Han echado el interior del edificio abajo y han creado un multiespacio de dos plantas que lleva por nombre Cantón 23, dando vida al bajo que fue Marita Ron y antes los ultramarinos Aniceto, habilitando viviendas en las plantas superiores.

El gastrobar (AN)

Es un proyecto del equipo de Finca Montesqueiro, que lleva un año volcado en dar vida a este espacio eligiendo una decoración cuidada al detalle y el respaldo del saber hacer de su alma máter. Tela de saco en el techo, muebles de inspiración nórdica y diseñados a medida, con plantas y pequeños árboles que dan vida a cada una de las esquinas.

Techo acristalado (AN)

Avanzando por el local, llegamos a una barra curva donde degustar cócteles con la asesoría de David Ortiz. Al fondo, el espacio con lucernario acristalado que llaman gastrobar. Se puede sentir la lluvia golpeando sobre las cabezas, mientras se visualiza un video mapping que se proyectará periódicamente al fondo de la sala y suena música suave a través del hilo musical que llena el espacio.

Barra de pinchos (AN)

Toda una experiencia sensorial que culmina en el paladar. Ángel Cuquejo estará en los fogones, ofreciendo una completa carta de desayunos hasta las 12:00, momento en el que empezará el tapeo con una variedad de pinchos que van desde las gildas a la clásica tortilla.

Más pinchos (AN)

"No lo concebimos como un restaurante, sino algo más dinámico en el que se pueda ir de un espacio a otro, pasar de la barra de tapeo al gastrobar, y de ahí a la barra curva a tomarse uno de los cócteles", explica Lucía Cidón, que aclara que la idea es abrir todos los días, que exista rotación y posibilidad de disfrutar del local en los diferentes momentos de la jornada.

Esquina de tapeo (AN)

Quisieron recordar al ultramarinos Aniceto que ocupó antaño el espacio, con guiños en vitrinas en las que ofrecen algunas conservas y dulces gourmet. Una elegancia que se respira en el local y que nos puede llevar por momentos un siglo atrás en el tiempo.

Las escaleras que llevan al piso superior (AN)

Unas escaleras y también un ascensor llevan a la planta superior en la que también se juega con materiales como el vidrio, el metal y el hormigón desnudo. En la planta de arriba está la amplia cocina, los baños y un reservado con espacio para 16 personas sentadas a la mesa o la posibilidad de habilitarlo para un cóctel con 20 o 25 personas de pie, que estará disponible para reservas.

AN

La inauguración privada tendrá lugar mañana y se espera que la próxima semana se abra al público para descubrir todos los secretos por ofrecer del Cantón 23.