Hace más de diez años que David Sueiro arrancó en su Vila de Cruces (Pontevedra) natal Galo Celta, una explotación artesanal "por convicción, no por marketing" en la que se crían en libertad gallos y gallinas de crecimiento lento para ofrecer productos avícolas de todo tipo.
El éxito le llegó en 2015, cuando conoció a Martín Berasategui en MadridFusión y le presentó su producto. El chef vasco, que atesora doce Estrellas Michelín, le pidió una muestra de lo que tenía que ofrecer.
"Le envié lo que me pidió y a la semana siguiente me llamó personalmente para decirme que me ayudaría en lo que necesitase", explica Sueiro en una entrevista concedida a Quincemil. Desde entonces, Berasategui le pide semanalmente huevos para su restaurante en Lasarte-Oria.
Desde entonces, el crecimiento de Galo Celta ha sido imparable y sus productos, que van desde huevos hasta pechugas, fuets, preparados para hamburguesas, chorizos o cremas, se pueden encontrar en el Club del Gourmet de El Corte Inglés, el comedor de Inditex en Arteixo o en las cocinas de Lucía Freitas, Marcelo Tejedor o Iván Domínguez.
El pasado mes de julio abrió su primer punto de venta físico, un puesto en el Mercado de Abastos de Santiago. Sueiro confía en que sea el primero de muchos: ya está trabajando en aperturas en Lisboa y Oporto y esperar convertir Galo Celta en una franquicia.
La empresa
Si el apadrinamiento inicial de Berasategui fue fundamental para el proyecto, el otro punto de inflexión para Galo celta fue el desembarco de Patricia Lorenzo, actual responsable de la gestión comercial y la administración de la empresa.
"La fortaleza más grande de la empresa es el factor humano y el equipo que formamos entre los dos: esa planificación es fundamental para que Galo Celta crezca y tenga futuro", asegura Sueiro.
Y es que el impulsor de Galo Cela, con una formación ligada al mundo rural y al medio ambiente, inició esta aventura sabiendo cómo trabajar el producto pero sin ningún conocimiento empresarial, por lo que "al principio se cometían errores".
"El tema de la cría de gallos no me daba miedo, para conseguir un producto de diez era sota, caballo y rey, tan solo tenía que hacer lo que hacían mis abuelos y mis tíos: el problema era trasladar todos los costes a un producto y hacer un negocio", explica.
El producto
Sin embargo, tras todo el trabajo que supuso darle el empujón inicial al proyecto, el mercado "recibió Galo Celta con los brazos abiertos", que empezó a trabajar con grandes cocineros y a incrementar su producción.
"Intentamos aportar un mirada vanguardista a este tipo de carnes y ofrecerle un salto de calidad al consumidor: nos lanzamos a los embutidos, con fuet y chorizo, tenemos una línea de hamburguesas y vamos a lanzar salchichas para perritos", prosigue Sueiro.
En lo que respecta a los huevos, el producto que ofrece Galo Celta es el primero en España que acredita una "huella ambiental cero", esto es, que es respetuoso con el medio ambiente desde el minuto cero, "no solo en la producción, sino en toda la cadena".
Esta apuesta por la sostenibilidad también se traslada al envasado, con una apuesta por la eliminación de plásticos: comercializan una lata en la que envasan fuets y chorizos que fue utilizada en la última cesta de Navidad de Inditex.
Para el que no conozca el producto y quiera probarlo, Sueiro lo tiene claro. "Se va a encontrar algo totalmente diferente: queremos que el cliente tenga una experiencia, que le vengan recuerdos de la aldea si los tiene y si no, que se encuentre algo distinto a la ave industrial".
El futuro
Galo Celta arrancó centrándose sobre todo en el mundo de la restauración: a día de hoy es posible encontrar sus productos, además de en Lasarte-Oria de Berasategui, en Casa Marcelo, los restaurantes de Lucía Freitas, Casa Marcial, Mercado Boanerges, A Maceta, O Curro da Parra, A Viaxe o Bellaco.
"El apoyo de la alta restauración, además de las ventas, también te ayuda a promocionar tu producto: el cliente lo prueba, le gusta y va llamando a otras personas", prosigue.
Con el rodaje de esa etapa inicial y el impasse que supuso la pandemia, Galo Celta se lanzó a pulir su salto de lleno al mundo de la alimentación, en el que busca hacerse un hueco.
"Queremos montar más tiendas: la de Santiago es la primera y vamos a abrir otras dos mientras seguimos creciendo en el mundo de la alimentación, todo ello sin descuidar a la hostelería", concluye.