A escasos metros de la plaza de María Pita y de la calle San Juan, el epicentro de la fiesta dominguera coruñesa, se encuentra la plaza das Atochas (antigua plaza de Millán Astray) que tras la pandemia ha encontrado un nuevo camino en la ciudad y se ha convertido en una buena opción más para tapear y tomar algo.

Foto: Quincemil

Su cuidado entorno próximo al acuartelamiento de Atocha, la residencia Militar, la calle Orillamar y la Hípica de A Coruña ayudan a querer desplazarse a la zona, donde abundan amplias terrazas, sitios para comer, tomar cervezas y copas y hasta tiendas de productos gourmet. Multitud de opciones en un espacio que está llamado a ser una de las nuevas zonas de moda entre los coruñeses y también entre los extranjeros, dado que este verano son multitud los viajeros procedentes de cruceros que se dejan ver en la plaza disfrutando de A Coruña, su gastronomía y su gente.

Hosteleros de la zona coinciden en que la plaza vive una segunda vida tras la pandemia y argumentan que la media de edad de los clientes de bares y restaurantes ha bajado considerablemente, situándose entre los 25 y los 40 años. Aperturas recientes como la de la cervecería Malte hace dos meses o el restaurante La Tabarra hace casi un año han ayudado a esta prometedora etapa que acaba de comenzar, junto a otros locales de toda la vida que conservan su esencia y ofrecen una oferta variada para todos los gustos.

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Susana Guntín, de la Quadriglia: "Todos los días son fin de semana"

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La pizzería la Quadriglia abrió en la ciudad hace nueve años y con el paso del tiempo ha ampliado su oferta con un local en la plaza de María Pita que se complementa con el de la plaza das Atochas. Una de sus camareras, Susana Guntín, es vecina de la plaza desde hace 45 años y considera que su presencia junto a la de otros negocios relativamente "jóvenes" han revitalizado la zona.

"Últimamente todos los días son fin de semana y en cuatro horas el sábado o domingo facturamos como un día entero de semana", asegura, a lo que añade que la vuelta del público a la calle San Juan los domingos se nota. "Llevamos estas semanas de verano trabajando sin parar y los domingos están volviendo a resurgir", afirma. La coruñesa detalla que últimamente les visitan clientes medianamente jóvenes entre 20 y 40 años y también de más edad.

La pandemia no fue un obstáculo insalvable para ellos porque mantuvieron el servicio a domicilio e incluso abrieron un nuevo negocio en O Burgo, el Delmonico’s. Cuenta que en sus mesas no solo se sientan vecinos de la zona centro de A Coruña, sino también de barrios como la Ciudad Vieja, Os Mallos o Matogrande, además de zonas más alejadas como Arteixo o Meicende. La gente que llega en los cruceros con parada en A Coruña explica que se anima a probar sus pizzas porque llegan a la zona recomendados por el boca a boca. "Mucha gente también viene solo a tomar algo y como se está bien ya eligen un local para cenar porque hay opciones y a la larga repiten", comenta.

"La media de edad de la gente que viene a tomar algo por la zona ha bajado, está entre los 30 y 40″, aclara, a la vez que espera mucha afluencia de público esta semana con motivo de la Feria Medieval que se celebrará del jueves 21 al domingo 24 de julio.

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Juan Fernández, de La Malte: "La zona tiene mucho potencial"

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La nueva Malte (el local original se encuentra en la calle Galera) abrió hace escasos dos meses en la plaza das Atochas y raro es el día en que no estén llenos el interior y la terraza. Conceptualmente, el local es la unión de dos establecimientos que estuvieron abiertos hace años (uno de ellos el Clandestino, cuyo nombre conservan en un neón) y plantean el bar como "una calle".

Su decoración es llamativa con paredes negras salvo un gran mural de Óscar Cabanas que muestra una panorámica de A Coruña. La capacidad de la terraza es de 82 personas y del interior 110, además de que parte del establecimiento se cierra habitualmente para eventos, catas o maridajes. o maridajes. "Es una casa de bebidas fermentadas, tenemos 43 grifos y más de 250 referencias en botella y lata, por supuesto de cerveza que es nuestro leit motiv, pero también de vinos naturales, sidras, hidromieles o kombuchas", explica, al mismo tiempo que apunta que "les cambió el perfil de edad de clientes" respecto a la Malte de la calle Galera.

Foto: Cristina Pontanilla

"Ahora viene gente de 25 y 45 años de poder adquisitivo alto que trabaja en Inditex o Estrella, pero también mucha familia con niños o gente mayor. "Estamos contentos de que haya funcionado este concepto diferente en una zona muy de barrio", afirma. Considera que la zona de la plaza das Atochas "tiene mucho potencial", algo que vio incluso antes de la pandemia cuando se hizo con uno de los dos locales que ahora integran la nueva Malte.

"Orillamar hace años era zona de salir y copas y se quedó un poco apagada, pero las cosas acaban volviendo porque hay mucha gente joven. En este entorno antes de abrir algunos locales nuevos o ibas a Campo da Leña con el Miga o la pulpeira o al Bico en Orillamar", expone. La carta del nuevo establecimiento tiene algunas diferencias con el local más céntrico pero conservan clásicos como el pan bao o las gyozas. Las opciones en la plaza das Atochas que ofrecen pasan por "una carta con visión Atlántica centrada en el mar" con especialidades como arroces.

Foto: Cristina Pontanilla

Uno de sus objetivos al abrir en este enclave era "que la plaza das Atochas fuera una extensión de Campo da Leña y calle San Juan, además de la Ciudad Vieja donde abrió el bar de vinilos Troppo hace unos meses", cuenta. El dueño de la Malte se muestra confiado en trabajar bien con la terraza sobre todo en verano (específicamente preparada para el viento) y apunta a que les puede beneficiar una subvariante del Camino de Santiago que sale de la Torre de Hércules unido al albergue de peregrinos ya aprobado por la Xunta y que se ubicarán en la antigua residencia militar. "Engancharemos gente", explica.

Alejo Navas, de La Tabarra: "Ahora hay más opciones en la zona"

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La Tabarra cumplirá un año en septiembre en la plaza das Atochas y su dueño, Alejo Navas, explica que aprovechan sobre todo la terraza para comidas y vermús cuando el tiempo acompaña. Se muestra agradecido por la apertura reciente de locales próximos, dado que de este modo su restaurante no se encuentra aislado en una zona y forma parte de un todo con numerosas opciones gastronómicas y de ocio. "Hay gente de paso y gente nueva y se está convirtiendo las Atochas en una zona de ocio donde no te la tienes que jugar solo a una terraza. Tengo 12 mesas fuera y la gente venía y a lo mejor no había sitio pero ahora hay más opciones", cuenta con optimismo.

Opina que se ha producido en la plaza un "boom postpandemia" y que "la gente tiene ganas de salir y se nota". Sobre la media de edad de la clientela das Atochas, calcula entre 25 y 35 años y hasta 40. Asegura que el domingo a la hora del vermú es de los periodos de más afluencia y actúan fundamentalmente como bar y dan desayunos, menús e incluso copas.

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"Trabajamos bastante el menú pero viernes, sábado y domingo al mediodía se mueve mucha gente", concreta, a la vez que afirma que "se nota el cambio de edad". "La gente está cansada de las mismas zonas, antes se salía más por la calle Orillamar y decayó un poco pero ahora está volviendo la vida de bares a los alrededores como las Atochas", cuenta.

A Mano, Pelirroja Merchi, Mundial 82, Tasca Sueva y Hostal Miau

Foto: Quincemil

Otras opciones en la zona pasan por la compra de productos gourmet de calidad como los que se pueden encontrar en la tienda A Mano, que tiene una amplia oferta que abarca desde todo tipo de vinos a conservas, dulces, quesos, patés o legumbres. Unos productos que abastecen a su vez a locales de la zona para sus menús.

Pelirroja Merchi es uno de los clásicos, donde poder tomarse una buena copa tras comer algo por algunos de los locales das Atochas. El local ha albergado noches temáticas y de música y es uno de los establecimientos de la zona que más vida nocturna mueve. Por su parte, el bar Mundial 82 es un éxito asegurado con opciones típicas "y de toda la vida", como por ejemplo raciones de albóndigas, chorizo con huevos, calamares a la romana, zorza, tortilla o pollo al ajillo.

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La Tasca Sueva tiene terraza e interior y en su propio rótulo, que ya tiene unas décadas, se anuncia: "Vinos y comidas-bocadillos". Los clientes destacan sobre todo las tapas, los platos del día y el "ambiente familiar", todo unido a una deliciosa cocina casera. El hostal Miau es uno de las pocas opciones de hospedaje de la plaza y se trata de un alojamiento con pocas habitaciones que abrió en 2004 y que cuenta a su vez con una cafetería con pocas mesas en terraza para disfrutar los días soleados tomando algo.

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