En el número 5 de la calle Sol nos encontramos con uno de esos bares que son seña de identidad de la ciudad. Su nombre es Puerta del Sol, y por él pasan los parroquianos habituales que a primera hora de la mañana aprovechan para tomar un café. Al frente del local está José Rodríguez, aunque todos los conocen como Pepe. Los clientes no dejan de llegar, pero el hostelero saca unos minutos para atendernos.

Exterior de Puerta del Sol (Foto: Quincemil)

"Aquí no paramos en todo el día", señala con simpatía Pepe, haciendo gala de ese carácter campechano que ha conquistado a su clientela fiel. Al establecimiento llegó hace más de 30 años junto a su hermano, ya fallecido, y hoy en día lo lleva adelante junto a su cuñada, que se encarga de la cocina: "Este local lleva muchos años. Yo siempre lo recuerdo como Puerta del Sol o Porta do Sol. Un tío mío estuvo al frente y cuando se jubiló, lo cogimos mi hermano y yo", recuerda Pepe.

El hostelero llegó a A Coruña con 16 años procedente de Suevos, una aldea de A Baña cercana a Negreira. Lo hizo para trabajar en el antiguo Mesón As Cavas de la calle Galera, que regentaba también un tío suyo. "Lo de la hostelería viene de familia", dice Pepe.

Cocina casera desde primera hasta última hora

Puerta del Sol levanta su verja a las 7:30 horas y cierra las 00:00 horas de lunes a sábado. Desde primera hora los clientes aprovechan para desayunar con opciones como la bollería, los churros, las tostas de pan o la tortilla, el plato estrella de lugar: "Si dejáramos de hacer tortillas tendríamos que cerrar", bromea Pepe.

Ensalladilla y tortilla de Puerta del Sol (Foto: Quincemil/Cedida)

A la hora de comer, el establecimiento dispone de opciones muy variadas de comida casera. Guisos, carnes o pescado fresco son algunas de las propuestas que nos ofrece el lugar para comer como plato o ración. Por la noche, lo que más triunfan son las tapas, entre la que destaca la ensaladilla que recomendaba Chisco Jiménez a este medio como una de las mejores de la ciudad.

Así es Puerta del Sol, uno de esos lugares de toda la vida en los que hay que hacer una parada obligatoria si eres de A Coruña. No queda mucho para hacerlo, ya que Pepe dice con una sonrisa: "Me quedan unos tres años, luego toca jubilarse y descansar".