Del maximalismo al minimalismo, lo natural se ha vuelto subversivo. Tras la fiebre de la moda extravagante e intencionadamente llamativa que hemos vivido estos últimos años (en especial, tras la pandemia) parece que tanto excentricismo empieza a relajarse un poco. Al menos, a grosso modo. Ahora, ese toque de extravagancia se deja más para los complementos o accesorios, sobre la base de la construcción de un look más básico.
El término normcore fue acuñado por la agencia de tendencias neoyorkina K-Hole en octubre de 2013 y consiste en llevar outfitscompuestos por prendas básicas y sencillas, optando por la comodidad, la atemporalidad y la versatilidad. No obstante, y aunque no lo parezca, se trata de toda una declaración de intenciones, sobre todo como respuesta a la propagación masiva de la cantidad de tendencias que se crean a velocidad récord.
La idea es mostrar una personalidad propia y única que no necesita ser expresada a través de ninguna tendencia. Además, ser normcore es también sostenible, ya que evitamos caer en la compra compulsiva de ropa. La clave es contar con prendas que puedan adaptarse a prácticamente cualquier situación, que sean convencionales y cómodas por las que no pase el tiempo. ¿Podríamos decir que el normcore es el principal aliado del famoso armario cápsula? Pues muy posiblemente sí.
Varias pasarelas se han hecho eco de esta tendencia anti-tendencia para este verano 2023 ya que representa un estilo fresco con el que estar cómoda a través de la simplicidad, pero al mismo tiempo a la moda.
Además, el estilo normcore no solo es referido a la ropa, sino también a la actitud, por lo que podemos incluir el pelo y el maquillaje. En este sentido, se sigue la máxima de la cara lavada o no make up, optando así por un maquillaje y un aspecto más natural y ligero. Ideal para el verano, en el que normalmente estamos más morenas.
Este estilo minimalista, aunque es a gusto del consumidor, está compuesto de una serie de prendas básicas que no pueden faltar como, por ejemplo: camisetas de corte recto blancas (y/o colores neutros), prendas de raya marinera, deportivas negras o blancas, sandalias planas, jeans oversize, bermudas en tonos beiges y grises, total looks de punto, vestidos y faldas también en colores neutros combinables con el resto de prendas y accesorios, sudaderas lisas y blazers básicas. En cuanto a accesorios, ganan las gorras y las gafas. Efecto effortless conseguido.
¿Qué quiere decir esto? Se trata de conseguir un poco el efecto de: “has abierto el armario y te has puesto lo primero que has pillado”, y, aún así, vas monísima a la par que cómoda, siendo la realidad que es un outfit estudiado y cuidado. Y qué mejor época para ello que el verano.
Esta temporada la sencillez, la elegancia y la atemporalidad serán tus mejores amigas tanto para ir a la playa, como para salir a comer o a cenar, una noche de copas, un plan por el campo o un día de piscina, whatever. Presumir de una esencia relajada, pero ideal, es posible.