Uno de los locales más emblemático de la dulzura compostelana ha visto por última vez a sus clientes. La chocolatería Metate cerró sus puertas por jubilación después de décadas siendo el centro del romanticismo en la Travesa de San Paio de Antealtares.
El local había abierto en 1936 de la mano de Manuel Vázquez Pérez al principio como una fábrica de chocolate que formaba parte de los ultramarinos. Con el tiempo las siguientes generaciones lo transformaron en el icónico establecimiento donde visitantes y vecinos podían disfrutar de una taza de chocolate caliente en Santiago.
El nombre de Metate venía de la piedra que se usa en México para triturar el cacao, que a Galicia llegaba sobre todo a través del puerto de Vigo. La cafetería todavía conservaba los útiles que se utilizaban a principios de siglo pasado para elaborar las tabletas de chocolate, uno de los souvenirs más únicos que se podían llevar los turistas.
En el local llegaron a vender numerosas versiones del famoso chocolate caliente, trasladándolo a copas e incluyendo ingredientes como nueces, leche condensada y, como no podía ser de otra forma, nata. Fue lugar de encuentros estudiantiles y un refugio en los días de frío húmedos tan típicos de la ciudad.
Con el cierre del Metate se va otra parte de la historia gastronómica de la capital gallega, que en los últimos ha vivido la reconversión de locales míticos como O Asesino o el Café Derby, en franquicias de grandes cadenas.