En la Ciudad Vieja de A Coruña se encuentra desde junio un rincón gastronómico que a pesar de tener un recorrido de pocos meses en la ciudad, el cariño puesto en el proyecto le hizo crecer rápidamente y hoy presume de una clientela cada día más numerosa y un 'Solete con Solera' de la Guía Repsol, ranking que premia a negocios "auténticos".
Se trata del Rodolfus de la calle Damas 2, con la pareja integrada por Leo y María al frente y sus tres hijas muy presentes, ya que el nombre se debe a una broma relacionada con su nacimiento.
La idea inicial para el local era que fuese una tienda online, pero hoy es un espacio de degustación, con tienda de alimentación y vinoteca en el que se sirven desde cuidados desayunos, hasta deliciosos pinchos de queso con una buena copa de vino o elaboradas cenas a base de productos que tienen a la venta y preparan al momento (no disponen de cocina). Dentro de su oferta prima que "lo que no es gallego, no entra", admiten con humor.
200 referencias de vino y productos con etiqueta propia
"Los productos que tenemos a la venta los elaboramos de manera sencilla para que la gente los pruebe y si le gustan se los lleve a casa y los replique o hagan sus propias versiones", resumen. El producto más vendido es el vino, con hasta 200 referencias, todas ellas a la vista en una elegante bodega en la que cuentan con una guarda, es decir, vinos que con las características adecuadas para envejecer correctamente en botella.
Las conservas del mar tienen mucha acogida, sobre todo las navajas o mejillones emulsionados a los que se da un toque especial al servirlos con una prensa francesa. "Hacemos todo en directo y a la gente casi lo que más le gusta es el show de la elaboración", explican. Otros imperdibles son el pato en conserva y el jamón de pato de Anadés e incluso los no tan habituales caracoles.
Algo sorprendente ha sido la acogida del dulce por el público, desde galletas hasta miel, triunfando la tarta de Arzúa de Mamá Teresa de almendras y huevo. A esto se añaden cuatro sabores de mermeladas artesanas que se elaboran exclusivamente para el Rodolfus y productos que deleitan al paladar como el Zumiño, zumo de manzana natural cultivada y elaborado en el Baixo Miño, o los alimentos veganos de Vanetta Food como el cachopo o quesos semicurados.
Se puede comer caliente, como pulpo al estilo Rodolphus, junto a tostas, cocido o un potaje de garbanzos. "Máxima calidad, mínimo esfuerzo. Presentamos a la gente cosas que puedan hacer ellos mismos aunque no tengan ni idea de cocinar, solo calentar y presentar bonito el plato", dicen.
Cada bebida lleva asociada su pincho y sobre la clientela, los dueños del establecimiento concretan que "son gente disfrutona". "Hablamos mucho con ellos, aunque a veces tengan que esperar son conscientes de que les vamos a dedicar su tiempo porque pretendemos que se sientan en casa", invitan.
El ticket medio para unos vinos o cañas con su pincho está en 15 euros y si se sientan dos personas a cenar podría elevarse a unos 25.