Manuel Rico Fernández San Silvestre (Ferrol, 2001) es el único estudiante europeo que ha logrado hacerse con una de las 21 becas que ofrecía el Instituto de Células Madre de Harvard.
Hace un mes terminaba tercero de Medicina en la USC y despegaba hacia Harvard para perseguir su sueño: investigar el Parkinson. Así, el joven se pasará el verano formándose en el Massachusetts General Hospital junto al prestigioso doctor Amar Sahay, una referencia internacional en neurogénesis y neuroplasticidad.
Hablamos con Manuel para conocer más sobre este potencial científico gallego que desprende ganas de aprender, formarse, investigar… y quién sabe si llegar a paliar uno de los trastornos neurodegenerativos más prevalentes en la actualidad.
¿Siempre tuviste claro que querías estudiar medicina?
A los quince años, más o menos, me empezó a llamar la atención la investigación, pero no tenía claro en qué campo quería especializarme. Más tarde tuve la oportunidad de hacer mi trabajo final de investigación de Bachillerato Internacional en farmacogenética de la mano de Ángel Carracedo, que a día de hoy sigue siendo mi mentor. Eso avivó aun más mi interés por la investigación.
¿Cómo está siendo tu experiencia hasta ahora? ¿Qué destacarías de estas semanas en el laboratorio del Massachusetts General Hospital?
Muy enriquecedora en todos los aspectos. En el plano científico contento con el proyecto en el que estoy sumergido, que está centrado en el hipocampo, un tejido del cerebro muy importante para la memoria, en el Alzheimer y en el envejecimiento. Estamos investigando una molécula que tiene potencial para, de alguna manera, tener un efecto neuroprotector. En el plano personal es una experiencia estupenda para aprender a desenvolverte y adaptarte a un país totalmente diferente al tuyo, conocer gente de otras culturas, aprender cosas nuevas…
¿El método de formación y de trabajo es muy diferente a España, concretamente a Galicia?
Sí. La diferencia fundamental, en mi opinión, es que aquí en Estados Unidos hay más recursos, y eso se nota en el ritmo al que se investiga. Si no se tiene el soporte financiero que necesita la ciencia, que es mucho, el ritmo baja.
¿Cómo fue el proceso desde que supiste de la beca hasta que te dijeron que estabas admitido?
El verano pasado gracias a la Universidad Estatal de Luisiana y a la Fundación Barrié estuve formándome en verano en un laboratorio estadounidense y me encantó la experiencia. Además, durante el curso estoy integrado en el grupo de investigación GENVIP.
Un día ya de vuelta en Santiago me puse delante de mi ordenador y busqué en Google “beca verano Harvard”. Lo hice como cualquier chico que sueña con ir a esas universidades de prestigio que solo ve en la televisión. Me topé con esa beca y postulé. El proceso fue exigente, implicaba muchas cosas: expediente académico, cartas de recomendación… y sobre todo la motivación que transmitas.
La confirmación de mi admisión para la beca de mi primer verano en Estados Unidos me llegó a la carpeta de spam y por eso desde aquello siempre estoy pendiente por si llegase algo importante ahí. Un día me desperté de la siesta y vi que tenía en la bandeja de spam un mail que ponía algo de congratulations. Pensé que sería el típico virus de “has ganado un iPhone”, pero entonces lo leí bien y sonreí con una ilusión tremenda.Hice mi último examen en la facultad el día seis de junio, y el siete ya estaba volando.
¿Qué consejo le darías a alguien que esté planteándose postularse a alguna beca?
Yo lo primero que diría es que cuando solicites una beca que te interese, te visualices ahí, habiéndolo logrado. La ilusión es muy importante. Yo recuerdo que escribí mi carta de motivación tras ver un vídeo en el que explicaban el objetivo del Instituto. La redacté emocionado y se ve que conseguí transmitir esas ganas.
De todas formas, creo que siempre hay que tener un plan B y C. Jugársela todo a un único programa con pocas plazas es arriesgado.
¿Tienes ya decidido por dónde quieres encaminar tu futuro médico?
A corto plazo, en septiembre, empezaré cuarto de Medicina en la Charité- Universitätsmedizin de Berlín con el programa Erasmus. A medio plazo mi plan es acabar la carrera y seguramente seguir el camino del doctorado para dedicarme a la investigación. Mi interés principal es la neuroinmunología, concretamente en relación con el Parkinson, que es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer. Quiero investigarla, y me gustaría hacerlo desde Galicia.
¿Hay alguna razón por la que fijes tu interés en dicha enfermedad?
Sí, la historia personal es de las cosas más poderosas que pueden hacerte tomar una decisión o un camino concreto. A mí el Párkinson me toca de cerca. Ver lo que se sufre me hace querer evitar que otras personas pasen por lo mismo.
Casualmente, mi cumple es el 11 de abril, que es el Día Mundial del Parkinson. La ciencia dice que el destino no existe, pero a mí hay cosas que me hacen pensar que sí.