Con un origen que se remonta muchos siglos atrás, la versión más extendida del concepto ir de tapas sitúa su inicio cuando los mesoneros empezaron a acompañar el vino con algo de comida para minimizar los efectos del alcohol y evitar la embriaguez e su clientela.
Sea como fuere, practicar el tapeo está de moda porque es sinónimo de informalidad y de libertad ya que el comensal elige si tomarlas sentado en una mesa o de pie en la barra, si usar las manos o una cucharilla, si tomar varias en un bar o ir cambiando, si hacerlo antes de comer para abrir boca o comer a base de ellas… las posibilidades en el tapeo son casi infinitas y en España nos gustan todas.
Granada, León, Zaragoza, San Sebastián, Ávila… son algunos de los lugares más conocidos para hacer ese recorrido por los bares que nos acompañan las bebidas con pequeñas porciones de comida gratis o a un precio bastante reducido, pero lo cierto es que en casi todas las ciudades de nuestro país existe una zona propicia para ello. ¿Sabes cuál es la de Santiago?
Desde Porta Faxeira hacia la Plaza del Obradoiro pasando por la Plaza de Fonseca, en la Rúa do Franco cada puerta esconde un bar, taberna o restaurante. Casi un centenar de locales se abren ante los transeúntes para ofrecerles vino en cunca, buenas carnes y mariscos frescos. Pero lo cierto es que a lo largo de esta calle, que tiene su origen en las tabernas medievales que se instalaron allí para atender a los peregrinos procedentes del Camino Francés, también se puede tapear.
Pinchos, montaditos, tostas, platillos, cazuelas… las opciones son variadas y cambiantes según las especialidades de cada local: Papatorio, A Taberna do Bispo, Gato Negro, Abellá, Trafalgar, María Castaña, Petiscos do Cardeal, Orella, El Patio, O Boteco, O 46, Mesón 42… Pero además de en esa calle, en todo el casco histórico nos encontraremos con muchos otros locales también apetecibles para hacer una parada y tomarse una tapa como Antollos, La Tita, Caña Hueca, La Cueva, Marte San Jaime, O Piorno, Tokio o La Cueva, entre muchos otros.
Mucho más allá de la ciudad vieja, en la zona nueva también existen recorridos de tapas más tradicionales que, además, se sirven de cortesía. O lo que es lo mismo: gratis con la consumición. Tortilla de patatas, croquetas, aceitunas, ensaladilla, patatillas, pizza, pan con tomate, empanada… En la céntrica Plaza Roja y a lo largo de las calles de Frey Rosendo Salvado y Santiago del Estero, nos encontraremos con una gran cantidad de bares (La Planta, Krystal, Montoto, Raíces, Estudio 34, Triskel, Milay...) en los que poder disfrutarlas.
Cabe destacar que al igual que en muchas otras ciudades amantes del tapeo, esta costumbre ha evolucionado hacia una cocina elaborada y en la capital gallega se ha popularizado el concurso Santiago(è)tapas, que se suele celebrar en el mes de febrero y lleva ya quince ediciones permitiendo a locales y turistas descubrir la alta calidad de las tapas de la ciudad.