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Los hámsteres son unos animales elegidos habitualmente para que niños y niñas se familiaricen con el cuidado de mascotas, tanto por su tamaño, como por su carácter. Graciela Pousada, veterinaria de especies exóticas en la clínica Recatelo de Lugo, recuerda que aunque pueden resultar graciosos y amigables "hay que recordar que no son un juguete", sino "seres vivos", por lo que es necesario conocer sus necesidades y darles la atención apropiada.

"Es el animal típico que se compra a los niños pequeños, pero los niños no son capaces de mantenerlo limpio, decidir cuándo tiene que comer... por lo que las madres y padres tienen que tener en cuenta que, aunque el niño vaya a disfrutar del hámster, ellos van a ser los máximos responsables", explica la veterinaria.

Como no son juguetes, hay que respetar también sus ritmos y tiempos de descanso, por eso "no se le puede estar cogiendo en la mano y sacándolo de la jaula siempre que nos apetezca", indica. De hecho, "suelen dormir durante el día y despertarse por la tarde noche", por lo que "el día que no hay cole no lo puedes despertar a las 10:00 y ponerte a jugar con él, tienes que respetar sus horarios de sueño y la alimentación", reitera Pousada.

En cuanto a su longevidad, hay que tener en cuenta que los hámsteres "viven dos o tres años como mucho", y a partir de ese momento "la misma naturaleza hace que vayan degenerándose, hay tumores, hay debilidad, hay fallos renales... a veces fallecen en la jaulita, y a veces hay que dormirlos", detalla.

Alimentación y otros cuidados

Los hámsteres se alimentan fundamentalmente de semillas o piensos que ya se venden preparados en las tiendas especializadas, pero también "se les puede dar de forma esporádica fruta fresca". Estos pequeños roedores tienen además una particularidad, y es que cuentan con los llamados "abazones", unas "bolsas que tienen en cada mejilla donde almacenan semillas y comida".

"Cuando les das de comer, llenan los abazones y se van a un rincón que ellos consideran su despensa a guardar la comida", relata la veterinaria, que recalca que esos rincones "no hay que limpiarlos en exceso, solo supervisar que no se les estropea la comida", ya que "tienen que tener siempre algo de comida ahí guardada". También habrá que mantener limpia la jaula.

Un hámster con sus abazones. Shutterstock

Pousada explica que, diferencia de otros animales, para los hámsteres "no hay vacunas ni desparasitaciones rutinarias". Por ello, si se observan picores, falta de pelo o prurito hay que llevarlos al veterinario porque "pueden tener parásitos". Hay que prestar atención especial a este aspecto si además de un hámster se tienen en casa otros animales, como perros que salgan a la calle, porque pueden traer esos parásitos de fuera, "a veces incluso vienen con sarna y tiña", apunta la veterinaria.

También hay que tener cuidado si se ha adquirido el hámster en un sitio "donde no hubo buenas condiciones higiénicas" o si "lo encuentras en la calle". "Hay gente los abandona en el parque y otros niños lo encuentran, y como ya lleva tres o cuatro días ahí y estuvo en contacto con animales silvestres urbanos, pudieron coger infecciones", lamenta.

Con todo, los "problemas dentales" son los más habituales, y en muchos casos se deben a traumatismos. "Creo que son traumatismos porque se caen del colo y se rompen el diente y luego le crece torcido, entonces, cuando cierran la boquita el diente no les cabe dentro de la boca y hay que estar cortando. Tienen que venir cada 15 días a cortárselo".

Socialización

A la hora de decidir si se tienen uno o más hámsteres hay que tener en cuenta que "si se tienen varios no van a querer interaccionar con los humanos", incluso "pueden morder, porque tienen su vida familiar entre ellos". En cambio, si se tiene uno solo, "pueden llegar a interaccionar, sobre sobre todo si lo tienes desde pequeñito, ya que cada vez que interaccionas le das un refuerzo positivo".

"Es decir, si desde pequeñito lo coges y cada vez que lo coges le das un trocito chiquitito de manzana o una pipa sin sal, es un refuerzo positivo, y van a estar esperando a que lo hagas, sobre todo si se lo das a la misma hora", detalla.

Pousada recuerda asimismo que si se adquiere una pareja "pueden criar", y alerta de que si se mantiene a la pareja junta con las crías "el padre suele comerse a las crías". Las crías, por su parte, no se parecen al nacer a los hámsteres adultos, ya que "salen inmaduras, con los ojitos cerrados y sin pelo, con la piel casi transparente, y dependen mucho del cuidado de la madre".