Tras una larga trayectoria que lo llevó a cocinar en distintos restaurantes de renombre, sería en el año 2021 cuando Áxel Smyth conseguiría una estrella Michelin trabajando como jefe de cocina en el restaurante compostelano Auga e Sal, que cerró sus puertas en mayo del año pasado. Y tras ese inesperado cierre que se llevó uno de los locales insignia de la ciudad, a principios de agosto el chef volvía a la ciudad para cumplir un sueño: tener su propio restaurante.
Abría así sus puertas Simpar en el número 47 de la Rúa do Vilar.
En cuanto al nombre del local, nos explica Áxel que hace referencia a que su propuesta gastronómica sigue una linea propia, única y diferente. Destaca de Simpar su carta activa y variable que gira entorno al producto local de proximidad y se rige según la temporada y la oferta de los productores con los que trabaja, como Artesáns da Pesca o la Finca de los Cuervos.
Para emprender este proyecto Smyth cuenta con las manos y el apoyo de un equipo de primera compuesto por nombres que ya lo habían acompañado anteriormente entre fogones: Claudia Merchán – su mano derecha y segunda de cocina -, Itziar García y María José López Seijo.
Al echarle un vistazo a la propuesta actual podemos observar que se puede pedir a la carta o dejarse llevar y disfrutar del menú cerrado Simpar, un pase informal de nueve platos seleccionados por Áxel para que la gente conozca la historia y el saber hacer de su cocina.
Y si preferimos pedir a la carta, esta cuenta con suculentos entrantes para abrir boca seguidos de varios platos principales: Navajas con vinagreta de ciruela y almendras; Vieira de Cambados con pimientos de Herbón; Gamba blanca con ajo blanco y tirabeques; Molleja de ternera con salsa de Jerez y puré de boniato; Caballa a la gallega; Pichón de Mont Royal en su jugo con paté… y para finalizar un toque dulce: Melocotón con requesón y miel; Pera con vainilla y toffe o Fresas con nata.
Nos cuenta el chef que la acogida de este primer mes ha sido muy buena, por lo que todo apunta a que Simpar se convertirá en una excusa perfecta para salir a comer por la capital gallega, que se encuentra en un momento muy bueno gastronómicamente hablando gracias a toda la oferta ya presente y a las nuevas aperturas que aportan riqueza no solo a nuestros paladares sino también a la ciudad.