Surfear de la mano de un experto en olas gigantes, degustar deliciosas "pinsas" artesanas made in el rural ourensano, observar como se esconde el sol refrescándose con una cerveza al aire libre o dormir con el sonido del mar como banda sonora y vistas playeras privilegiadas es posible en After Surf. Se trata de un establecimiento cuyas instalaciones se enmarcan en el entorno del arenal oleirense de Bastiagueiro y que en el mismo edificio aúna un restaurante, terrazas para tomar un tentempié, un pequeño hotel de siete habitaciones, una escuela de surf y hasta una original "ola de madera" sobre la que practicar skate.
La renovación y ampliación llevada a cabo desde hace cuatro años en el recinto no ha pasado desapercibida para nadie y cada vez son más las personas que deciden pasar sus fines de semana en este entorno privilegiado, en especial los amantes de deportes acuáticos como el surf, padel surf o el longboard, que tras pasar una buena jornada de deporte pueden relajarse posteriormente recuperando fuerzas en After Surf. Una gran parte del alma de este ambicioso proyecto está representada por Eric Rebiere, fundador de After Surf y uno de los socios y que a su vez es el único surfista en Galicia que participa en el prestigioso mundial de olas gigantes de Nazaré (Portugal), el único evento de esta modalidad de olas de más de 20 metros.
El profesional se muestra orgulloso que tras estos años "se vayan conectando todas las partes del proyecto (escuela, bar, hotel, organización de eventos)", a las que pronto se unirá una tienda que a la vez ejercerá de sushi bar. Rebiere, que sigue en activo, estuvo en la élite mundial del surf junto a deportistas de primer nivel, a la vez que fue campeón de Europa y de España en varias ocasiones. Actualmente combina su faceta de profesor de surf con la organización de eventos relacionados con esta disciplina, en concreto dos eventos de olas grandes en O Portiño (A Coruña) e Illa Pancha (Lugo).
Escuela con sistema de evaluación pionero
Sobre el impulso de los torneos de olas gigantes desde After Surf, Rebiere subraya que "fueron la primera escuela en surfear en O Portiño" y concreta que emplea esfuerzos en estas citas "para descubrir al público las ubicaciones de Galicia donde se pueden encontrar olas de entre 15 y 20 metros, lo que las acaba transformando en ubicaciones turísticas como ocurrió en Nazaré". El deportista hace gala de esta entrega y entusiasmo también en sus clases, para las que ha creado expresamente un sistema de evaluación de nivel pionero que pretende que con el tiempo se extienda a las demás escuelas de la comunidad.
Esta herramienta está dividida en cinco quillas de colores y a cada una corresponden cinco niveles. "El alumno no solo va a aprender a surfear, sino que también les voy a dar nociones sobre el mar basadas en mi experiencia, sobre las condiciones (olas, corrientes…). El objetivo es que tengan una mejor calidad de la enseñanza y formar los grupos estrictamente en función del nivel de cada deportista", detalla. "Busco la progresión del alumno y del profesor y todo esto implica una metodología que les iré transmitiendo", dice. El sistema se hizo efectivo en la escuela hace unos días y Rebiere lo irá perfeccionado progresivamente en función de la respuesta de los surfistas y sus propios conocimientos, ya que lleva dando clases desde hace una década.
La escuela tiene dos bases: Bastiagueiro, una playa tranquila y sin corrientes que no expone a peligros a los alumnos, y Sabón (Arteixo). Rebiere explica que en invierno suelen tener entre 50 y 60 alumnos mensuales, una cifra que aumenta notablemente en verano, donde apunta que llegan a atender a 150 alumnos diarios divididos en grupos. "Cada vez hay más demanda de surf, ya había crecimiento de los aficionados antes del coronavirus y la pandemia lo intensificó", asegura, sobre lo que matiza que un plus que tienen en After Surf es la mano de Juan Fernández, campeón de España de olas grandes y previamente alumno suyo.
Ambiente de playa y para todos los gustos
El edificio donde se enmarca After Surf tiene la peculiaridad de que a pesar de estar reformado, se ha respetado la idea inicial del popular arquitecto Andrés Fernández-Albalat, recientemente nombrado Hijo Predilecto de A Coruña y considerado un referente de la arquitectura moderna en la ciudad (el edificio Ocaso, la fábrica de Coca Cola o la Sociedad Hípica son obra suya). Las tres plantas (gastro-bar, hotel y escuela de surf) están comunicadas y son accesibles y otro de los socios, José Luis Díaz, comenta que en las instalaciones se puede pasar el día, desde primera hora con el desayuno hasta el anochecer, que se puede culminar con una copa o cóctel. En concreto, el interiorismo y mobiliario está realizado en colaboración con Global Studio.
"Queremos que el surf llegue a todo el mundo y marcar un antes y un después en los métodos de enseñanza", concreta, además de destacar las siete habitaciones de las que dispone el complejo que "son para vivirlas a nivel familiar (camas supletorias), en pareja por su encanto extraordinario o en soledad si se viene a Coruña por trabajo y se quiere estar en un sitio distinto", ejemplifica. Sobre el restaurante de la planta superior, que cuenta con amplios ventanales con vistas de ensueño al arenal de Bastiagueiro, comenta que "apuestan por el ambiente playero y público de todo tipo con una carta variada que contempla gustos diversos".
La oferta gastronómica abarca desde una "pinsa" (masa de pan romano artesana) hasta tacos de solomillo con pimientos, huevos con cigalas, arroces o bocadillos de churrasco. "La idea es que cuando las restricciones lo permitan es que After Surf se preste a cualquier tipo de celebración, desde cumpleaños hasta eventos de empresa", destaca, además de que adelanta que para estos meses estivales se organizarán fiestas temáticas cuyo pistoletazo de salida será una peculiar remada hawaiana. Paralelamente, en las terrazas del recinto habrá en ocasiones música en directo para amenizar y se organizarán cuatro mercadillos durante fines de semana de julio, agosto y septiembre con textil o artesanía, todo enmarcado en la filosofía de After Surf.
"Pretendemos dinamizar este espacio y conseguir que la gente siempre tenga una excusa para venir a las instalaciones", reconoce, a la vez que se muestra ilusionado con el proyecto de futuro más inmediato de After Surf y que se enmarcará en un local pegado al recinto. Se trata de una tienda de la que estarán a cargo dos surfistas de confianza de los socios que además son profesores en la escuela y que venderán ropa de una marca propia del local, además de material de surf, skate o padel surf. Como nota diferencial, en este espacio también estarán integrados un sushi bar y una coctelería, para así poder ofrecer a los compradores una experiencia de lo más completa y que no dejará a nadie indiferente.