Alejandro Avecilla, histórico jugador de hockey que militó en las filas del Liceo y el Dominicos en A Coruña y del Reus en Cataluña, ha vuelto a la ciudad para quedarse e iniciar una aventura gastronómica: Casa Alejandro (P.º Marítimo Alcalde Francisco Vázquez, 6). Este restaurante que lleva su nombre es una réplica del establecimiento que lleva dirigiendo junto a su mujer en tierras catalanas desde hace 23 años y la cocina se basará en platos tradicionales gallegos con toques de vanguardia y la apuesta por especialidades poco comunes en Galicia y que han triunfado en Reus como los caracoles o los calçolts.
El origen de este proyecto es que toda la familia del coruñés quiere venir a residir a la ciudad herculina y una de las fortalezas del negocio son las instalaciones. El restaurante tiene capacidad para 220 personas y una terraza que cuenta con unas vistas inmejorables al Castillo de San Antón y la característica Torre de Control Marítimo conocida por los locales como la "H". El local cuenta también con una zona chill out donde tomar copas después de cenar o vermús al mediodía, especialmente apetecible los días soleados de verano.
El origen del nombre del restaurante se debe a que en sus inicios Avecilla lo usó como reclamo para atraer como clientes a aquellos aficionados al hockey que le conocían. Una idea positiva ya que su trayectoria como jugador (se retiró en el 99 con 34 años y empezó a jugar con 15) ha sido muy notable y exitosa consiguiendo erigirse como campeón del mundo, además de conseguir la medalla de plata en la Olimpiada de Barcelona 92, dos copas de Europa, ligas, copas del Rey, Supercopas e Intercontinentales.
Restaurante de inspiración familiar que une tradición y vanguardia
Casa Alejandro en Reus es definido por Avecilla como "un restaurante familiar con trabajadores que llevan más de dos décadas y que se han convertido también en familia", un espíritu que espera conseguir con el equipo de A Coruña. La cocina es tradicional gallega con toques de vanguardia y destacan como platos estrella las gambas a la pimienta, langostinos rebozados en cerveza, buñuelos caseros de bacalao y jarrete, costilla o carrilleras a baja temperatura.
Entre las carnes también destacan las costillas de cordero, el solomillo de ternera o el entrecot y de pescados en la carta se trabaja principalmente con rodaballo, merluza, rape y bacalao. A su vez, cada semana tendrán algún pescado del día, una buena opción junto a los arroces. En las dos semanas que lleva el restaurante en funcionamiento, los más demandados son el arroz negro con chipirones y gambas o el arroz de pulpo con erizos, aparte de que están disponibles calderetas de arroz de pescado y marisco y la clásica paella.
Como entrantes, es posible elegir entre 15 opciones diferentes: clásicas como pimientos de Padrón, raxo o tortilla y otras más especiales como almejas en salsa de setas y ajo. Casi todos los postres son caseros y se elaboran tartas como la de manzana o de la abuela y tiramisú o crema catalana. Sobre la bodega, la integran alrededor de 20 referencias mayoritariamente de vinos gallegos Ribera del Duero y Rioja y con el tiempo está programado tener disponible Priorato y referencias catalanas.
Posible museo del hockey y jornadas gastronómicas
El restaurante está orientado a todos los públicos, sobre todo familias y grupos de amigos de mediana edad que quieran vivir una buena y relajada experiencia gastronómica y de ocio. Según Avecilla, trabajan "productos de máxima calidad" y disponen de menú semanal por 15 euros y de fin de semana por 25 euros.
Uno de los posibles proyectos de futuro si su familia se traslada permanentemente a A Coruña desde Reus, es importar las más de 1.000 imágenes que decoran las paredes del restaurante de Cataluña al de la ciudad herculina, para conformar una especie de museo en la escalera con fotografías de la historia del hockey desde los años 40.