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Uns pican e outros non. Pero lo que está claro es que los pimientos de Padrón son siempre un acierto seguro. Galicia es algo parecido al paraíso para los amantes del buen comer y prácticamente en cualquier rincón hay un bar, taberna o restaurante que ofrece deliciosos y sabrosos platos típicos de nuestra gastronomía. Si estás cerca de Santiago de Compostela y quieres comer bien y barato, en Quincemil te desvelamos hoy un destino perfecto que te encantará y al que, a buen seguro, desearás volver en más de una ocasión.

Es cierto que la capital gallega presume de tener una amplia oferta hostelera, pero sus alrededores también merecen la pena (y no solo en el apartado gastronómico). El municipio de Padrón es un ejemplo perfecto y también el mejor sitio para comer los famosos pimientos de Padrón, aunque lo cierto es que el nombre real de este alimento es 'pimientos de Herbón', ya que su origen viene de un pequeño huerto del convento de San Francisco de Herbón, una parroquia dentro del ayuntamiento coruñés de Padrón.

Conocida por ser el primer lugar al que arribaron los restos del Apóstol Santiago y por ser la tierra natal de Rosalía de Castro y Camilo José Cela, la villa de Padrón es parada obligatoria para aquellos visitantes que deseen comer bien y barato y, además, empaparse de historia. Hay restaurantes, bares y tabernas que ofrecen todo tipo de platos, desde empanada gallega hasta chipirones fritos, pero hay uno que no falta en la carta de cualquier establecimiento: los pimientos de Herbón.

Ambiente familiar y acogedor

Las calles del casco histórico de la villa (y otras próximas) están repletas de locales de hostelería que se esfuerzan cada día en conquistar los paladares más exigentes. Está A Casa do Pantín, taberna A Filoxera, pulpería Real, restaurante O Secreto, bar A Esquena, restaurante O Secreto do Viño, O Alpendre, A Casa dos Martínez y taberna O Paraíso, de la que los comensales hablan auténticas maravillas por la calidad de los productos y por tener precios accesibles para prácticamente todos los bolsillos.

Estos establecimientos suelen tener un ambiente familiar y muy acogedor, y las raciones suelen ser abundantes, por lo que, sumado a la amabilidad de los propietarios, hacen que la experiencia de comer en Padrón sea muy gratificante.

En definitiva, Padrón es una villa muy interesante donde comer algunos de los platos más emblemáticos de la cocina gallega sin gastar muy pastizal, pero también donde descubrir la leyenda del Santiago Apóstol y la vida y obra de Rosalía y Cela. El puente de Padrón, el Convento y la Fuente del Carmen, el Jardín Botánico-Artístico y el Paseo Fluvial do Espolón son algunos de los monumentos y espacios que merece la pena visitar en la villa.

Si el tiempo acompaña y, además, sientes curiosidad por conocer otras construcciones, en los alrededores de Padrón encontramos el Santuario da Escravitude y la Iglesia de Santa María la Maior de Iria Flavia, con su singular Cementerio de Adina. También está la ermita de Santiguiño do Monte, que para llegar hay que ascender un total de 132 escalones desde el Convento del Carmen.