El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en el mundo, la segunda en España. En el último informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Las cifras del cáncer en España, estiman que para 2023 se diagnosticarán 279.260 casos en nuestro país. La incidencia es elevada, lejos del objetivo de la comunidad médica, que investiga cada día por disminuirla. Sin embargo, en el Día Mundial contra el Cáncer, queremos poner el foco en cómo ha cambiado la visión de estas enfermedades en los últimos años, tanto a nivel de tratamiento como la atención que se da al paciente, que es cada vez más multidisciplinar y sensible. Así como en la prevención, ya que según se indica en el informe mencionado, una de cada tres muertes es causada por factores de riesgo. Para ello, hablamos con la doctora Charo García Campelo, jefa de Servicio de Oncología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña), y responsable del Grupo de investigación de Oncología del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña.
Como profesional, ¿qué es el cáncer?
No es una sola enfermedad, hay cientos de tipos que afectan a distintos órganos. Es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, tanto en población masculina como femenina, y sin duda supone un reto para la sociedad actual desde el punto de vista de la atención sanitaria.
¿Cuáles son los de mayor incidencia en Galicia?
La fotografía que manejamos es semejante a lo que ocurre a nivel nacional. En los datos que presentamos la Asociación Española de Oncología Médica en el reciente informe, los más frecuentes son los tumores colorrectal, el cáncer de mama, de próstata y de vejiga. En el área sanitaria de A Coruña y Cee, la imagen es prácticamente igual, los colorrectales, de mama y seguidos de cáncer de pulmón.
¿Cómo ha avanzado la investigación en los últimos años?
Llevo más de 20 años en esta profesión y sin duda estamos asistiendo a avances que yo definiría como históricos. Probablemente, lo que hemos visto en los últimos 10 años, y lo que vamos a ver, supera los avances que se consiguieron en los últimos 40. En diagnóstico, avances quirúrgicos, en radioterapia y sobre todo en el conocimiento de la enfermedad. Por ejemplo, hoy ya no hablamos de un cáncer de mama, pues conocemos varios tipos, lo mismo con el de pulmón. Ese conocimiento biológico de la enfermedad nos ha permitido desarrollar estrategias de tratamiento mucho más específicas, personalizadas y por tanto mucho más beneficiosas en términos de eficacia, seguridad y calidad de vida.
¿Cómo se recibe el diagnóstico de cáncer?
El diagnóstico siempre es una mina en la vida del paciente y sus familias. Es cierto que aún manejamos cifras de incidencias muy altas y las vamos a seguir manejando porque la incidencia no va a disminuir, todo lo contrario, porque se asocia a una edad avanzada, a los aumentos poblacionales y los hábitos de vida. Las cifras de mortalidad que manejamos distan mucho de ser las que nos gustaría. Pero la supervivencia por cáncer se ha duplicado en los últimos cuarenta años y lo que esperamos es que siga aumentando por el impacto de las campañas de diagnóstico precoz, los nuevos tratamientos. Los que nos dedicamos a esto queremos curar pero entendemos que cronificar puede ser una opción para muchos pacientes y sobre todo queremos aportar calidad de vida.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Conocerlos es de absoluta relevancia, ya que hay en torno a un 30% de tumores que pueden ser prevenibles y que tienen una asociación clara con factores de riesgo. Los más importantes son el consumo de tabaco y alcohol, la obesidad, la exposición solar o el sedentarismo. Todo esto hay que controlarlo, y para ello la prevención y la educación sanitaria es clave.
¿Qué supone un diagnóstico temprano?
Las campañas, como las de screening, han demostrado un impacto en la supervivencia, por ejemplo en el caso del de cáncer de mama. El diagnóstico precoz siempre aumenta las posibilidades de curación, por eso llevamos a cabo campañas en detección de cáncer de mama, colorrectal, de cervix…
¿Cómo afectó el colapso sanitario vivido en la pandemia al área de oncología?
En la pandemia se priorizó la atención al paciente oncológico. El impacto en los programas de diagnóstico y tratamiento no fueron iguales ni a nivel mundial ni en nuestro país, unas comunidades sufrieron más que otras. La atención oncológica intentó priorizarse en todo momento y es innegable que durante unos meses los programas de detección estuvieron detenidos. La atención al paciente con cáncer fue prioritaria, no tuvimos un descenso de tratamientos, ni de número de nuevos diagnósticos, pero los circuitos sufrieron momentos de mucha tensión.
Entonces, ¿hubo un aumento de diagnósticos después de la pandemia?
En las cifras que manejamos el número de diagnósticos es muy semejante al de antes de la pandemia.
El cáncer es un tema muy presente a nivel social, ¿cree que se visibiliza bien o hay algunos aspectos que se deberían de tratar más?
La sociedad en su conjunto, estamos obligados a poner sobre la mesa lo que significa esta enfermedad desde el punto de vista de impacto personal, humano y en la salud. El abordaje actual del paciente oncológico va en esa dirección, dar apoyo en todas las etapas de la enfermedad, y verlo no como una persona que sufre una enfermedad si no desde cómo esa enfermedad está impactando en sus emociones, vida personal, laboral… Ese es el reto, ofrecer el mejor tratamiento, las mejores opciones terapéuticas, pero entendiendo al paciente como un todo. En ese sentido los programas de humanización son fundamentales, tenemos en marcha una Escuela de Pacientes donde ofrecemos asesoramiento a pacientes y familias, ofrecer espacios de diálogo, espacios de compartir, creo que hay que potenciar esas estrategias y esta visión.
Este cambio en la concepción del paciente también evolucionó mucho en los últimos años
Yo noto un cambio, una mayor sensibilidad en ese aspecto global del paciente, en parte por la incorporación de psicólogos especializados en las unidades o tener en cuenta el papel de la enfermería, que es clave en la ayuda. Junto a las asociaciones de pacientes, que son esenciales, y la investigación, nos movemos en la dirección adecuada, pero la atención al paciente no deja de ser un reto y es una obligación ofrecer lo mejor y seguir mejorando. Fortalecer el abordaje global es lo que intentamos con programas más sociales, como la Escuela de Paciencia, y favorecer el acceso a la innovación terapéutica. Queremos ese abordaje completo.