La gastronomía de A Coruña gira en torno a productos típicos de la tierra como el pulpo con cachelos, los chicharrones o la empanada, y ahora que llega el invierno las temperaturas invitan a consumir caldo gallego en grandes cantidades o sopa de cocido para entrar en calor. Pero los más atrevidos y que buscan opciones diferentes, pueden encontrar en la ciudad especialidades con el picante como materia prima, muchas de ellas sin tener que envidiar nada a platos llegados desde el mismo México.

Salchichón picante, chile, jalapeños, pepinillos, salsa Kimchi, curry, guindillas, fideos picantes, cebollino, salsa infierno, ensalada dinamita o especias cajún (pimentón, sal, pimienta negra, pimienta blanca, ajo, cebolla, tomillo y cayena) son algunos de los ingredientes utilizados en diferentes recetas de establecimientos de la ciudad. Desde restaurantes italianos, asiáticos, indios o bocaterías hasta tabernas de siempre o negocios con esencia mexicana de comida rápida de calidad.

Desde Quincemil se han seleccionado diferentes propuestas para los amantes del picante y ahora está en las manos y el paladar de los coruñeses decidir su elaboración favorita.

Pizzería Terra Mía

La pizzería Terra Mía (Juan Flórez, 87) tiene en carta la pizza Diavola. Está elaborada a base de salsa de tomate San Marzano cultivado a los pues del Vesubio, mozzarella Fiordilatte, aceitunas negras italianas y salchichón Calabrese picante. "Calabria es la región en el "tacón" de nuestro país donde predomina la cocina picante y el salchichón es un ingrediente muy utilizado", detalla el responsable del negocio, Luca Noviello.

La Taberna de Miga

El chef Adrián Felípez es quien está al frente de La Taberna de Miga (Campo da Leña, 7) y uno de los símbolos del local son las alitas de pollo fritas, que invitan al comensal a un largo viaje culinario desde México a O Cebreiro. Se cocinan a baja temperatura, se fríen y posteriormente se aderezan con una salsa a base de chile chipotle, morilla, chile de árbol y "un ingrediente secreto". El toque final lo aporta una crema agria hecha con queso do Cebreiro.

Bocatería A’Fume

La bocatería A’Fume (Avenida de Arteixo, 107) tiene bocadillos genuinos que tratan como si fuesen platos y su variedad más picante es el de Pastrami. Se trata de un plato rumano llevado a Estados Unidos por judíos de Rumaníay que se acabó popularizando y consumiéndose en formato sándwich. En el local coruñés la preelaboración de esta variedad supone una semana de trabajo.

En este proceso se preelabora la carne sumergiéndola en salmuera en equilibrio junto con nueve tipos de especias y tres clases de sazonados, con el objetivo de que las moléculas saborizantes y sazonadoras penetren en la carne. Tras siete días, secan la carne y muelen otras siete especias frescas (tres de ellas picantes) y recubren las piezas de carne con ellas, para posteriormente pasarlas al ahumador y cocinarlas a temperatura controlada.

Todo ello se filetea y se envasa la vacío (cada ración por separado). A su vez, se encurten pepinillos frescos en una disolución agridulce y partiendo del grano de la mostaza, se mezcla con especias y una combinación de líquidos, dejando que absorban su sabor durante tres días. Pasado ese tiempo se trituran y envasan los ingredientes. El bocadillo consiste en una rebanada de pan untada con mantequilla y calentada en la plancha y se presentan las rebanadas con el tostado hacia fuera, lo que al morder permite percibir el aroma de la mantequilla tostada (olores a frutos secos y lácteos). El toque de gracia lo aportan una cara del pan untada con mostaza, las lonchas de pastrami y las láminas de pepinillo.

La Esquina de Valentina

La Esquina de Valentina (Galera, 14) es un negocio que abrió sus puertas hace un año y cuyo fast food de calidad con panes a medida de sabores ya han conquistado a los coruñeses. Su propuesta más picante es el bao de cangrejo en tempura. Para esta elaboración utilizan pan bao, que es de origen asiático, elaborado con leche y cocinado al vapor.

Dentro introducen un cangrejo de concha blanda, una especie que muda la concha de la misma manera que lo hacen las serpientes, y este es un elemento blando y comestible apto para las mejores elaboraciones. En la Esquina osmotizan el cangrejo en un gazpacho con chiles y salsa kimchi, lo fríen en tempura y se sirve con una mayonesa de kimchi.

Taj Mahal

El sabor de la auténtica comida hindú se puede encontrar en este local de Riazor (Pondal, 3) y la triunfadora entre todas sus propuestas picantes en el Chicken chilly. Este pollo se cocina con curry Vindaloo acompañado de una guindilla muy picante.

El Vindaloo se trata de un curry muy popular en la cocina india y que originariamente proviene del vinhadalhos de la cocina lusa. Los portugueses lo llevaron a Goa, donde se cocinaba con carne de cerdo marinada en vino y ajo y se pasó la receta al resto de la India añadiendo abundantes especias y chili.

Seul Soul

La carta del Seul Soul (Emilia Pardo Bazán, 17) está integrada al 80% por comida típica del país, además de un par de platos de la denominada "cocina callejera". El plato más picante del menú es el ramen estilo coreano, una sopa de fideos picante acompañada de trozos de pastel de arroz, huevo cocido y empanadilla de vegetales cocida al vapor.

Gazteka

El Gazteka (Huertas, 1) basa su oferta en comida rápida mexicana bien elaborada y fusionada con productos gallegos. Entre sus propuestas figuran diferentes niveles de picante y también otras opciones alternativas a los burritos como los nachos.

Para los más valientes, la especialidad ideal es el burrito de cochinita pibil con salsa infierno. El plato se construye con una tortilla de 30 centímetros de trigo y como proteína principal le añaden la cochinita pibil, cocinada durante 12 horas a baja temperatura siguiendo su propia receta picante. Como toppings, el burrito lleva frijoles, pimientos, pico de gallo, guacamole y jalapeños, todo ello aderezado con salsa infierno.

Esta salsa lleva integrada una base de tomate con chiles secos hidratados y habaneros cocinados para sacar al máximo su potencia de sabor.

Ummagumma

Este local que debe su nombre al cuarto disco de estudio de Pink Floyd (Orzán, 68) y que constituye todo un homenaje a su música, en el plano gastronómico ofrece opciones interesantes como el denominado Funky chicken.

Se trata de unos tacos en torta de trigo de pollo salteado con salsa Valentina y pico de gallo (tomate, cebolla roja y cilantro picados), todo cubierto de queso rallado. En el establecimiento se da la opción a los clientes de regular la intensidad del picante y también disponen de salsas variadas para aquellos a los que su paladar aún les permita más.

La Conquista

El único restaurante peruano de la ciudad (Emilia Pardo Bazán, 23) es popular sobre todo por sus ceviches, ají de gallina o sus postres (bizcocho tres leches, torta de chocolate…). Sus alitas Nikkei son el plato "más peligroso" por el ardor en la boca que produce su toque picante.

Se trata de alitas de pollo marinadas en salsa oriental con sabor entre agridulce y picante, toques de cebollino y togarashi (condimento típico de la cocina japonesa que consiste en una mezcla de especias).

Os Tigres

Luis Chouciño y María Cancela son el alma de Os Tigres y cogieron el testigo de esta taberna tradicional que está en A Coruña desde 1945. La receta de sus famosos "tigres rabiosos" cuentan que vino desde Logroño con el mejillón, "el rey de los mariscos para la gente humilde", como protagonista indiscutible.

Se acostumbra a tomar esta picante especialidad con cuncas de vino y la salsa de los mejillones está elaborada con salsa de tomate y "un ingrediente picante que sólo saben unos pocos", explican los dueños del local. Definen la receta de los mejillones como "sencilla con producto gallego tradicional y un poco de chispa" y suelen jugar al "tigre picante" entre los clientes, es decir, a ver quién encuentra el mejillón que más pica de los de la ración.

El picante de Os Tigres lo describen como "de retrogusto" y se muestran orgullosos de unir en esta especialidad "la tradición con un marisco noble, accesible a todo el mundo y con multitud de propiedades nutricionales como es el mejillón". "No es un picante excesivo" advierten, mientras cada vez más coruñeses y visitantes conocen Os Tigres gracias a su reciente mudanza a la céntrica calle Galera 45.

Chirazisushi

El restaurante coruñés de comida nikkei por excelencia, el Chirazisushi (Atocha Baixa, 26) tiene entre las múltiples variedades de su extensa carta el Uramakitsuna.

Es un roll relleno de langostino, masago, cebollino y aguacate, acompañado de un topping de ensalada dinamita con toque de aceite de sésamo con taquitos de atún estilo tataki acompañada de su "más furiosa salsa picante", cuentan sus responsables. Un plato que no deja a nadie indiferente.

Pracer Zalaeta

Este establecimiento que cuenta con una menci´ón en la Guía Repsol (Salgado Somoza, 13) y cuyos responsables definen como un garito-restaurante por la fusión entre sus dos pasiones, la música y la gastronomía, destacan las Alitas infierno como su opción más picante. Son un fijo de la carta desde los inicios y uno de sus platos más vendidos en los servicios Delivery y Take Away.

Están elaboradas con pollo de corral y la salsa se hace con tomate, dos tipos de pastas de chiles fermentados, especias cajún, azúcar, vinagre y "hasta aquí pueden leer", dicen los dueños del restaurante, que prefieren que algunos ingredientes sigan siendo un secreto. A la hora de hablar de picantes, matizan que en Pracer utilizan sus propias pastas de chiles y buscan darles matices de sabor "sin que el resultado sea fuego, sino que provoque más sensaciones en boca además del propio picor".

Como ejemplo de esto último ponen como "los ácidos y los amargos que sirven como reguladores de la capsaicina" (sustancia que se encuentra en los chiles). Además, una de las pastas de chiles es su Salsa Pracer, que se cocina con Carolina Reaper (clasificado como el pimiento más picante del mundo en el Libro Guinness desde 2013) jalapeño y chipotle ahumado.