Los nostálgicos están de suerte en A Coruña porque un local hostelero de los de toda la vida ha regresado: la hamburguesería Feypo. Se localiza en la calle Menéndez y Pelayo 9 y está al frente Carlos Ferrín, más conocido como Charlie, el hijo del fundador.
El mítico establecimiento fue una de las primeras hamburgueserías de la ciudad, donde aterrizó en 1975 y el año que viene cumplirá medio siglo. La aventura comenzó de la mano del padre del actual responsable, que residía en Reino Unido y se mudó a Galicia importando especialidades como las burgers.
El recorrido del local se vio ensombrecido hace años con la muerte del fundador y posteriormente la inesperada pérdida de su hijo Steven. La mujer del responsable de Feypo rememora que la hamburguesería era "un local muy mítico porque la zona concentraba mucha población de familias en la Avenida de Arteixo" y se muestra satisfecha de que "la generación de clientes de antaño esté volviendo a venir".
"Los fieles son gente que salía por Pirámide y Chaston y venían al acabar la fiesta", asegura. El emblema es el Especial Feypo, un bocadillo que ideó Charlie Ferrín en su juventud cuando se cansó de comer hamburguesas. Consiste en un perrito a base de una barra de pan abierta a la mitad que contiene una salchicha roja aplastada y cebolla pochada elaborada con salsa propia.
Sándwiches, hamburguesas completas y patatas Bonilla
El nombre del Feypo se debe a la sociedad original que fundó el establecimiento, Ferrín y Pombo, y el menú se divide en hamburguesas, el bocata Especial Feypo, el sándwich mixto y las patatas Bonilla en bolsa. Abrió el 24 de octubre sobre todo como un proyecto nostálgico y conserva la carta original.
Huyen de las smash burgers y recetas rebuscadas y apuestan por productos con los que la gente se pueda permitir acudir al local a diario para comer o cenar. La burger completa lleva lechuga, tomate, cebolla y queso y pan de panadería, aunque han incorporado la opción del pan brioche.
La carne es de vaca de una empresa de carnes premium. También se puede pedir burger con queso, un sándwich mixto o una de vaca madurada premium con cebolla estilo Feypo, queso y tomate. "Hay gente que busca comer una hamburguesa sin más, algo rico y a precio razonable", aclaran desde el local, donde la burger completa no llega a 8 euros.
"La gente nos dice que es todo igual, que la comida del Feypo no ha perdido su esencia original", presumen, a la vez que hay un espacio en la pantalla de menú (de momento vacío) para colaboraciones temporales con cocineros locales.
El tiempo entre que el cliente pide y se le entrega la comanda es de siete minutos. Para agilizar el proceso disponen de un sistema de autopedido y conservan elementos originales como el ventanuco por el que se pedía a altas horas de la madrugada o la barra para consumir al lado de grandes espejos.
La diferencia más notable es el espacio, que en los inicios del Feypo era de unos 20 m2 y no descartan ampliar horizontes con la apertura de más locales en un futuro próximo.