El pasado mes de diciembre, la banda granadina anunciaba su adiós a los escenarios. Temas como Errante, Todo va a cambiar o No puedo más contigo, sonarían por última vez en las últimas actuaciones que tendrían lugar en doce ciudades. Y una de las elegidas, Santiago de Compostela.
El último concierto de Niños Mutantes en Galicia tendrá lugar el 31 de octubre en la mítica Sala Capitol, donde la banda ya actuó en otras ocasiones y a la que esta vez vuelve para decir adiós con un concierto que Migue, Nani, Andrés y Juan Alberto llevan meses armando para ofrecer al público algo irrepetible e inolvidable.
De cara a este final, desde Quincemil hemos hablado con la banda para echar la vista atrás a su trayectoria, así como para hablar sobre su conexión con Galicia y el futuro de la música.
Todo tiene un final, y si no sabes verlo, te equivocas. Nuestro ciclo se ha completado y era mejor irse con la cabeza alta que empezar a vivir en decadencia y por inercia.
Tengo que empezar echando la vista atrás para preguntaros: ¿Cómo han cambiado los Niños Mutantes de los años 90 hasta ahora?
En 30 años da tiempo a cambiar en todo, es una vida entera, y cuando empezamos apenas nos estábamos asomando a la vida y a la música. Hemos crecido juntos, hemos madurado, hemos vivido, como todo el mundo, cosas buenas y malas, y todo eso ha ido reflejándose en nuestras canciones.
Lo único que no ha cambiado es que seguimos amando la música y las canciones hasta el punto de que hemos decidido poner punto final precisamente para dejarlo como una historia completa, con principio y final, en la que no empezar a arrepentirnos por hacer cosas sin la ilusión y la pasión que siempre nos han guiado.
Treinta años de trayectoria. ¿Habéis hecho balance de cómo ha sido esta aventura?
Normalmente, uno no se para hacer balance. Todo va demasiado rápido y no te paras a revisar lo que has hecho. La despedida nos ha llevado a poder valorar nuestra historia, y ponerla en su sitio, con sus luces, que han sido muchas, y sus sombras, que han sido pocas. Nos sentimos profundamente afortunados y agradecidos de haber vivido esta aventura que nos lo ha dado todo en la vida.
¿Por qué ha llegado el momento de parar?
Es ley de vida. Todo tiene un final, y si no sabes verlo, te equivocas. Nuestro ciclo se ha completado y era mejor irse con la cabeza alta que empezar a vivir en decadencia y por inercia. Nuestro último disco nos exprimió y sentimos que intentar hacer ahora más canciones era forzar las cosas, dijimos "hasta aquí hemos llegado, y ha sido maravilloso, mejor no lo estropeemos".
Hablando de momentos, quería preguntaros si recordáis en qué instante Niños Mutantes se convirtió en una realidad con la que la gente quería disfrutar, cantar, bailar…
Hasta 2010 realmente no tuvimos eco más que en una escena independiente que era muy pequeñita. A partir del disco Las noches de insomnio algo pasó, conectamos con mucha más gente, y lo vimos desde el primer concierto de presentación de aquellas canciones, con Errante a la cabeza.
Fue una epifanía total, un concierto en Madrid en la Sala Galileo en que de repente todo el mundo lo cantaba todo, y veíamos una emoción diferente, algo había conectado a otro nivel y fue muy emocionante que eso nos pasara, porque ya llevábamos más de diez años y cuatro discos editados, fue un regalo casi inesperado.
Nos sentimos profundamente afortunados y agradecidos de haber vivido esta aventura que nos lo ha dado todo en la vida.
¿Recordáis los nervios de vuestros primeros conciertos? ¿Se parecen en algo a los que podáis estar teniendo en esta última gira?
Algunos lo pasábamos fatal, la reacción de miedo al escenario era física, te agarrotaba, te sentías como sometido a examen y a veces era casi mayor el sufrimiento por intentar hacerlo bien que el placer de tocar en un escenario. Eso fue cambiando y empezamos a disfrutar de la experiencia mágica de crear algo que es como un superpoder, al proyectar la música y la energía de cuatro amigos de esa forma, construir algo mucho más grande que lo que cada uno es por su cuenta. Ahora para estos conciertos finales hay una mezcla muy bestia.
Por una parte los disfrutamos como lo que son, los últimos, por otra parte, nos sentimos orgullosos y seguros, queremos que sean los últimos y los mejores, pero a la vez la emoción es tan fuerte por nosotros y por lo que vemos en las caras del público que son experiencias muy intensas, además en una cuenta atrás hasta el último del 23/11.
Os despedís con cuatro fechas en la ciudad en la que todo comenzó, en Granada. Pero también os acercáis a Santiago a decir adiós. ¿Qué esperáis del público gallego en este último concierto?
Hemos estado muy unidos a Galicia. Grabamos en Vigo con Pablo Iglesias dos de nuestros primeros discos, y ahí empezamos a tener mucha conexión galega. Pero luego el destino nos unió todavía más a Galicia. Desde 2008 tenemos nuestra sede mitad en Granada y mitad en Ponte Caldelas, con nuestro Josiño Carballo, de Ernie Records, que ha sido nuestra casa y nuestra familia.
Tuvimos la suerte de que gracias a Josiño empezamos nuestra mejor etapa y con Ernie hemos seguido hasta el final, y eso nos ha hecho tener muchos amigos y muchas vivencias, yo creo que al final tenemos parte de ADN gallego, y por eso quisimos incluir una cita en vuestra tierra para los conciertos finales.
Supongo que en algún momento de vuestra carrera musical ya vinisteis a actuar a Santiago. ¿Cómo os recibió de aquella el público compostelano?
Hemos tocado varias veces en Santiago, en fiestas, en la propia Capitol. Siempre nos hemos sentido muy queridos en Galicia, pero es que es recíproco como enamorados de esa tierra y, sobre todo, de su gente.
En vuestro comunicado de despedida decís que dejáis "el relevo a una nueva generación". ¿Cómo veis el panorama musical actual? Tendencias, géneros, nuevos grupos…
El panorama actual se caracteriza por la saturación y la mercantilización. Hay gente joven con un talento enorme, con una cultura musical impresionante, pero se enfrentan a un bombardeo de novedades y una velocidad que hace difícil llegar a la gente y, sobre todo, conseguir que la música se escuche con la atención que se merece.
La inmediatez y las redes, el tener que estar más pendiente de "crear contenidos" que de hacer canciones nos parece un error. Aún así, peleando contra todo esto, salen artistas impresionantes. Nosotros vemos que es su tiempo, y hay que dejarles espacio, que hay muy poco.
¿Qué es lo que más vais a echar de menos de todo lo que conlleva formar parte de un grupo tan reconocido?
Lo que más echaremos de menos es disfrutar de todo juntos. Cada canción, cada concierto, cada viaje han sido momentos compartidos entre amigos. Más que tener éxito, que ver a la gente cantar y aplaudir, al final lo que más felices nos ha hecho es poder vivirlo juntos.
Por último, me gustaría preguntaros de nuevo por un momento. Concretamente, vuestro momento favorito, ese que creéis que os acompañará siempre.
Seguramente cuando toquemos la última canción en el último concierto, serán cuatro minutos en que pasará todo por delante de nuestros ojos y nos sentiremos agradecidos y orgullosos de haber sido Niños Mutantes.