La responsable de Lémbrate.

La responsable de Lémbrate. CEDIDA

Salud

La Covid persistente se trata en A Coruña: Varias terapias en la unidad de memoria Lémbrate

Para intentar paliar la niebla mental o la desorientación temporal derivadas de este trastorno, en el centro coruñés se desarrollan varios tipos de terapias que desde mayo han ayudado a más de una decena de personas

23 diciembre, 2021 06:00

El coronavirus irrumpió en las vidas de todos en marzo de 2020 y desde ese momento hasta hoy son muchas las olas que ha provocado la enfermedad y las variantes que han surgido. Estas etapas han ayudado a la ciencia a desarrollar las vacunas necesarias para intentar paliarla, además de permitir recabar información para su investigación y futuros tratamientos.

Dentro de este ámbito también ha surgido lo que se denomina como la Covid persistente, en aquellas personas que han pasado la enfermedad pero cuyos efectos permanecen en el tiempo. Para intentar ayudar a los afectados, en la única unidad de memoria de A Coruña, Lémbrate, se han empezado a desarrollar varios tipos de terapias que desde mayo han ayudado a más de una decena de personas. Actualmente hay cinco siguiendo estos tratamientos, la mayoría de ellas mujeres.

Instalaciones de Lémbrate. Fuente: CEDIDA

Instalaciones de Lémbrate. Fuente: CEDIDA

Lémbrate (calle Rey Abdullah, 10) aterrizó en A Coruña en 2014 debido a la necesidad de disponer en la ciudad de un centro activo dedicado única y exclusivamente a trabajar las áreas cognitivas (memoria, lenguaje, cálculo, atención…) y que hasta aquel momento sólo existía en Santiago de Compostela. Los profesionales del centro, que atiende actualmente a decenas de personas con terapias no farmacológicas (sin medicación), ofrecen ayuda en diversos aspectos a diferentes públicos.

Rehabilitación multidisciplinar

En febrero, empezaron a recibir llamadas solicitando información de personas que tras haber tenido coronavirus notaban niebla mental, es decir falta de atención y concentración, o desorientación temporal. "Me puse a investigar lo que era la Covid persistente porque estas personas iban al médico y decían que seguían cansados, no se concentraban o no podían desarrollar su trabajo como antes. Hubo médicos que no le dieron importancia y otros que les diagnosticaron este trastorno", explica la directora de Lémbrate, Tamara Botana.

Directora de Lémbrate, Tamara Botana. Fuente: CEDIDA

Directora de Lémbrate, Tamara Botana. Fuente: CEDIDA

"La Covid persistente se caracteriza por síntomas que después de haber pasado la infección sigues con ellos", afirma la profesional y apunta que algunos generales son cansancio, dolor muscular, malestar general, tos, fatiga, caída del pelo o pérdida de apetito. En cuanto a los neurológicos, enumera algunos como la niebla mental, dificultad para concentrarse, alteraciones del estado de ánimo, irritabilidad o pérdida de gusto y de olfato.

El servicio, según fuentes de la unidad de memoria, se trata de "rehabilitación multidisciplinar" y los profesionales que tratan a los pacientes argumentan que la Covid persistente "afecta sobre todo a mujeres de edad media (la más joven 37 años y la mayor 52)", algo contrario a variantes del virus como la ómicron, que destacan que en general afecta más a hombres. De las personas que se han sometido a los tratamientos del centro coruñés, gran parte han recibido el alta en tres o cuatro meses.

Esto se debe, según Botana, a que "en la mayoría de los casos son síntomas puntuales que trabajándolos y con el paso del tiempo permiten volver a una situación vital normal". "Se trata de intentar recuperar tu estado cognitivo anterior lo más rápido posible para volver a tu vida y a tu trabajo", resume.

Terapia presencial, online y a domicilio

En Lémbrate se trabaja con tres grupos de personas: los mayores de 55 años sanos que quieran acudir para prevenir, personas con deterioro cognitivo leve y pacientes con síntomas de coronavirus persistente. En la unidad de memoria primero dan a los interesados una cita previa para una primera valoración gratuita y que dura alrededor de 45 minutos, para luego someter a las personas a unos test clínicos y así comprobar el grado de alcance del deterioro para ver cuál debería ser el punto de partida. A partir de ahí en unas 72 horas elaboran un informe y los profesionales seleccionan el tipo de tratamiento más adecuado.

Hay tres tipos de tratamiento: terapia presencial (individual o en grupos reducidos de máximo cinco persona), online (sobre todo en casos de coronavirus persistente porque los perfiles de afectados son más jóvenes y tienen hasta un paciente en Portugal) y a domicilio. "Nosotros aconsejamos terapéuticamente lo que sería mejor, pero dependiendo de las circunstancias personales se decide la terapia que mejor convenga. Son dos horas semanales repartidas en dos días y elaboramos tratamientos personalizados donde lo que se trabaje sean las áreas que fallan en la persona", especifica Botana.

"Trabajamos esto con ejercicios orales de cada tema como atención o concentración, así como ejercicios por ordenador o escritos, combinamos las tres formas", asegura, a lo que añade que el coronavirus persistente lo sufre aproximadamente un 15% de la población a día de hoy. Asimismo, la directora de Lémbrate hace hincapié en que las personas que se sometan al tratamiento "se lleven unas pautas domiciliarias para aplicar en su vida cotidiana y su rutina para que sigan entrenándose en casa".

"Noto que poco a poco vuelvo a ser yo misma"

La gallega Marisol González, de 40 años, es paciente de Lémbrate desde septiembre 2021. Dio positivo en junio y no sabe cómo ni dónde se infectó, pero lo que sí fue una certeza son los síntomas complicados que sufrió: dolor de cabeza y pérdida del gusto y el olfato. Cuando le dieron el alta seguía sin tener olor ni sabor y se notaba "exageradamente cansada, además de un poco desorientada temporalmente", dice.

"Después del verano, vi que seguía cansada y que me fatigaba mucho y no me concentraba. Estaba por ejemplo viendo una película y no podía quedarme con la atención fijada en ella y empecé a buscar ayuda", rememora sobre la manera en la que encontró los servicios de Lémbrate. Desde octubre empezó con dos horas semanales de terapia individualizada en la que trabaja y entrena la atención y la concentración con la ayuda de una terapeuta y con ejercicios específicos.

Además, comenta que le han dado tips para que tanto en su trabajo como en casa "pueda suplir esos despistes que tiene y mejorar su concentración". "Noto que poco a poco vuelvo a estar más centrada y atenta. Con más agilidad cerebral y volviendo a ser yo misma", afirma con optimismo.