Los amantes de los videojuegos tienen en Sector 7 un oasis en el que disfrutar de esa pasión y socializar en un sorprendente local de hostelería. Este establecimiento de la calle Rubine es el primer gaming bar de A Coruña.
No es un local dedicado a los videojuegos cualquiera. Lo normal es que estos espacios prioricen los ordenadores y las videoconsolas a su aspecto más hostelero. Pero José Macía, con años de experiencia en locales del Orzán, decidió darle la vuelta a la tortilla.
En Sector 7 tiene mucha importancia el apartado gastronómico, con diferentes propuestas que tienen como elemento común la carne asada. Gracias a su horno de carbón, pueden preparar a fuego lento distintos tipos de carne. Las cenas en grupo están a la orden del día en este gaming bar.
En Sector 7 hay 15 ordenadores de alta gama y dos videoconsolas de uso libre. Estas últimas son accesibles desde la barra, lo que permite a los clientes pedirse algo de beber y, al mismo tiempo, un par de mandos para echar un partido de Fifa 20 o una pelea de Tekken. José Macía nos explica todas las peculiaridades de este local único en A Coruña.
Por y para los videojuegos
¿Cómo surge la idea de abrir este local?
Nosotros estamos metidos en el mundillo del videojuego. Hemos montado algunas Lan Party, eventos como la Hobbycom y otros relacionados relacionados con juegos de mesa. Vimos que el negocio de los gaming bar estaba creciendo y que había en casi todas las ciudades, así que nos lanzamos a la piscina. Teníamos experiencia en hostelería y nos pusimos a ello. Tengo la suerte de trabajar con amigos con los que he trabajado durante mucho tiempo.
¿Te fijaste en algún local en particular a la hora de crear Sector 7?
No. De hecho es muy peculiar dentro del sector. Los locales de gaming normalmente están más centrados en los videojuegos. Son lugares más tranquilos, con más espacio para los ordenadores y las consolas, con una zona de bar más descuidada. Aquí, sin embargo, tienes distintos tipos de café, tienes comidas, hacemos costillar asado cada mes. Muy gaming no son esas cosas (se ríe). Sí que tenemos mesas amplias para jugar a juegos de mesa, hay consolas de uso libre… Pero básicamente somos un bar.
¿Era algo meditado?
Lo teníamos ya pensado porque venimos de trabajar en bar. Quisimos aprovechar este nicho de mercado que hay en A Coruña
¿Cómo fueron los primeros meses?
Raros. Lo cierto es que al estar metidos en el mundillo del videojuego tenemos contactos y amigos, lo que nos ha generado un público muy fiable y fiel. Desde que abrimos ya hubo gente que se hizo fiel del local. Quizá fue menos dramático que en otros sitios recién abiertos. Nosotros ya habíamos tocado a nuestra gente para que supiese que existíamos. Está claro que a la típica señora de La Coru (sic) este bar no le va a gustar. Pero siempre hay caras nuevas y vamos sumando clientes.
¿Qué eventos soléis organizar relacionados con los videojuegos?
Tratamos de ser muy activos en Instagram, donde anunciamos lo que hacemos. Intentamos organizar cada mes una velada de juegos de mesa, algún evento de coctelería, algún otro relacionado con comida, torneos de videojuegos… Algo muy variado, para dar opción a todo el tipo de público que tenemos aquí. Por ejemplo, si organizamos una noche de juegos de mesa la media de edad es de 30 años. Si hacemos un torneo de Fortnite, es de 14. El público cambia drásticamente.
¿Qué días son los más fuertes?
Sábados y domingos, sobretodo. Por la semana hay una media de edad más baja.
¿Viene mucha gente a curiosear?
Sí que viene mucha gente. Hay gente que reserva para cenar y después se echan unas partidas al Tekken.
¿Qué tipo de cocina tenéis?
La verdad es que heredamos el bar bastante bien montado para una serie de productos y hemos intentado adaptarnos a ellos y darles nuestro toque particular. Tenemos un horno de carbón que nos permite hacer paleta de cerdo toda la semana. Lacón asado o pulled pork, como lo quieras llamar. Con eso hacemos sándwiches y otros platos. Nuestra carta pivota en torno a eso. Después tenemos croquetas, nuggets, palitos de mozzarella… Algo de picoteo para la tarde, vaya. De cena, siempre tenemos algo fuera de carta, como chile con carne, nachos con guacamole, costillar, cinta de lomo con parmesano… No tenemos un estilo único, pero nos acercamos al tex-mex.
¿Habéis llegado a tener un exceso de demanda de ordenadores o consolas?
Las consolas están llenas casi siempre. Los ordenadores, cuando hay algún juego en un momento álgido a nivel competitivo. Por ejemplo, ahora acaba de empezar la temporada nueva de League of Legends y viene mucha gente.
¿Retransmitís los eventos especiales de ciertos videojuegos?
Sí, abrimos con horario especial para retransmitir las entregas de premios como los Games Awards o eventos como la Blizzcon. Tienen mucho éxito esas veladas, porque normalmente la gente no socializaba para ver esos eventos y nosotros les damos la oportunidad de estar aquí tomando algo con los amigos. Es algo que mola bastante.
¿De dónde viene el nombre?
El nombre es por el barrio donde empieza la historia de Final Fantasy VII. Es un juego de mi infancia que me ilusionó muchísimo en su momento.
En general, ¿cómo ha ido vuestro primer año?
Como cualquier negocio de hostelería, no vale para hacerse millonario, pero estamos contentos. Hemos podido pagar sueldos todos los meses, que en los tiempos que vivimos, bastante nos parece.
¿Tenéis ya planes de futuro?
Queremos darle al local un par de cambios para no movernos en lo monótono ni quedarnos estancados. Queremos seguir trabajando en algunas actividades que ahora mismo tenemos algo descuidadas, como los juegos de rol. También queremos regular un poco los eventos que ya tenemos, con una programación regular.
Como buen hostelero
¿A qué jugarías esta noche después de cerrar el bar?
Suelo jugar con mis clientes y empleados partidas de Soul Calibur, un juego de lucha.
¿Con qué bebida acompañarías esa partida?
Nosotros tenemos una sección de coctelería muy fuerte. Preparamos cócteles con Monster, con todas las variantes de sabores. Tenemos la Poción de Maná. Tien vodka, lima, Monster blanco y otros ingredientes. Es un best seller aquí. Además, el Monster se vende muchísimo.
¿Y algo para picar?
Tenemos un plato que se llama The Challenger que es un cuenco grande de patatas fritas cubierto con pulled pork barbacoa y pico de gallo. Antes lo catalogábamos como ensalada, pero generaba confusión entre nuestros clientes.