Biólogo de profesión, no es la primera vez que el coruñés Enrique Pena aparece en este medio. Hace un año hablábamos con él sobre el éxito de su ginebra, que cautivó (y lo sigue haciendo) a miles de expertos en numerosos concursos. Vánagandr es el nombre detrás de los tres destilados que vende y produce para todo el mundo (exporta a países como Australia, México, Dinamarca o Suiza). Este curioso nombre proviene de una leyenda de la mitología nórdica que narra la historia del lobo Vánagandr, que estaba destinado a derrotar a Odín y provocar así la caída de los dioses durante el Ragnarök (la batalla del fin del mundo en el imaginario nórdico).
Sin duda alguna este año es lo más parecido a un Ragnarök que hemos vivido en nuestras vidas, pero está claro que el destino guarda todavía alguna sorpresa por parte de esta microdestilería coruñesa antes del fin del mundo. Una de ellas es la creación de un nuevo producto: un vodka elaborado en el mismo alambique de cobre que da luz a su valiosa producción de ginebra. Este alambique tiene gran parte de la culpa del éxito de Pena, ya que fue construido a propósito en Portugal para replicar el “espíritu del destilado tradicional gallego”.
De este profundo análisis de oportunidades salió la idea de realizar una ginebra gallega, pero no cualquiera. Se trata de una London Dry, un tipo de ginebra que solo se obtiene a partir del alcohol etílico y cuyos aromas tienen su origen en botánicos naturales mediante la propia destilación. La receta es sencilla (en la apariencia): “tenemos que utilizar los mejores alcoholes, dar el sabor exclusivamente con los botánicos dentro del alambique y añadir solamente el agua, en este caso de Galicia, que le da un toque especial a nuestra ginebra”, comenta orgulloso Enrique. De esta destilación de unas 12 horas sale una ginebra que es testada antes de hidratarse y reposar previo embotellado.
Los botánicos que dan forma a esta ginebra van desde el enebro, raíz de angélica, cassia, raíz de orris, semilla de cilantro, piel de naranja dulce, de limón, cardamomo… y “alguna cosilla más”. Otra de las creaciones de Pena es una Barred Aged Gin, es decir, una ginebra añejada en barrica de roble francés durante un año. Gracias al reposo dentro de la barrica, esta ginebra adquiere un llamativo color acaramelado. Sin embargo, y a diferencia de su London Dry, esta ginebra está “pensada para un consumo solo o en cocktail”. Lo explica así de bien en un vídeo de Instagram de La Tienda de Lino.
La nueva creación es, como ya hemos mencionado, un vodka destilado con los alcoholes de la misma calidad con los que se elabora su ginebra, sacando así un mayor rendimiento al alambique y abriendo su oferta a un nuevo mercado. Y con esa idea en mente han elaborado una serie de guías de magníficos combinados en su web que podemos imitar (con mayor o menor acierto) para intentar crear nuestra propia coctelería en casa.
Para el consumo de su London Dry, Enrique nos recomienda empezar de modo clásico: un gin tonic, elaborado con 5cl de ginebra y 20cl de tónica, removiendo suavemente y con un trozo de lima para acompañar. Para la ginebra añejada la recomendación es tomarla sola, aunque Enrique no descarta la opción de crear un combinado con ginger ale, en las mismas proporciones que el gin tonic clásico, junto a un toque de angostura y una rodaja de naranja. Para el vodka, la recomendación también es tomarlo solo, pero como es algo menos habitual en España, nos recomiendan consumirlo junto a un buen zumo de naranja, en una proporción de 6cl de vodka y unos 20-25 cl de zumo de naranja. Removemos bien y añadimos una cantidad generosa de hielos.
Pero no solo de combinados clásicos vive el hombre, y si nos queremos poner creativos podemos realizar algunos de los curiosos cócteles que recomiendan desde la página web de Vánagandr. Por ejemplo, una versión con ginebra del icónico Moscow Mule, llamada London Mule, donde debemos majar 5cl de ginebra con unas seis hojas de menta, para después introducir 2cl de zumo de lima y 1,5 cl de sirope. Vertemos todo en un vaso metálico de julepe con hielo pilé utilizando un doble colado y coronamos con unos 10 cl de ginger beer.
Otro cóctel que aprovecha al máximo las dos creaciones de Vánagandr es el Vesper, creado por Ian Fleming en su novela de 1953 Casino Royale para el agente secreto 007, James Bond. Y es que este combinado se crea con tres partes de ginebra, una de vodka y media de Lillot Blanc, cuyo único proceso consiste en agitar bien todos los ingredientes en una coctelera hasta que esté helado y servir en un vaso Martini, coronando con una generosa piel de limón.
Sin embargo, uno de los combinados que mejor transmite la creatividad y el ingenio de proyectos gallegos como Vánagandr es el Shishito de Padrón. Esta creación de Miguel Arbe de Bordello Coctelería necesita 6cl de vodka y 2cl de vermut Petroni Blanco infusionado con pimientos de padrón tostados, que se consigue introduciendo 250 gramos de pimientos en unos 500 ml de Petroni. Una vez hayan pasado parte de su sabor, tostamos los pimientos con un soplete y los volvemos a introducir, dejando que infusionen unas 24 horas. Finalmente, solo debemos mezclar los ingredientes hasta que queden bien fríos, añadiendo un golpe de orange bitters y decorando con un pimiento tostado y unas gotas de aceite de oliva virgen extra que hayamos usado para freír unos pimientos.
El hecho de sacar un nuevo producto en tiempos tan difíciles para cualquier proyecto empresarial no es algo que intimide a Enrique. “Nunca es buen momento para sacar nada”, nos comenta bromeando sobre el hecho de crear nuevos productos bajo la línea Vánagandr. Pero apunta que el vodka no será su último añadido, y que ya está pensando en nuevas creaciones, quién sabe si una absenta o un vermut serán los nuevos integrantes de la familia de destilados del lobo nórdico… Desde luego, es imposible resistirse a una buena ginebra gallega en medio del fin del mundo.