By Philomena es una marca de joyas versátiles que recibe su nombre de la abuela de la impulsora, Katia Fernández López, que quiso hacer un homenaje a sus orígenes con esta denominación. Collares, anillos o pulseras forman parte de los productos que la gallega muestra a través de las redes sociales y que varían según los dictados de la moda
La marca cumple este 1 de octubre su primer año de vida oficial, aunque Fernández López abrió el perfil en Instagram antes para comprobar como recibía el público sus productos. "By Philomena ha sido como un pequeño proyecto de vida que tengo desde hace muchos años. Por circunstancias de la vida, no decidí hacer algo más en serio hasta que pasé una situación muy complicada que superé. Todo salió bien y me sentí capaz de hacer cualquier cosa que me propusiese", explica la joven.
Fernández López se ocupa de todo: el diseño, la mano de obra, el proceso de venta y la gestión de las redes sociales. Tiene, sin embargo, la ayuda de su hermano y su cuñada, fotógrafos, y de su marido. Este apoyo, sumado al que recibe por parte de los clientes y seguidores de la marca, hacen que esté "satisfecha" con el resultado del trabajo y que continúe con ilusión este pequeño negocio.
La experiencia de compra en By Philomena es muy parecida a la que se vive en una tienda física, ya que la diseñadora aconseja a sus clientas el producto que mejor se adapta a sus necesidades. La venta se realiza fundamentalmente a través de la página web y de Instagram, donde la joven gallega gestiona los pedidos de forma manual. La marca cuenta, además, con una pequeña tienda con varios productos en exposición que también se pueden comprar. El local está situado en la plaza de España de Lugo, ciudad natal de Katia Fernández.
Las colecciones
Las colecciones salen por campañas, otoño/invierno y primavera/verano, y los modelos aparecen según avanza cada estación. La joven asegura que está continuamente en proceso de creación, haciendo pruebas, y que cada diseño requiere un tiempo "de incubación" propio que combina con la gestión de los pedidos.
Su producción incluye una gran variedad de diseños en los que hay espacio para el color y la sobriedad. "Me voy adaptando a las tendencias de última hora, esas que no salen a principio de temporada y que, simplemente porque una estilista de renombre o un fotógrafo las saca, se convierten en tendencia", explica la gerente de By Philomena.
La joven tuvo mucho éxito con su anterior colección primavera/verano, llena de nostalgia por la infancia. "Se vendió muchísimo. Los modelos se ven aniñados, los collares evocan a los típicos que hacía de pequeña y te los puedes poner tú o se los puede poner tu hija", indica Fernández López, que explica que su target tiene entre 30 y 45 años. "Esa colección nació durante el confinamiento, fue como una respuesta que tuvo mi cerebro a un ambiente gris. Empecé a hacer cosas, me gustó y de ahí surgió esta colección que ha arrasado", asegura la creadora gallega.
La colección otoño/invierno no está todavía al completo en su página web y redes sociales. Es muy diferente a la anterior: tiene muchas perlas, cadenas grandes con eslabones y se centra en un solo color, el rojo. Las primeras impresiones parecen ser buenas, ya que el feedback que ha recibido hasta ahora por parte de sus seguidoras es positivo.
Priscila, Gracia, Ofelia, Cuore, Buda, River… cada una de las joyas que comercializa tiene un nombre que surge por si solo, según lo que le inspiran a Katia Fernández sus creaciones: "Por ejemplo, si veo un collar que me recuerda a un viaje que hice a África, le pongo Samburo, que es como se llama una tribu de Kenia". Las denominaciones no tienen una explicación lógica ni hacen referencia a algo que tenga un gran valor sentimental, simplemente identifican las joyas de By Philomena.
Productos versátiles
Los collares son las joyas de la marca gallega que más se venden, quizás por su versatilidad. "Un collar no es solo un objeto que te puedas colgar al cuello, sino que posiblemente lo puedas usar de cuelgagafas, de cuelgamascarillas, como pulsera y, si te da, también de tobillera. Creo que la gente busca la versatilidad, y esa es una de mis máximas. Hago pendientes desmontables para que se puedan poner con el charm colgando o quitárselo, para que quede solo un aro", explica la joven de Lugo.
"Estoy en un mundo en el que hay mucha competencia. La gente trabaja muy bien y hay que buscar un punto de diferenciación en un mercado masificado", añade al respecto Katia Fernández. Los precios de sus productos oscilan entre los diez y los 55 euros del más caro, una edición limitada formada por cuarzos naturales, plata chapada y perlas cultivadas. "Trabajo con un stock pequeño. Actualizo los modelos según los vendo, necesito mucho tiempo para elaborarlos. Trabajo prácticamente sobre pedido", indica la joven, que en ocasiones especiales también hace joyas personalizadas.
Katia Fernández tiene varios proveedores españoles y europeos que le facilitan los materiales con los que elabora sus productos. Los elementos que forman sus joyas los encuentra principalmente visitando ferias como Ifema, donde comprueba la calidad, aunque también recibe ofertas a través de Instagram por parte de algunos proveedores.
Fernández López realiza las reposiciones de forma mensual, lo que le permite llevar un control más exacto de lo que usa o todavía tiene disponible. "Hay algunos modelos que se han vendido y no los he podido reponer porque un proveedor ha descatalogado el producto. Pienso que ya es el momento de que no esté en la colección. Me pasó con el collar Be happy, que tenía unas letras de nácar y gustó muchísimo", explica a este respecto la responsable de By Philomena.