En diciembre del 2017 Javier Varela y Óscar Cambón abrieron uno de los mayores atractivos de la hostelería nocturna del centro de la ciudad. Showroom Food & Drinks nació en el local que había albergado durante años un Massimo Dutti, en la calle Torreiro.
Estar en una de las vías históricas para la moda en A Coruña requería de un espacio novedoso y rompedor. Y así fue. Showroom marca un estilo propio dentro de la hostelería de la zona y su concepto se ha expandido y ha puesto de moda la calle.
Óscar y Javier son conocedores del negocio. El primero es el propietario del Lolita, popular local del Orzán, mientras que el segundo fue socio del Soho y del Samaná y cuenta con un pub y una discoteca en Carballo. La situación sanitaria actual ha obligado a retocar algo los planes del Showroom, pero su esencia se mantiene. Javier Varela nos cuenta la historia y todos los detalles de su local.
De Massimo Dutti a local de "moda"
¿Cómo lleváis esta época de incertidumbres?
Tenemos que adaptarnos a la situación. Nosotros estamos orientados a las copas, y cuando las vendes es después de cenar, entonces estas restricciones nos afectan. Los que tenemos el negocio orientado a ese perfil, pese a que somos también cafetería, estamos fastidiados.
¿Teníais claro al abrir que queríais estar en esta zona?
Era una esquina llamativa, la entrada a la calle Torreiro. Se estaba convirtiendo en una zona llamativa, con ambiente para lo que queríamos hacer. Esto antes era un Massimo Dutti. En aquel momento, queríamos un local que abriese todo el día. Desayuno, comida, copa de tarde y copa de noche. También, gracias a tener tantas pantallas, también apostamos por poner fútbol los fines de semana.
Ahora, con la situación actual, estamos enfocando temporalmente el negocio a la tarde. El tardeo. No sabemos cuándo volveremos a ser los de antes, así que vamos a darle fuerte a esa franja horaria.
La zona se puso de moda a raíz de vuestra apertura.
Es algo normal. Cuando hay un local nuevo y llamativo, la gente suele ir a verlo. Mucha gente nos conoce por nuestra trayectoria en la hostelería. Confluyen muchas cosas que hacen que la gente venga a esta zona, que ya es un lugar muy frecuentado los fines de semana.
¿El diseño del local fue algo meditado?
Es una tendencia en países del este de Europa. Queríamos un local diferente. A lo que teníamos y a lo que había en la ciudad. Que nadie dijese que es una copia de uno y de otro. Se hizo una mezcla de estilos moderno e industrial. Fue algo arriesgado, pero el resultado nos gustó mucho y tuvo éxito.
¿Por qué se llama Showroom?
Por la moda. Torreiro siempre ha estado muy asociado a las tiendas de ropa, y a Inditex. Fue una de las grandes tiendas de moda de la ciudad. Showroom está vinculado con eso. De hecho, pensamos en hacer eventos de ese tipo.
Showroom también se asocia a la copa más premium.
Buscábamos un público de una edad que demanda ese tipo de productos, pero estamos abiertos a todo. El local es rompedor y moderno, encaja bien para la gente joven. Ahora está cambiando la tendencia, por el momento que vivimos. También queremos potenciar la coctelería de tarde. La idea es que concluya todo tipo de gente y estilos.
¿A qué tipo de copa tira más la clientela?
El gintonic, sin duda. Tenemos muchas ginebras, se reparten bastante el pastel, pero Seagrams es la más vendida.
¿Cómo habéis enfocado el tema gastronómico?
Ha cambiado a raíz de la pandemia. Nunca fue nuestra intención que fuese nuestro punto fuerte. Estamos rodeados de un montón de restaurantes y bares donde picar algo que lo hacen muy bien. Queríamos que fuese un complemento para que el local no dejase de tener actividad de la una a las cuatro. Antes de la pandemia estábamos funcionando bastante bien, con un menú diferente, de diseño, de calidad. Estábamos llenando el local todos los días. Ahora, como hay mucha gente teletrabajando, hemos prescindido de esa parte por el momento.
¿Cómo ha ido evolucionando el local con el tiempo?
La primera impresión de la gente fue muy buena. Los clientes se sentían muy a gusto. El perfil era de 30 a 40 y muchos años. La música era de los ochenta, pero ahora ya metemos algo de actualidad.
El diseño del local invita a pensar que se podrían hacer rodajes aquí.
De hecho, tuvimos de Estrella Galicia, de su campaña de La Resistencia.
¿Destacarías alguna anécdota de estos años?
La gente bromea mucho con que se nos acabó el dinero para terminar el local. Lo dicen por las paredes descubiertas y el diseño. Si supiesen que tuvimos que pagar para que lo dejasen así (risas).
¿Cómo afrontáis el futuro?
Espero y deseo que haya una solución a esta crisis a nivel a nivel mundial. De momento, tenemos que aprender a convivir con ello. No lo estamos haciendo bien, estamos poniendo parches una vez crece el virus. Si eso no se ataja, a mucha gente la va a llevar a la quiebra y al cierre.
Y como buen hostelero
¿Una copa favorita?
Soy muy de gintonic, pero tenemos una coctelería espectacular.
¿Un grupo que estuviese sonando en ese momento?
Robbie Williams.
¿Algo para acompañar esa copa?
Pues justo ahora estamos pensando en sacar una carta de tarde. Yo diría unos tacos o unos nachos para picar.