Nado, Árbore da Veira, Salitre. Son algunos de los restaurantes de alta cocina que conviven hoy en día en la ciudad. La Bombilla, Raxería As Neves, O Pendello. Son otras casas de comida que todavía perduran en el callejero gastronómico coruñés. Pero hay muchos otros locales que han echado el cierre. Restaurantes muy conocidos por coruñeses de varias generaciones que ya no existen, pero donde se comía de maravilla.

Repasamos algunos de los más conocidos, que dejaron un hueco en la cocina coruñesa. Coral, Casa Pardo, Alborada o Casa Polo ya no están, pero serán recordados por los amantes del buen comer.

La Iebolina

En la calle Capitán Troncoso 18 estaba desde 1973 este restaurante especializado en pescados y mariscos, fundado por Antonio Acevedo, el primo del dueño del Yéboles, que desde 1940 sigue abierto en la misma calle y donde antes trabajaba. Este restaurante estuvo abierto alrededor de 40 años y todavía hay quien recuerda su salpicón o los santiaguiños que muchas veces tenían.

El Coral

El Coral, una leyenda de la gastronomía coruñesa.

Hace casi dos años que el restaurante Coral echó el cierre tras más de medio siglo de su apertura. Este emblemático local de la Marina era uno de los clásicos de la hostelería coruñesa y gallega. Un dato que deja claro la importancia del Coral para la gastronomía coruñesa es que era el restaurante gallego que más años consecutivos había estado recomendado en la guía Michelin. Un total de 57, de los 63 que duró abierto.

En su menú uno podía encontrar multitud de platos tradicionales gallegos. Desde marisco, que también decoraba las vidrieras de su entrada, a carnes de origen gallego. El Coral fue el centro de reuniones de varias generaciones. Ahora, en su local está Nado, del chef Iván Domínguez. Un concepto totalmente rompedor de cocina tradicional que ejemplifica el cambio de época en los fogones.

Los dos Duna

El Duna de Oleiros y el Duna 2 estaban considerados dos de los mejores restaurantes de la zona de A Coruña en los años 50, 60 y 70. Según cuenta gente que vivió esa época, eran referentes de la cocina de toda Galicia por sus pescados y sus cigalas a la plancha. El Duna original estaba en Oleiros, pero tras el éxito inicial se decidió abrir uno en A Coruña, en la calle de la Estrella, justo enfrente del primer local del Coral. Por la cocina del Duna 2 pasó de joven Pablo Gallego y otros hosteleros coruñeses como Jose Merelas de O’Mascoto.

La Viña (ahora A Viña das Travesas)

En la Avenida del Pasaje 123, donde ahora se encuentra un restaurante con el nombre A Viña das Travesas, estaba el restaurante original La Viña, cerrado originalmente en 2005. El local actual, abierto en 2011, mantiene su sensacional emplazamiento frente al a Ría de A Coruña y Perillo. En la zona del Pasaje desaparecieron también otros restaurantes como el Galicia o el Pasaje.

El local actual mantiene como homenaje el cartel del original

Alborada

Precisamente Iván Domínguez fue el encargado de preparar el último servicio del restaurante Alborada. Este local con estrella Michelin cerró sus puertas en pasado verano, después de 12 años de actividad. Además de Domínguez, este local situado en el paseo marítimo también sirvió para dar a conocer a Luis Veira, que ahora posee Árbore da Veiga en el monte de San Pedro.

Servicio ajetreado en el Alborada.

Alborada surgía en el 2006 como "un proyecto gastronómico innovador, trascendente y emocionante, capaz de transmitir la identidad y valores de la cocina atlántica del siglo XXI", tal y como afirmaban desde el grupo Amicalia, responsable del restaurante.

Marisquería Fornos en calle Olmos

En el número 27 de la calle Olmos, donde hoy se alza el Brasa y vino, estaba la marisquería Fornos.

A Estación de Cambre

A Estación de Cambre cerró sus puertas hace 2 años, tras 15 de actividad y 7 con estrella Michelin. La comarca coruñesa perdía así otro local con el más alto distintivo de calidad. El deterioro en la relación entre Juan Crujeiras y Beatriz Sotelo, socios en A Estación, terminó conduciendo a este establecimiento a su clausura.

Ambiente acogedor en el antiguo restaurante A Estación de Cambre.

Fue un colofón abrupto para un restaurante con una cocina de vanguardia, con una clientela fiel y un sólido reconocimiento del sector. Crujeiras abrió Bido en el entorno de la plaza de Vigo coruñesa y Beatriz Sotelo se incorporó el pasado mes a Illas Gabeiras, en Ferrol, haciéndose socia de Miguel Ángel Campos.

Casa Pardo

Casa Pardo fue el primer restaurante coruñés en conseguir el distintivo de la estrella Michelin. Lo que surgió como una casa de comidas para los marineros del Puerto terminó siendo uno de los locales gastronómicos de referencia en la ciudad y cuna de varios profesionales que siguen demostrando sus buenas dotes en la cocina.

Eduardo Pardo Pereira, Eduardo Pardo Gago y Ana Gago, en el antiguo restaurante Casa Pardo.

El local estaba situado en la calle Novoa Santos y fueron Eduardo Pardo y Ana Gago quienes lo encumbraron. Después sería el hijo de ambos, Eduardo Pardo Gago, quien se haría cargo de la cocina, también en el restaurante de la Domus.

La viuda de Alfredín, El Botanita y Casa Polo

En 1932, Carmen Botana López abría La viuda de Alfredín. En 1981 cerraba sus puertas este establecimiento situado en las proximidades del estadio de Riazor, en Manuel Murguía, frente a Las Esclavas. Solo los más veteranos recordarán el menú de esta casa de comidas, basado en platos tan tradicionales como la tortilla (a la que le incorporaban jamón como distintivo de la casa), la merluza rebozada o los callos.

La viuda de Alfredín, en Manuel Murguía, donde hoy está el bar Estadio.

De La viuda de Alfredín surgieron otros dos restaurantes con mucho nombre en la ciudad: El Botanita y Casa Polo. El primero estaba situado en la plaza de Portugal y continuó con la tradición de que la tortilla fuese el principal reclamo. El segundo cerró en el 2010, curiosamente el día que España ganaba su único mundial. Casa Polo estaba regentado por la hija de Carmen Botana López, Emilia Álvarez, conocida como Chucha. Como en el restaurante de su madre, los callos, la tortilla y la merluza eran las señas de identidad de esta casa de comidas.

Las otras viudas

Rivalizando con la fama de la Viuda de Alfredín estaban los otros integrantes de "las tres viudas", de fama en toda España: Viuda de Naveiro y Viuda de Salvadores. Viuda de Naveiro se ubicaba en la plaza de Santa Catalina e inicialmente se llamaba Naveiro, cambiando de nombre tras el fallecimiento de éste. Era famoso por su salpicón de marisco entre otros muchos platos, y por sus empleadas y empleados vestidos de negro y con delantales blancos. En la misma Plaza de Santa Catalina estaba la tercera de las viudas, la Viuda de Salvadores.

Novo Cancelo y Marisquería Suso 2

No hay que confundir este establecimiento situado en la Plaza de Portugal con los todavía en funcionamiento Marisquería Cancelo de la Ronda de Outeiro ni con el Cancelo, a secas, una encantadora taberna de la cercana calle Pascual Veiga. El Novo Cancelo de la Plaza de Portugal era también un sitio especializado en marisco.

A principios del siglo XXI el Novo Cancelo cerró, pero para dar paso a la Marisquería Suso 2, por lo que las centollas siguieron circulando por el mismo número 7 de la Plaza de Portugal. Hace pocos años Suso 2 cerró definitivamente y donde antes se servía marisco ahora se sirve comida china en el restaurante Wok Wang.

Donde antes estuvieron el Novo Cancelo y el Suso 2, ahora está el restaurante chino Wok Wang

El Bosque

Además de una conocida discoteca, El Bosque también tenía un restaurante donde se organizaban grandes banquetes, como bodas o comuniones. El establecimiento tenía una terraza en la parte delantera para los prolegómenos y un jardín posterior, donde solían jugar los niños una vez acababan de comer.

El bosque, además de discoteca, tenía un restaurante acto para grandes banquetes.

El local, situado en el embalse de Cecebre, cerró sus puertas y pasó a ser un edificio abandonado a merced de los vándalos. Llegó a incendiarse y hubo que tapiarlo para evitar males mayores. El establecimiento había sido embargado en el 2013.

El Manjar

Dicen que la tortilla de El Manjar era la mejor de España. Personalidades como Amancio Ortega o Lendoiro eran habituales de este local situado en la calle Alfredo Vicenti. En el año 2015 echó el cierre de forma repentina debido a problemas económicos.

La tortilla de El Manjar, un clásico en Alfredo Vicenti.

Era otra de esas casas de comidas que gustaban mucho a los coruñeses. Una cocina tradicional que se puso de moda y dejó de ser para todos los bolsillos. La calidad de los productos de El Manjar no tenía discusión. José Manuel Crespo, Crispi, regentó el local hasta su cierre.

El Criollo de Santa Cristina

Situado en una de las calles que dan a la Avenida de Santa Cristina estaba otro clásico coruñés, El Criollo, una parrillada inaugurada en 1969 que ha estado casi 50 años en activo. Cerró en el año 2016 aproximadamente, dejando a esta zona huérfana de uno de sus restaurantes más emblemáticos.