Ratiños Coffee Shop inició su andadura en Santiago de Compostela en 2018 y, tras trasladarse a un local en la Rúa de Entrepraciñas en 2019, se ha consolidado con su apuesta por cafés de especialidad de todo el mundo, una oferta muy concreta de cervezas y refrescos y su reivindicación del local como dog friendly.

Esta cafetería, regentada por la compostelana María Varela y el venezolano Luis Torrealba, acaba de reabrir después de que hayan sido padres y mantiene su apuesta por un crecimiento "lento pero seguro".

Origen

Meiga, Luis y Marina frente a Ratiños Coffee Shop (Cedida).

Marina y Luis se conocieron en 2012, cuando ambos se encontraban en Madrid trabajando en la hostelería, donde se empaparon de "la cultura cafetera y el movimiento barista" hasta que decidieron volver a Santiago, la ciudad natal de ella, y

"La situación en Madrid era complicada y decidimos volver a casa y, en lugar de seguir trabajando para otras personas, hacer algo nosotros mismos", explica Torrealba en una entrevista concedida a Quincemil.

Desde el primer minuto tuvieron muy claro el tipo de local que querían, apostando por ser un establecimiento dedicado en cuerpo y alma al café, con la convicción de que "en el futuro serán los negocios que habrá, muy especializados".

El café de Ratiños Coffee Shop (Cedida).

Tras abrir en 2018 en la Rúa da Caldereiría, con una pequeña tienda en la que tan solo podían ofrecer café para llevar, en 2019 se trasladaron a la Rúa de Entrepraciñas, al histórico local del Mañoso, ya con licencia de bar y con la posibilidad de servir tanto en mesa como en su terraza.

Para el café han confiado siempre en San Agustín, un tostadero de cafés de especialidad en León que importa grano de todos los lugares del mundo, desde Colombia hasta Etiopía.

"No trabajamos con un origen concreto, pero sí con calidad y buscando los perfiles más atractivos; vamos cambiando periódicamente, conforme se van acabando los lotes", detalla Torrealba.

El café de Ratiños Coffee Shop (Cedida).

Los cafés se complementan con bollería para desayunos y brunch y, además, también cuentan con una limitada oferta de cervezas artesanales de la marca La Virgen y refrescos de la marca Fritz-Kola.

"El no tener demasiados productos también hizo que fuese más fácil resistir durante la pandemia, con la suerte añadida de que nuestra casera se ha portado de maravilla", detalla Torrealba, quien celebra que, gracias al café para llevar, el local mantuvo el tirón durante los meses de cierre.

Otra de las claves de Ratiños es, bajo el lema "perros buenos bienvenidos", permitir la presencia de mascotas en el local, empezando por Meiga, la perra de Marina y Luis, que da nombre a la contraseña del WiFi y acude puntualmente a supervisar el negocio.

La cerveza de Ratiños Coffee Shop (Cedida).

"Creemos que hay que cambiar las cosas: en Santiago es complicado, pero en otras ciudades puedes ir con tu perro a cualquier lugar y es cuestión de tiempo que muchos más locales permitan su presencia", prosigue Torrealba.

Con respecto al futuro, la mitad de Ratiños se muestra optimista con la acogida de este tipo de locales, que crecen de forma "lenta pero segura", y espera que la apertura paulatina y el verano traigan nuevos clientes, ya que "el que prueba repite".