Agosto es el mes por excelencia de la celebración en A Coruña. El pasado 1 de agosto comenzaron las Fiestas de María Pita y con ellas, un mes entero de actividades que tienen la música por protagonista. Buena noticia para muchas personas, pero no así para las mascotas, especialmente los perros, que pueden verse negativamente afectados por las aglomeraciones y los ruidos de conciertos, petardos o fuegos artificiales. ¿Cómo protegerlos de esos estímulos?

"Los perros tienen un oído más agudizado hacia los ruidos", detalla Paola Marcos, veterinaria del Centro Veterinario Hércules en A Coruña. Es por ello que se pueden ver más afectados por los ruidos intensos que se dan con frecuencia en las ciudades, como los sonidos del tráfico o las obras en la calle. Además, en momentos puntuales de mayor ruido, como las fiestas, pueden llegar a padecer estrés y sufrir verdaderamente.

Por norma general lo mejor es "evitar llevarlos a una zona donde haya fiestas y ruidos" y "exponerles a un estrés innecesario" por las luces, el ruido y la gente, ya que eso les puede llevar además a "desarrollar miedos a otras cosas". Pero, en caso de que no se puedan evitar alguno de estos escenarios, o para intentar evitar que el animal desarrolle miedo hacia ruidos cotidianos, pueden seguirse algunas pautas.

Acostumbrarlos desde cachorros

Además de tener un oído más sensible, si no se les ha acostumbrado desde pequeños a distintos estímulos y ruidos, cuando se produce uno más fuerte del habitual en su día a día "empiezan los miedos y la ansiedad, lo que puede desencadenar en una fobia", relata.

Es por ello que, para empezar, una de las recomendaciones de la veterinaria es "acostumbrarlos desde cachorros a los diferentes estímulos". "Es importante acostumbrarlos a todo lo que va a ser normal en su vida, sobre todo durante el periodo de socialización", porque, de lo contrario, "pueden desarrollar miedos" o incluso acabar "asociando unos ruidos con otros", por ejemplo, "el ruido de los petardos con el de las tormentas".

Un perro acompaña a sus dueños a un concierto Shutterstock

"En la fase de cachorros es importante que salgan, que conozcan el ruido de la gente, de los coches, incluso de los niños", indica. Si aún no tienen las vacunas necesarias para poder caminar por la calle "puede salirse con ellos en brazos para que vayan teniendo ese contacto".

En el caso de perros más mayores esa adaptación es más "complicada y larga", porque "los miedos no se quitan de la noche a la mañana". En todo caso, Marcos explica que se puede aplicar la denominada "desensibilización".

Esto es: "si un animal tiene miedo a las tormentas, se pueden poner en casa sonidos de coches o tormentas a un volumen bajito para que vean que es un sonido habitual, y a medida que lo vayan tolerando, se puede ir aumentando ese sonido". Si bien, reitera, es perros adultos es un proceso "mucho más lento".

Desviar la atención o alejarlo del ruido

Para los casos en los que no se haya podido evitar la exposición a un ambiente ruidoso y el animal comience a mostrar signos de nerviosismo, se puede intentar "desviar su atención a algo positivo, como las chucherías", es decir, "enfocar la atención en otra cosa, ya sea a través del juego o de la alimentación".

Marcos recuerda, no obstante, que los miedos son complejos y a veces desviar la atención no funcionará y será necesario marcharse de ese lugar con el animal para llevarlo a un espacio más relajado, alejado del estímulo. Lo importante siempre es su bienestar.

Crear un lugar seguro en casa

En caso de que se tome la decisión de dejar al animal en casa solo cuando en el exterior hay fiesta u otros ruidos que pueden alterar al animal lo ideal es "acondicionar una zona segura para ellos" dentro de la vivienda.

Un perro disfruta de su cama Shutterstock

La veterinaria aconseja "acomodar una zona específica de la casa", haciendo uso de su cama habitual o de mantas que tengan su olor y les gusten. Si hay mucho ruido en el exterior pueden cerrarse puertas, ventanas y persianas, "intentando insonorizar la estancia lo máximo posible".

Eso si, evitando que se sientan atrapados y permitiendo que puedan desplazarse dentro de la estancia, y tengan una "zona de confort".

Medicación ante miedos extremos

En casos en los que el animal padezca un miedo muy fuerte que le impida desarrollar su vida con normalidad, a veces no quedará otra opción que "hacer uso de medicaciones tanto naturales como algo más fuertes". Para todos estos casos la veterinaria recuerda que habrá que consultar con un etólogo, el profesional especialista en el comportamiento del animal.