración de tortilla que conocen en la familia Tomé y para muchos comensales asiduos al restaurante claramente la mejor frente al modo de preparación tradicional en la cocina de casa.
"Empezó a venir más gente porque se corrió la voz, en aquella época no había móviles", explica Carmen, que ahora está al frente del restaurante junto a su hija, todo ello en la hermosa casa familiar de piedra cuya parte superior sirve de vivienda para su madre, ya centenaria, y su hermana.
Tal fue el éxito de la cocina de Casa Tomé que el fundador de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, Amancio Ortega, ha comido en múltiples ocasiones en el local, sobre todo hace años, según cuenta Carmen, cuando su madre estaba al frente y Ortega le llamaba para encargar tortillas y así coger fuerzas en sus largos viajes a Madrid o Barcelona para abrir nuevas tiendas de Zara.
Tal es la cercanía que se creó entre él y su progenitora, que recientemente cuando ha cumplido 100 años el propio Amancio ha acudido a visitarla para felicitarle en persona. "Aquí empezó y aquí sigue", dice orgullosa Carmen sobre el negocio familiar, que cuenta con un comedor interior anexo a la parte de cocina que también tiene mesas y una extensa terraza al aire libre ubicada entre árboles y en la finca de la vivienda.
"Es como si se comiera en casa de los abuelos, el mismo entorno acogedor", detalla la dueña, que añade que decenas de tortillas se despachan diariamente, sobre todo en verano.
"El 50% de lo bueno de la tortilla lo hace el fuego de la lareira, sabe completamente distinta", cuenta Carmen, y los precios destacan por económicos y ajustados en función del tamaño de la tortilla y que no han variado desde antes de la pandemia: desde 15 a 18 y 20 euros.
Uno de los encargos más grandes y especiales que recuerdan fue para una comunión en la que tuvieron que elaborar hasta 70 tortillas para un solo día.
La popularidad de casa Tomé también llegó al mundo de la política y se han sentado a su mesa Álvarez Cascos o José Bono, además de gente del mundo de la interpretación como el actor Maxi Iglesias y deportistas míticos como los jugadores del Deportivo Manuel Pablo, Valerón, Ayoze, Aythami o Fran, que continúa en la lista de clientes habituales.
Futuro incierto
A pesar de lo próspero del negocio, Casa Tomé en principio tiene los días contados, ya que la actual responsable admite que si su hija no coge el testigo del restaurante tras su inminente jubilación cerrarán sus puertas este diciembre o como tarde en agosto de 2025. "Este trabajo es satisfactorio pero muy esclavo, mi madre trabajó hasta los 70 años pero yo no quiero", admite.
"Desgraciadamente Coirós se quedará sin tortillas salvo que mi hija cambie de idea", advierte Carmen, que incide en que la tradición familiar siempre se basó en elaborar comida de pota con butano "pero las tortillas siempre en leña".