Nunca falla, llega el mes de septiembre y empezamos a ser conscientes de que nuestro cabello no es el mismo que el de hace tan solo un par de meses. Lo más habitual es que las largas jornadas de playa, sol y piscina hayan hecho estragos en nuestra melena y esté más áspera, frágil y quebradiza, con lo que se hace necesario un plan de rescate para hidratarla y devolverle el esplendor de antaño.
La hidratación del cabello es, no obstante, una carrera de fondo. De la misma manera que hidratamos nuestra piel a diario –o al menos deberíamos hacerlo–, el pelo precisa de ciertos cuidados si queremos mantenerlo saludable y bonito.
Dicho esto, la buena noticia es que, con algunos mimos extra y recomendaciones de experto, podemos recuperar la salud de nuestro pelo después de las vacaciones en tiempo récord. Por este motivo, en Quincemil hemos elaborado una guía express para conseguir que tu melena vuelva a ser la de antes del verano. Ve tomando nota.
La rutina de cuidados comienza en casa
En primer lugar, es fundamental elegir un champú y acondicionador específicos para reparar e hidratar el cabello. Y una vez a la semana es esencial aplicar una mascarilla durante 20 o 30 minutos que nos ayudará a reparar la fibra capilar de una manera más intensiva. Además, lo ideal es evitar durante un tiempo el uso de herramientas de calor como planchas o secadores que, a largo plazo, secan demasiado el cabello, sobre todo si la temperatura de dichas herramientas es muy alta.
Si no podemos evitar su uso la solución pasa por regular la temperatura y que no supere los 185 grados, de manera que podamos moldear y secar el pelo sin dañarlo. Y un apunte más, si vas a utilizar cualquier tipo de plancha, secador o tenacillas, aplica antes un protector térmico que ayude a minimizar los daños y, al mismo tiempo, aporte brillo e hidratación
Presta atención al cuero cabelludo
A menudo, el cuero cabelludo es el gran olvidado, pero si le prestamos un poco de atención marcará la diferencia en la salud de nuestro pelo. Los expertos recomiendan realizar una exfoliación suave para, a continuación, seguir con un lavado también suave, evitando frotar demasiado y, una vez al mes, masajear la zona con un aceite nutritivo con las manos o con un cepillo masajeador. Estos cuidados contribuyen a activar la circulación de la zona, produciendo una vasodilatación que contribuye a fortalecer la fibra y estimula el crecimiento del pelo.
Cortar por lo sano: una opción drástica (pero efectiva)
Si tu melena está muy castigada, valora la opción de cortar por lo sano y empezar de cero con una longitud saludable, sin puntas abiertas y dañadas que puedan extender el deterioro a toda la fibra. Puede parecerte una opción demasiado drástica, pero lo cierto es que muchas veces es el primer paso para conseguir una melena saludable, resistente y bonita. Además, la mejoría es instantánea.
Evita el agua muy caliente
Hay pocas cosas tan terapéuticas como una ducha caliente. Sin embargo, tu cabello podría estar pagando un alto precio por esos pocos minutos de relajación. El agua, cuando está muy caliente, abre la cutícula capilar, dejando escapar la hidratación, además, puede desequilibrar el pH del cuero cabelludo y dañar la propia cutícula. Lo más recomendable es enjuagar el pelo con agua fría pero, si el mero pensamiento te produce escalofríos, el agua tibia también es una buena opción.
Apuesta por los tratamientos en cabina
Para terminar, permítete el lujo de visitar algún centro de belleza capilar. Existen tratamientos verdaderamente efectivos que te ofrecen rituales cien por cien naturales y personalizados, basados en el diagnóstico del estado de tu pelo. Después de un tratamiento de este tipo, notarás como el cuero cabelludo recupera la salud y la fibra capilar su vitalidad, con lo que tu pelo estará más flexible, suave y radiante.