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Una de las mejores sobremesas de España se encuentra en Galicia y, concretamente, en el municipio coruñés de Santa Comba. HOST, el Congreso sobre Tendencias e Innovación en Sala y Servicio de Basque Culinary Center, celebrado este martes en San Sebastián, entregó el premio Schweppes al Templo de la Sobremesa al restaurante gallego Retiro da Costiña.

Este galardón reconoce a aquellos restaurantes que cuidan el servicio en sala, la hospitalidad y la experiencia global en torno a la comida defendiendo y poniendo en valor una costumbre que forma parte de la cultura española: la sobremesa.

Situado en una localidad de apenas 10.000 habitantes, este restaurante se ha convertido en todo un referente culinario donde el visitante se siente como en su propio hogar. Manuel Costiña, tercera generación al frente del negocio familiar y chef galardonado con una estrella Michelin, afirma que en su restaurante "se puede comer en una hora y media y hacer una sobremesa de seis horas" y cuenta orgulloso que los fines de semana los clientes del mediodía salen por la puerta a las 20:30 horas, coincidiendo con los que llegar a cenar. 

En el restaurante gallego no existen las prisas y el postre se convierte en el inicio de una experiencia tan gratificante como la propia comida. "Hacemos felices a las personas", reconoce Costiña, quien ha señalado que este premio es "un honor y un reconocimiento al trabajo que venimos haciendo desde hace muchos años".

En un contexto actual en el que cada vez es más difícil prolongar la sobremesa, Retiro da Costiña se presenta como un refugio donde poder disfrutar de una de las mejores sobremesa de España.

85 aniversario

Manuel Costiña dirige desde hace 22 años un negocio familiar que este 2024 celebra su 85 aniversario. Fundado en 1939 por sus abuelos, bajo su batuta se ha convertido en un destino gastronómico a nivel mundial. Premiado con una estrella Michelin desde hace más de dos décadas y recientemente remodelado para ofrecer diferentes ambientes, Retiro da Costiña rinde culto a la sobremesa en un salón exclusivamente dedicado a ella que es tan grande o, incluso, más que el propio comedor. 

Retiro Da Costiña (Galicia).

Cuenta con siete zonas de estar, las mismas que mesas hay en el restaurante, en torno a una chimenea y a un imponente mueble-bar en el que reposan 1.200 referencias de destilados con especial atención a los whiskies y a las ginebras, con más de 300 referencias de cada. "Facturamos cerca de 12.000 digestivos al año y entre los combinados más solicitados está el gin tonic que servimos, por su puesto, con Schweppes", asegura Manuel Costiña.

"Mi familia siempre ha sido de largas sobremesas, de tertulias y animadas charlas después de comer, y tanto mis abuelos como mis padres las han potenciado siempre en el restaurante", explica. Él ha dado una vuelta de tuerca al concepto con una oferta prémium en la que no faltan cafés infusionados, petit fours de autor –entre los que destacan sus rocas de chocolate con cuatro variedades– y un carro de destilados donde preparan los mejores gin tonics a la vista del cliente.

"No entiendo el concepto de turnos que últimamente se ha hecho fuerte en algunos restaurantes –añade–; nuestra misión como hosteleros es hacer que la gente se sienta a gusto y feliz, que pierda la noción del tiempo". Tanto es así que acaba de incorporar a su proyecto siete villas inspiradas arquitectónicamente en los antiguos castros celtas y pensadas para alargar aún más la experiencia en su particular retiro. "Si a los del servicio de mediodía les dan las siete u ocho de la tarde de sobremesa, imagina a los que vienen a cenar".