Este viernes se cumple un año de la invasión rusa en Ucrania. La vida de millones de personas cambió de un momento para otro, ya que se vieron obligadas a abandonar su país y buscar refugio en otro. De hecho, los últimos datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) hablan de ocho millones de refugiados, de los cuales cerca de 170.000 cuentan con protección temporal en España.

Galicia se volcó desde el minuto uno con los afectados de este conflicto que – hasta el momento – ha arrebatado la vida a 7.000 civiles y ha dejado heridos a otros 11.000. Así, el 28 de febrero de 20222 nació la Asociación Galega de Axuda a Ucraína (Aga-Ucraína), fruto de la voluntad e iniciativa de emigrantes ucranianos con residencia en la Comunidad, junto a sus familiares y amigos afectados por la invasión rusa.

"Ha sido un año muy duro, ya que nadie podía imagina lo que iba a ocurrir", cuenta a Quincemil Lisa, una joven estudiante de 19 años que reside en A Coruña, pero es natural de Jersón, una de las ciudades más afectadas. A pesar de estar a miles de kilómetros del conflicto, la vida para Lisa y su familia también dio un giro radical y este viernes, 365 días después, siguen ofreciendo ayuda de manera desinteresada.

"Hemos logrado que cerca de 50 familias ucranianas encuentren alojamiento en A Coruña, pero que también tengan acceso a otros servicios básicos, como traductores", explica Lisa antes de apuntar que "seguimos viviendo por y para los demás, ya que para nosotros es muy gratificante".

Un rayo de esperanza

Pero para Lisa y su familia tampoco ha sido nada fácil. Su madre Ruslana perdió su empleo hace tres meses y su abuelo falleció al no tener acceso a determinados medicamentos y atención sanitaria en Jersón, ciudad en la que continúan viviendo su abuela y su tía.

A pesar de ello, esta familia ucraniana asentada en A Coruña ha luchado contra viento y marea para seguir aportando su granito de arena. El 28 de enero inauguraron Esperanza, una cafetería ubicada en el la calle San Diego, 4, en el barrio de A Cubela cerca del Corte Inglés, que nació con el objetivo de contar con un espacio seguro en la ciudad herculina al que poder ir a tomar un café o pedir ayuda.

"Esperanza es el nombre de mi bisabuela, pero también hace referencia a todas aquellas personas que han sacado a relucir su lado más solidario para ayudar a los afectados por la invasión rusa en Ucrania", señala Lisa, quien agradece la buena acogida que ha tenido este proyecto en el barrio desde su inauguración.

Filloas al más puro estilo ucraniano

La cafetería La Esperanza abre sus puertas de martes a viernes de 08:00 a 18:00 horas y los sábados y domingos de 10:00 a 18:00 horas. Cuenta con una amplia carta con todo tipo de preparaciones, desde una tradicional tortilla de patatas hasta unos deliciosas filloas ucranianas rellenas de carne, de repollo y champiñones o de queso fresco. "También tenemos un plato muy parecido a los míticos raviolis italianos, además de pasteles típicos de mi país".

Este local se ha convertido los sábados y domingos en el punto de encuentro de las familias ucranianas, pero también latinoamericanas. "Estamos muy contentos por el apoyo recibido y esperamos que todo aquel que quiera venga a pasar un buen rato a nuestra cafetería, que además dispone de un pequeño espacio de juegos para los más pequeños", finaliza Lisa.