En 1969, Pink Floyd editó su cuarto disco de estudio. Decidieron llamarlo Ummagumma en honor a uno de sus pipas, que usaba esta expresión para referirse a prácticas sexuales. En agosto de 2015, Sergio Antón y Diego Veiga decidieron abrir un local en la calle del Orzán. Se llamó, también, Ummagumma. Cuatro años después sigue ubicado en el antiguo bajo de otros emblemáticos establecimientos como Casa da Lubre y Namoreira.
Ummagumma se puede considerar un homenaje en su totalidad. Homenaje a la música que Sergio y Diego mamaron durante años. Homenaje a locales ya cerraron en la ciudad, como el Crápula. Homenaje a la comida que cautivó a Diego en Austin. Y homenaje a los subgéneros cinematográficos más underground.
Todo en el Umma transporta a un lugar. Su comida, su bebida o su música. Locales así ya no hay en A Coruña. Hasta las doce, uno puede degustar sus platos tex-mex. De ahí en adelante, la noche pide algo fresco. Puede ser una cerveza artesana, unos margaritas o daikiris, una copa más fuerte o una michelada. Todo ello está aderezado con rock and roll de los 50 en adelante y películas "raras" con las que quedarse embobados. Hablamos con Diego y Sergio sobre el Umma y qué les llevó a comenzar esta aventura.
Comida "ácida" y alma musical en el Orzán
¿Cómo surgió la idea?
Diego: Siempre hemos currado en bares. Yo he compaginado música y hostelería. Cuando volví de Madrid trabajé 5 años en el Bristol y después quise abrir mi propio local.
Sergio: Yo soy de Barcelona y allí toda mi familia se dedica a esto. Trabajé en una empresa, hubo un ERE, me tomé un año sabático y después me uní a Diego y su idea. Éramos amigos de la noche coruñesa.
¿El ambiente psicodélico del local era innegociable?
Diego: Venimos de eso. Cuando surgió este local teníamos la idea de rendir homenaje a los locales en los que crecimos, como el Rock and Roll del Orzán, el Crápula…
Sergio: Somos una pequeña taberna de rock and roll underground, que recoge todas sus vertientes. Tenemos una identidad musical y estética. Queremos ser un punto de reunión y mover la noche a nivel musical.
¿Había más locales de este estilo cuando abristeis?
Sergio: La verdad es que creo que no. A nivel rock and roll, está algo muerta la noche en A Coruña. Ya que tienes que trabajar, tienes una buena banda sonora.
Llama mucho la atención las películas de serie B que se pueden ver en el local mientras tomas algo.
Sergio: Ese es Diego, que es un fan.
Diego: Teníamos la intención de tener un proyector. Solo proyectamos películas de los 60 o 70, serie B, serie Z, Grindhouse… Intentamos que tenga algo de coherencia.
¿Fue difícil darle vuestro estilo al Ummagumma?
Sergio: Yo creo que es un estilo muy abierto. Tiene cosas de los 50 para adelante. Se mezcla todo un poco. Somos bastante abiertos. Esteticamente, todo está pensado: las fotos, los collage… Es un mix de la vida de Diego y la mía.
De hecho, en los vinilos que cubren las mesas te puedes encontrar imágenes de Luis Suárez y Amancio y otros detalles de la ciudad.
Diego: Intentamos meter referencias de A Coruña y de la vida de la época. Fotos de la ciudad, del fútbol de la época… Nos reunimos varios días y metimos de todo. Imágenes de lo que nos gustaba y nos identificaba.
¿Costó mucho crear este ambiente?
Sergio: Yo no noté que fuese un esfuerzo extra. Es lo que nos gusta. Si vas a nuestras casas, verás algo parecido.
Diego: Con el dinero que teníamos, hicimos todo lo que pudimos. Tuvimos muchos amigos detrás que nos han ayudado con el logo, la pintura…
¿Siempre quisisteis tener cocina?
Sergio: Desde el principio, pero planteado en plan taberna. No hacemos una cocina elaborada. Hacemos platos tex-mex pasada por un filtro de productos gallegos.
Diego: De hecho, cuando abrimos teníamos horario de mediodía para comidas, pero al final creo que la gente asocia este local a la noche.
Nuestra intención es la de ser un bar de los de siempre. Yo estuve viviendo en Austin y este tipo de locales se lleva mucho. Nuestro público es cada vez más ecléctico. Un cliente nos dijo el otro día: "No conozco nada de lo que suena, pero me encanta. Me siento como en una película de Tarantino".
Sergio: La cabra tira al monte. Además, no tenemos opción de tener terraza. Nos limita mucho eso en verano. Además, la zona es típica de pubs y está asociada a la noche.
¿Ha variado mucho la carta?
Sergio: Los primeros meses estuvimos viendo qué funcionaba, pero ahora ya tenemos unos platos fijos. Los fines de semana sí que añadimos cosas nuevas, algún plato como el guacamole.
¿Cómo fueron aquellos primeros meses del local?
Sergio: Duros, pero la gente reaccionó muy bien. Pero, cuando te das cuenta, han pasado cuatro años. Además, abrimos la semana del Noroeste.
Que es una semana importante para el local.
Sergio: Es nuestra semana grande. Todos los días son sábado. Además, somos conocidos en el mundillo del rock and roll. Es raro no encontrarse a la una a varios de los grupos que han tocado ese día tomando una copa.
Diego: Viene mucha gente de fuera, gente de las bandas, que viene de vacaciones…
¿Qué música suena en Ummagumma?
Sergio: En principio, de los 50 en adelante. Y cualquier cosa que suene de los 90 o siglo XXI suele ser un revival. Diego es el más coco de la música, yo me he quedado estancado en mi época. Pero todo suele ser rock and roll, psicodelia… Es un mix de los dos.
Diego: No tenemos Spotify. Tenemos un ordenador súper viejo que no aguanta Internet. Tenemos un disco duro con todo lo que necesitamos. Somos unos buenos frikis.
Sergio: Ojalá pudiésemos tener un vinilo para pinchar, pero aquí no entra. Eso sí, cuando hay pinchadas, son en vinilo. Aquí el CD no entra. Hay días que solemos poner una canción uno y otra el otro.
¿Aceptáis peticiones?
Sergio: Sí, pero son aceptables. Te pueden pedir Black Sabbath o The Kinks. No te piden Manu Chao o U2. No es un lugar para eso.
Imagino que habrá buen rollo con los locales de la zona.
Diego: Se ha generado un ambiente muy bueno. Con Brais y Pedriño de la Cova nos hemos hecho súper colegas, vienen a cenar mucho aquí. Tenemos que crear este ambiente porque, al fin y al cabo, está Palexco y nosotros. Nos ayudamos mutuamente.
Sergio: Somos cuatro gatos. Y ahora el Concello se ha puesto serio con el Orzán y yo creo que nosotros no somos sospechosos de montar mucho problema. Esta zona siempre estuvo en el punto de mira, pero creo que se sabe diferenciar entre quienes tienen problemas y los que cumplimos las reglas.
¿Qué es lo que más pide la gente?
Diego: Lo que más vendemos es cerveza. Hemos añadido un montón de cervezas artesanas y tenemos también un tirador que vamos cambiando semanalmente. Está claro que todos tenemos menos dinero en el bolsillo y la gente se piensa mucho en qué gastarlo.
El nombre del local vendrá por el disco de Pink Floyd, imagino.
Sergio: Por el cuarto LP de Pink Floyd, sí. A Diego le gustan, pero a mí no. Sin embargo, el nombre se me ocurrió a mí (risas).
Diego: Buscábamos un nombre pegadizo, que representase al local y que fuera solo una palabra. La gente al final lo llama como quieren: el Umma, el Uma Thurman… (risas)
¿Alguna anécdota en estos cuatro años?
Diego: Recuerdo cuando vinieron a tomar algo The Hives. No se cabía.
Sergio: Vinieron directos aquí. Recuerdo que estaba yo en la puerta y flipé. Pero bueno, es normal que en el Noroeste vengan muchas bandas, algunas que nos gustan mucho a nosotros. ¿Otras anécdotas? Lo que pasa en el Umma, se queda en el Umma (risas).
Lo cierto es que el Umma es diferente al resto.
Diego: Apostamos por un local con personalidad. Y creo que lo hemos conseguido.
Sergio: A nosotros nos gustan las luces rojas, la música alta, comida picante y películas raras. Así se resumiría el Umma.
Como buenos hosteleros…
¿Un plato de la carta?
Sergio: Unos nachos.
Diego: Exacto, es lo nuestro.
¿Una bebida?
Sergio: Una michelada, que Diego las hace cojonudas.
Diego: Cualquier cosa. Tenemos también margaritas y daikiris granizados muy buenos.
¿Una banda de música?
Sergio: Small Faces por decir una, pero yo soy más de canciones.
Diego: The Beatles, Pink Floyd y Black Sabbath. La santa trinidad.