A Casa do Cura cumplió ocho años en marzo, justo cuando comenzó el periodo de confinamiento por el coronavirus. Fue un aniversario atípico, pero este local que comenzó con un tamaño mucho más reducido y que desde hace tiempo ofrece una increíble experiencia gastronómica en la calle Costa da Lonxa de O Burgo (Culleredo, A Coruña), continúa con sus servicios dentro de las limitaciones, fiel al buen hacer… y al buen sabor.
"Soy un chico de aldea. Siempre recuerdo que mi abuelo decía que en la casa de los curas se comía muy bien. El objetivo era relacionar el nombre del local con el buen comer", indica el gerente, Rubén Naveira Naveira. La oferta gastronómica del restaurante evolucionó a lo largo de los años según la demanda de los clientes, aunque siempre priman los productos de temporada que tanto éxito tienen entre los comensales. En una velada en este local, además, no puede faltar un dulce para terminar.
El punto fuerte de A Casa do Cura son las comidas y las cenas, pero no trabajan el fútbol: no hay televisiones. "Entendemos que hay otros locales que están mejor orientados y enfocados a eso. Nosotros siempre tenemos fondo de música. Abrimos por la mañana para dar un buen desayuno, los aperitivos, después la comida, la cena y pleglamos", explica Naveira. El responsable del establecimiento representó a una bodega de Rioja en la zona noroeste, por lo que A Casa do Cura también dispone de una carta de vinos muy completa.
Hablamos con Rubén Naveira Naveira para que nos explique cómo fue el regreso a la actividad después de los meses de parón por el coronavirus, nos cuente el secreto del éxito de A Casa do Cura y nos diga qué platos no deben faltar en la primera visita a este bonito establecimiento.
¿Cuál es la capacidad del local?
Sin limitación de aforo, estábamos dando de comer a alrededor de 200 personas en horas puntas. Tenemos cinco zonas: la terraza con doce mesas; una barra muy grande; una a la que denominamos de Vinatería; la sala con 16 mesas reducidas ahora a ocho; y un comedor privado. En este espacio es donde hacemos las comuniones y bautizos en los que no hay mucha gente, y también muchas cenas con maridaje y bodega.
¿En qué os beneficia que el local sea tan amplio?
Me ayudó mucho en este momento de lucha contra la pandemia: entre almacenes y disposición al público, tiene 450 metros cuadrados. Me ayudó con el tema de cumplir con el aforo y los espacios y poder seguir trabajando al mismo tiempo.
Hay tanto comida de batalla como otros platos más elaborados.
Si abres nuestra carta vas a ver que si te apetece venir un día con tu familia o tu pareja puedes gastarte 30 euros o más de 100, el abanico es muy amplio. Tienes desde las típicas raciones de raxo, tortilla, calamares y demás, hasta las cartas de marisco, pescados y carnes más nobles.
¿Cuál dirías que es el plato más popular de A Casa do Cura?
Estamos vendiendo muchísimo pescado, sobre todo lubina y lenguado, el pescado del día. En verano sale mucha parrillada de pescado o variado de marisco. En la carta de Pinchoteo vendemos mucho raxo con Queixo de Arzúa y champiñones. Las guarniciones las adaptamos a los productos de temporada: en invierno acompañamos con verduras como los grelos, y en verano con patata a lo pobre o verdurita a la plancha.
Los productos son de temporada. ¿Son también de proximidad?
Como ejemplo, nuestro proveedor de hortalizas es un señor que tenía una tienda en O Burgo y que ahora despacha en la plaza de Lugo, desde donde nos trae los productos de proximidad que vende.
¿Ocurre lo mismo con de vinos?
La carta de vinos es amplia y tengo mucha referencia de productos gallegos, de bodegas de aquí. Intento tirar también de bodegas pequeñas, de productos dirigidos a la hostelería, para que el cliente pueda encontrar cosas que a lo mejor no hay en un lineal de alimentación, sin menospreciar esos productos.
Es una apuesta clara de A Casa do Cura por los productos locales.
Correcto. Utilizamos productos de A Coruña, como Estrella Galicia, y también Siboney. Buscamos proveedores cercanos, que son los que colaboran contigo. Nuestro lema es A Casa do Cura, a casa de todos y es así. Intentamos luchar por un producto lo más próximo posible, y además autóctono.
Vuestros postres también son muy conocidos. ¿Qué nos puedes contar sobre ellos?
Los hace Yolanda Sixto, mi mujer, con sus colaboradoras. Nuestro fuerte son las tartas de queso, conocidas como cheesecake. Tenemos una variedad de ocho o nueve diferentes y son totalmente artesanales: si lleva mermelada de frutos rojos, la hacemos nosotros. Los productos que utilizamos son de temporada, por eso no siempre tenemos las mismas disponibles. Después está el apartado de las layer cakes, las típicas tartas americanas con bizcocho y crema. Tenemos una oferta muy buena y amplia en nuestro postre, que apoyamos con un proveedor de aquí que es Bico de Xeado.
¿Cuál es el sabor más popular entre los clientes?
Las más populares en verano son la cheesecake de lima y limón y la de frutos rojos, y también vendemos mucho la de cookies y nutella.
Postres para todos los gustos.
Si. Es que en el local, aunque ahora estamos más limitados en el número de comensales, había muchas reuniones familiares durante el fin de semana. En la carta me gusta ofrecer tanto platos para paladares de niños como de adultos.
En el menú usas mucho el humor con títulos como Comida para levar, take away ou chámalle como queiras.
Intento decir tartas de queixo en vez de cheesecakes, porque nosotros tenemos nombres igual que los americanos, y usar la ironía relacionada con la Iglesia, siempre desde el respeto. Un plato muy típico desde que abrimos es el pulpo a la brasa con langostinos, que aquí llamamos Polbo na Sancristía, y también tenemos Zorza consagrada, que es zorza con huevos y patata cocida.
¿Qué le recomendarías comer a alguien que visita por primera vez A Casa do Cura?
La almeja babosa a la plancha y después Os carrillos do cura, que son carrilleras en salsa de mencía. Si termina con una tarta de queixo de frutos rojos, ya iría perfecto.
¿Funciona con reserva?
Trabajamos con reserva desde que abrimos, pero ahora insistimos todavía más porque estamos completando el aforo y así podemos desinfectar perfectamente y preparar las mesas para cuando lleguen. Las reservas se hacen en el número de teléfono 981902490. Los pedidos de comida para llevar los recibimos a partir de las 12 del mediodía.
¿Cuál dirías que es el mejor día para ir a A Casa do Cura?
Cualquier día de la semana para comer más tranquilos, menos los domingos por la noche y los lunes, que cerramos. Los fines de semana son de locos, a veces no hay sitio ni para la barra. Estamos en una zona de bastante movimiento en hostelería en O Burgo.
¿Cómo fue la reapertura después de los meses de parón por el coronavirus?
Nosotros no abrimos hasta el 9 de junio, casi al final. Tengo una empresa con 14 personas trabajando, estaba la incertidumbre sobre lo que iba a pasar y el miedo por cómo iba a reaccionar la clientela. Estamos muy contentos, no tuvimos la mala suerte de no tener trabajo y los clientes respetaron las normas desde el principio.
¿Cuál es el secreto del éxito de A Casa do Cura?
Una parte de la clientela que tenemos ya es de la casa. Es un restaurante y un local de alterne sano y familiar. No todos los locales pueden gustar a todo el mundo, pero aquí tuve la suerte de que hay clientes a los que les encajó y que nos acompañan desde hace tiempo. Como anécdota, una o dos veces al año le doy una vuelta a los espacios. Ahora, la decoración de uno de ellos está hecha con donaciones de los clientes, tengo nueve lámparas que me regalaron. Es una habitación dedicada a ellos, un homenaje.
Como buen hostelero…
¿Cuál sería tu menú ideal para una cena perfecta?
De primero un variado de concha, con zamburiñas, nécoras, navajas, almejas babosa y percebes, en función de la temporada. De segundo me quedo con el variado de carnes, que lleva croca, presa, entrecot y chuletillas de cordero lechal. Son dos platos para cuatro personas para cenar impresionantemente, que terminaría con una tarta de queixo lima y limón.
¿Con qué bebidas lo acompañarías?
Con un Treixadura que se llama Catro Parroquias y lo remataríamos con una botella de Regina Viarum, otro tinto de aquí de la tierra.
¿Dónde vas a comer o a cenar en tu día libre?
En O Burgo, por su ambiente y calidad, a A Cepa y a la Taberna do Campo. En A Coruña, tomaría una caña en la Cervecería Plaza de la plaza de Lugo y para comer me gustan el Jaleo, A Mundiña y un largo etcétera. Los lunes es nuestro día libre e intentamos ir siempre a algún sitio.