Los animales, al igual que los humanos, también pueden necesitar una transfusión sanguínea en algún momento de su vida, y disponer de esa sangre en el menor tiempo posible puede ser determinante para salvarlos. El Banco de Sangre Animal (BSA) es una entidad dedicada a la donación de sangre de perros y gatos que presta servicio a toda España. En Galicia, hay tres hospitales veterinarios que colaboran con el banco para poder hacer llegar la sangre a otras clínicas de la comunidad.

El BSA es una entidad con sede en la ciudad de Sabadell, en la provincia de Barcelona (Cataluña) y con sede principal en la ciudad portuguesa de Oporto. En sus instalaciones reciben a propietarios con sus mascotas que quieran realizar donaciones de sangre para que puedan recibirla otros animales que la necesiten. El proceso es altruista y poco invasivo para los donantes, que con su sangre pueden salvar la vida de otros perros o gatos.

"La donación se hace en unos diez minutos aproximadamente y el animal tiene que estar relajado y tranquilo, prácticamente no lo notan", explica Beatriz Aparicio, una de las veterinarias que trabaja en el BSA. "Si el animal se pone muy nervioso o no permite manipularlo, priorizamos el bienestar animal antes que la donación", cuenta.

Tras la donación se procesa la sangre para obtener sus distintos componentes. "La sangre entera se separa en diferentes productos, de modo que una misma donación se puede utilizar en distintos pacientes", detalla. Estos productos son los que envían después a sus clínicas y hospitales asociados por toda España, que los mantendrán almacenados y listos para su uso. Posteriormente, estos centros pueden a su vez hacerlos llegar a otras clínicas de su entorno en poco tiempo.

En Galicia hay tres centros que reciben estas donaciones directamente desde el BSA para tenerlas en "stock" en sus instalaciones y poder usarlas en sus pacientes o enviarlas otras clínicas de la comunidad cuando se presente una urgencia.

Uno de ellos es el Hospital AniCura ImaVet de Santiago de Compostela, que trabaja "en exclusiva con casos derivados de otras clínicas" y les facilitan también los productos que reciben del BSA. "Es igual que en la donación humana, tiene la misma calidad", aseguran. En la comunidad gallega también realizan esta misma labor MiVet Hospital Veterinario Atlántico en A Coruña, y el Hospital Veterinario Beade-Vigo, en Vigo.

Acortando los tiempos

El BSA realiza un trabajo pionero en España ya que "la medicina transfusional en veterinaria es relativamente nueva". Hasta hace poco, cuando las clínicas necesitaban sangre para algún animal tenían que echar mano de otras mascotas de forma urgente y el proceso se hacía in situ, con el donante y el receptor presentes. "Se les hacía una pequeña analítica para ver que estuviera todo correcto y se hacía una transfusión de sangre entera al momento", relata.

También existía la opción de pedirla en el momento a un centro la tuviera disponible, pero ese tipo de envíos tardan al menos 24 horas, lo que en muchos casos es demasiado tiempo. El banco permite en cambio tener en reserva esos productos sanguíneos para que estén disponibles en cada territorio en el momento en que se necesiten.

Instalaciones del BSA (foto: cedida)

No obstante, asegura que el trabajo tiene muchos retos y hay que jugar con los tiempos. "Como dependemos de las donaciones voluntarias no siempre puedes tener de todo", y recuerda que han vivido momentos, como durante la pandemia, en los que "estuvimos realmente mal". A ello se suma la duración de cada producto de la sangre: "El plasma dura cinco años pero el concentrado solo mes y medio", apunta.

Con todo, el BSA continúa realizando este trabajo con el objetivo de que "la sangre llegue a todo aquel paciente que la necesite, y que esté disponible en el mayor número de clínicas posible", añade Aparicio.

Requisitos para donar

En el BSA pueden donar su sangre perros y gatos que cumplan una serie de requisitos para asegurar que la sangre sea óptima para ser donada y también para salvaguardar el bienestar del animal.

Así, en ambos casos deberán ser animales sanos, pero también tranquilos y amigables, "lo cual permite una manipulación fácil y segura, y minimiza la ansiedad durante el proceso de donación". En cualquier caso, los dueños/as de los animales están presentes durante el proceso para aportarles aún más seguridad.

Un gato en el BSA (foto: cedida)

En todos los casos los perros y los gatos deben estar vacunados y desparasitados y no tener signos de padecer enfermedades infecciosas. Además no pueden estar tomando ninguna medicación más allá de los antiparasitarios ni antecedentes de enfermedades previas graves. Tampoco pueden tener soplos cardíacos o haber recibido una transfusión de sangre previamente.

También deberán tener edades comprendidas entre los 1 y 10 años. En el caso de los perros deberán contar un peso superior a los 20 kg y los gatos superior a 3 kg.