Roi Porto, coruñés afincado en Madrid, vuelve a casa en el mes del Orgullo para pinchar en el Atlantic Pride que ya ha comenzado en A Coruña. El turno del DJ será este viernes, 12 de julio, y se presentará con un repertorio fuera de lo común para animar a cientos de personas que se reunirán en los jardines de Méndez Núñez este fin de semana.
Vives en Madrid, pero vienes mucho por A Coruña, ¿no?
Sí, efectivamente. Llevo 12 años viviendo en Madrid. Un poco mi base es mi negocio, el Backstage, que llevo con mi madre y con mi hermano y que me da la tranquilidad de poder invertir y dedicarme a lo que quiero, que es todo artístico. Hago escultura en neón, cosas de diseño y sobre todo trabajo de DJ en los principales clubs de Madrid. Ahora mismo estoy haciendo música también con el productor de Fangoria.
¿De Fangoria? ¿Podremos verlo en el festival?
Sí, estoy preparando un single que voy a cantar en primicia en el Atlantic Pride.
El Backstage es la nueva discoteca de moda en la ciudad, y además tenéis el Astoria.
El Backstage es de mi madre y mío. Lo montamos hace 15 años, va a hacer este verano. La verdad es que para mí es un orgullo, primero por haber podido sacar a mi madre de casa, porque siempre he visto en ella un gran potencial: es brillante, la diva que todos conocéis. Y segundo, porque haberlo montado siendo un bebé, y seguir viviendo de eso, me parece un lujo y un orgullo tremendo.
¿Por qué decidiste irte a Madrid?
Decidí irme a Madrid porque creo que había llegado mi momento, después de una ruptura sentimental bastante turbulenta, creo que no podía hacer nada más aquí que esperar el fin de semana y trabajar de noche. En cambio, Madrid me ha ofrecido todas las oportunidades maravillosas que he tenido estos 12 años y que sigue sorprendiéndome a diario. Entonces es como un paso lógico y necesario. Aquí no hubiese sido feliz por mi mentalidad, porque soy demasiado abierto, tiendo a innovar, a ir por libre y hacer cosas que aquí no tenía para hacer. Aquí mi techo ya lo había tocado, me quedaba seguir siendo empresario de la noche. Pero a nivel artístico para todo este tipo de inquietudes, desde luego que el sitio es Madrid.
O sea, que si te quieres dedicar al mundo del arte, ¿en A Coruña es más difícil?
En Madrid, al salir de casa nunca sabes lo que te vas a encontrar, ni lo que te va a deparar la ciudad. Yo he vivido 8 mil millones de situaciones inverosímiles, pero al mismo tiempo reales. O sea, muy loco todo. En A Coruña no digo que eso no pase, pero desde luego que es a otro nivel y con otra proyección.
"Creo que en A Coruña se fomenta mucho el 'que dirán', la crítica fácil y el aparentar. Y estos son valores que no van absolutamente conmigo"
¿Crees que ha cambiado algo A Coruña desde que te fuiste?
Ha evolucionado mucho y se ha abierto muchas mentes, pero en el fondo hay ciertas cosas que no dejan de entristecerme y eso pasa mucho por la mentalidad de la gente. Y es que se nota mucho cuando alguien es abierto, cuando ha viajado, y cuando no. No lo digo a nivel cultural, sino a nivel emocional, por ejemplo, yo me he criado y me muevo en un entorno en el que es totalmente sano que celebramos la vida, que no hay envidias, que no hay críticas. Creo que en A Coruña se fomenta mucho el "que dirán", la crítica fácil y el aparentar. Y estos son valores que no van absolutamente conmigo. Creo firmemente en la libertad y en la libertad individual y grupal. Eso es algo que por suerte mi madre me ha inculcado en casa. Desde muy pequeño me ha enseñado que la vida es libertad y que ser diferente nunca es un defecto, sino una virtud.
¿Qué es lo que más te gusta de esta ciudad? ¿Qué significa para ti pinchar en el Atlantic?
Es una ciudad maravillosa. Como dice la canción: "Vivir na Coruña que bonito é". Si me preguntas hace unos años jamás pensé que me llamarían del Atlantic Pride: me lo tomo como un regalo. Creo que sobre todo cuando nos vamos haciendo mayores, siempre queremos y fantaseamos con volver a los lugares donde uno ha sido feliz, y desde luego, este es el caso de A Coruña. Por desgracia hubo un tiempo en el que no ha sido así, por motivos personales, por peleas absurdas en casa, que casi toda la ciudad sabe y que me importan una mierda, la verdad, por gente a la que le molestaba verte haciendo cosas fuera y así te lo hacían saber o que se inventaban historias para no dormir sin conocerme.
Cuando la verdad es que soy un tío muy sencillo y de andar por casa. Por suerte todo eso ha quedado atrás. Supongo que son cosas que te hacen especialmente fuerte y he aprendido a pasar de absolutamente todo. Siempre me he visto reflejado en la forma de ser abierta y el carisma que tiene mi madre con la gente. No me digas ni cómo, ni en qué momento, me he convertido en ella, y eso es algo que me suma y me encanta. Soy un ser social, me encanta salir a la calle, hablar con absolutamente todo Dios, como las señoras locas. Entonces creo que eso dice mucho también de la educación que he llevado en mi casa.
Y en lo profesional, ¿qué es lo que te gusta pinchar o qué es lo que te apetece pinchar ahora que vas a venir?
Ahora estoy pinchando más electrónica y House, sobre todo en el Club Lula de Madrid, que es el de Íñigo Onieva, pero en el Atlantic presento un show que se llama Activista de la pista, porque considero que la pista de baile para el colectivo LGTBI siempre ha sido un punto de encuentro en el que empoderarnos y sentirnos seguros y venirnos arriba. Entonces, es un recorrido de la historia de la música, del baile, de la historia LGTBI desde los 70 hasta la actualidad. Va como un manifiesto, que es una voz en off, y unos visuales a favor de la libertad, pero también invitando a abrir una reflexión individual sobre cuáles son los motivos de las guerras y de la necesidad de tener que seguir manifestándonos. Invito a iniciar una revolución bailando, que al final es un poco el inicio del tema y va con visuales a mayores. También cantaré mi nuevo tema.
Y sobre lo que comentabas del trabajo realizado con el productor de Fangoria, ¿de qué se trata?
Yo hago música también, mi productor es el de Fangoria, Juan Sueiro. Estamos preparando mi próximo single. El anterior fue con Valentina, que es una de las Drag Queens más famosas a nivel mundial, de Rupaul América y el próximo es una rumba electrónica que saldrá en septiembre, pero que voy a presentar en primicia en el Atlantic.
O sea, que te vas a salir un poco de tu zona de electrónica y vas a centrarte más en el público, ¿no?
Bueno, no tanto como eso, siempre hay que leer un poco la pista, pero con ciertos límites. Porque creo que al final ser DJ o selector musical es una responsabilidad. Muchas veces se cae en la incultura, y con esto no me quiero meter en ningún género, ni nada en concreto, pero sí que para mí, por ejemplo, en clubs gais de Madrid a día de hoy pinchan caras B de Chayanne, que no conocerá ni la madre de Chayanne. Me parece caer un poco en el sinsentido. Entonces, dentro de mi criterio musical trataré de que el repertorio sea una fábrica de hits. Todo con un sentido, de fiesta, pero a la vez reivindicativo.
También participo este año, por tercera vez consecutiva, en la gira de verano de Orgullo del Pueblo de la mano de J&B, donde nos recorremos España a lomos de una carroza como si fuéramos Priscilla, reina del desierto con La Huesito, Vania Vainilla y todo el elenco. Haciendo el Pride en pueblos pequeños, que es más necesario a veces que en las grandes capitales, que es donde estamos acostumbrados.
Y qué opinas del resto del cartel del Atlantic, ¿hay alguien por quien sientas admiración?
A ver, no me quiero centrar en este año en concreto, en general, me parece un orgullo absoluto que una ciudad como A Coruña, como no podía ser de otra forma, tenga un Orgullo a la altura. Han traído artistas que me fascinan y lo siguen haciendo este año. Pues me va a fastidiar mucho perderme a Chanel y a Nebulosa porque me tengo que ir corriendo.
Es una gran oportunidad para la ciudad que se organicen este tipo de eventos que apoyan al colectivo, ¿pero qué consideras que falta?
Mira, yo sinceramente no creo en las etiquetas y creo que hacen un flaco favor. Me parece muy importante hacerse visible en cualquier ámbito, pero por ejemplo, esto es algo que dice siempre mi madre y tiene razón: en el Backstage (refiriéndose al pub que regenta en A Coruña) no hay etiquetas, la gente es libre. Si van a lo que van, a nadie le importa con quién se enrolle el de al lado o con quién se deje de enrollar. Y eso va muy ligado a la juventud y a las nuevas generaciones, y creo que eso es lo que hay que inculcarles.
Y también el hecho de etiquetar todo y encorsetarlo, hace que gente que sea reticente a la libertad y genere más miedo y más monstruos, que es en realidad la base de todos los conflictos que se suelen dar. Creo que le puede faltar a la ciudad un poquito más de apertura de mentes a nivel general. Hay actitudes que son simplemente inadmisibles. Las bases fundamentales de la vida son libertad, respeto y amor.