"Despertar el recuerdo de la gente", eso es lo que quería lograr Mónica Prego con A carón do lume (Galaxia), un libro en el que la autora rescata recetas tradicionales de la cocina gallega y rinde homenaje a las abuelas que cocinaban a carón da lareira. El libro es un viaje a través del tiempo lleno de humildad, con el que regresar a la propia casa de la aldea y saborear de nuevo los platos de siempre. También es un regalo para que las nuevas generaciones no pierdan contacto con un modo de vida.
Prego nació en 1975 en la parroquia de Mercurín, en el municipio de Ordes (A Coruña). Allí tuvo su primer contacto con la cocina de la mano de su abuela. "Yo crecí en un ambiente muy humilde, teníamos los ingredientes básicos que daba cada época y ella hacía lo que podía con lo que sabía", relata la autora, que, considera, "heredé de mi abuela la mano paras las masas".
En esos días irían fraguándose lentamente los sabores y las texturas, el gusto, que la llevarían a ella misma a acabar dedicándose al mundo culinario. No obstante, eso sería mucho tiempo después. Antes, se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales y pasó varios años trabajando en áreas financieras.
Durante ese tiempo "la cocina siempre estuvo presente, yo siempre trasteaba", cuenta, por lo que en 2016 decidió abrir un blog de cocina, Pandebroa, donde comenzó a volcar sus saberes y a crear una comunidad. Lo que comenzó como un espacio donde recopilar sus recetas de cocina, acabó convirtiéndose en la llave que le permitiría acabar dando el salto, dedicándose profesionalmente a esta pasión.
Un homenaje a los orígenes
A carón do lume es el homenaje de la autora "a mi abuela y a mis orígenes". El libro recupera los ingredientes y las recetas más tradicionales de Galicia, permitiendo a los lectores/as viajar a un tiempo en el que las materias primas, las técnicas y los utensilios empleados eran diferentes. "Intenté transmitir eso que yo conocía, fusionando la tradición con una buena presentación", indica.
El libro está estructurado por momentos, épocas del año o situaciones a lo largo día. "Me quise trasladar a los ingredientes que había en aquella época, por ejemplo, los tipos de harinas que había, las distintas situaciones o cuándo se hacían esas recetas", detalla.
Por ejemplo, Prado recuerda que los chicharrones que ahora se pueden consumir durante todo el año, antiguamente solo se comían en la época de matanza. "Antes no había nevera ni congeladores, cuando se mataba el cerdo se hacían los chicharrones, también los chorizos y la zorza. Hoy pides una ración de zorza en un bar pero en ese momento solo se comía zorza en época de matanza", relata.
Lo mismo ocurre con otros platos, como la empanada, que solo se preparaban cuando había que hacer pan, ya que los hornos antiguos no se podían calentar para una preparación única tal como se hace con los modernos: "Antiguamente las empanadas se hacían cuando se horneaba el pan, no se hacían de forma aislada ni se hacían 300 variedades de masa, hacías una masa para hornear pan para 15 días y con ella hacías la empanada, un pastel, la bolla de manteca...", detalla Prego.
Asimismo, las recetas del libro recogen los ingredientes originales, aquellos que se usaban de forma cotidiana en las casas, pero también indica los posibles sustitutos modernos, como la mantequilla por la manteca. Ocurre igual con los utensilios utilizados, por ejemplo, cuando se hacían las papas de millo, Prego cuenta que la masa no se removía con varillas, "sino con un palo".
Todos esos detalles aparecen recogidos en el libro, logrando que "nos traslademos allí". Y es que dar ese contexto es parte de lo que quería conseguir la autora con este libro, rescatando una memoria colectiva que con el paso de las generaciones se ha ido diluyendo.
De hecho, a Prego le llegan muchos mensajes de lectores y lectoras que aseguran que el recetario les ha "trasladado" a su infancia en la aldea junto a sus abuelos. Y el propio libro también incluye algunas de las recetas o variaciones que han compartido con ella muchas de las personas que siguen su blog. "Hay mucho de la gente en este libro. Vas aprendiendo nombres y formas diferentes de hacer las cosas", asegura.
Prego también tiene muchos seguidores en países de Latinoamérica, nietos de gallegos y gallegas, a los que les gusta rencontrarse con estos ingredientes y recetas. "Muchos han escuchado a sus padres contar historias, como las sopas de broa de desayuno, pero no saben lo que es", explica. Para ellos en parte está escrito este libro.