Una de cada diez personas padecen migrañas en Galicia. La mayor parte de ellas son mujeres que, en muchas ocasiones, normalizan el dolor incapacitante que provoca esta patología crónica "infradiagnosticada e infravalorada" que es mucho más que un dolor de cabeza.
"La vida cambia y no hay que vivir con migraña. Una cosa es que tengamos un dolor menstrual relacionado con el cambio hormonal y otra que vivamos con migraña cuatro días a la semana. Eso, a día de hoy, no debería de existir", explica la neuróloga del Hospital Quirónsalud A Coruña, Gema Vicente Peracho, que nos explica cómo actuar ante un episodio de migrañas y los últimos avances en su tratamiento.
Comencemos por el principio. ¿Qué son las migrañas?
Son un tipo de cefaleas, las segundas más frecuentes de las que se llaman cefaleas primarias. ¿Qué es una cefalea? Un dolor de cabeza. Las migrañas tienen unas características más especiales por eso se llaman así y no cefaleas tensionales.
¿Cuáles son los síntomas más comunes y cómo se diferencian de otro tipo de cefaleas?
Suelen ser unilaterales, tener una característica pulsátil, ser de intensidad moderada y se agravan cuando hacemos ejercicio. A las personas con migrañas les afecta la luz y el sonido y suelen tener náuseas o vómitos. Esta intensidad moderada de dolor de cabeza puede durar de cuatro a 72 horas.
Esas son las migrañas habituales pero luego están las migrañas con aura. El aura es un aviso de que va a venir ese dolor de cabeza. Suelen ser visión de luces, de colores o de halos en movimiento que normalmente duran de 30 a 60 minutos y luego aparece el dolor de cabeza. Esto es algo bastante típico de las migrañas.
¿Se pueden confundir las migrañas con alguna otra enfermedad?
Si es un dolor de cabeza diferente a los que has tenido hay que pensar que no es una migraña o si esa focalidad, esa aura, nunca la has tenido y no se acompaña de dolor de cabeza, puede ser un ictus. Hay que diferenciarlo de un infarto cerebral, sobre todo gente que nunca ha presentado migrañas o que no tiene dolor de cabeza después del aura.
¿Qué personas son más propensas a padecer migrañas?
Las mujeres. Es mucho más frecuente, incluso hasta tres veces más, que en hombres.
¿Qué porcentaje de la población tiene migrañas?
A nivel nacional, se cree que en torno al 15% de los pacientes sufre migrañas. Un estudio más reciente indica que puede ser hasta el 35% de la población, pero la mayoría están en torno al 15%. Es mucho más frecuente en mujeres de entre 25 y 50 años y la tasa de mujeres duplica a la de varones: afecta al 15% de las mujeres y al 8% de los varones.
El hecho de que las padezcan más las mujeres, ¿se debe a factores hormonales?
Exacto. Hay una predisposición genética, en la que todavía no sabemos muy bien qué ocurre, y entre los factores más importante está ser mujer por esos cambios hormonales. También se ha visto que es muy importante el estrés al que se esté sometido, la calidad de sueño, la alimentación y los cambios atmosféricos y de presiones.
Hablas del estrés y de la alimentación… ¿Puede un cambio de hábitos a mejor ayudar a prevenir o reducir los episodios?
Las dos cosas. Es muy importante tener una alimentación saludable, hacer ejercicio físico habitual, tener buena calidad del sueño o hacer cinco comidas al día, porque el ayuno es un desencadenante de las migrañas. Todas estas medidas higiénicas son muy importantes para que baje tanto la frecuencia como la intensidad de los dolores de cabeza.
E igual que los buenos hábitos ayudan a reducirlas, ¿qué malos hábitos podrían hacer que aumenten?
El abuso del café, dormir mal, personas con tendencia depresiva… Nuestra calidad de vida es esencial. Y se ha visto con gente con menos nivel adquisitivo, que lleva una peor alimentación y tiene más predisposición a ser obeso, que aumenta la predisposición a tener más migrañas.
La duración de los episodios depende entonces de numerosos factores.
Puede durar hasta tres días y depende de que sepamos identificar ese dolor de cabeza. Cuanto antes lo tratemos, cuanto antes pongamos remedio con un analgésico o un antiinflamatorio, mucho más fácil es que cortemos ese dolor de cabeza. Cumplir todas las medidas higiénicas no quiere decir que evitemos el 100% de las cefaleas porque es una enfermedad crónica, pero sí que a lo mejor, en vez de tener ocho logramos que se reduzcan a tres.
¿Cómo las identificamos? Ya sabemos como viene ese dolor de cabeza: vamos a tener esa molestia en ese lado de la cabeza, nos empieza a molestar la luz y el sonido… Ahí, cuando empieza esa sensación de dolor, es cuando hay que tomar el antiinflamatorio, no esperar. Es verdad que tiene que ser bajo supervisión médica, porque la sobredosificación de antinflamatorios también predispone a las migrañas crónicas, así que es muy importante que haya un especialista que lo identifique y le diga al paciente cómo tomar la medicación.
¿Qué sería prevención y qué sería tratamiento?
La prevención son las medidas higiénicas, como el sueño, la alimentación o el ejercicio. El antiinflamatorio es el tratamiento, aunque existen tratamientos preventivos cuando tenemos X días de dolor al mes. La migraña es crónica cuando es igual o mayor a 15 días al mes durante tres meses seguidos, pero ponemos tratamientos preventivos cuando pasan más de cuatro o cinco días al mes durante al menos dos meses seguidos. Si las medidas higiénicas se quedan cortas y tenemos cuatro o cinco días de dolor al mes, pasamos a tomar tratamientos preventivos y las migrañas las cortamos con antiinflamatorios.
Entonces estos tratamientos preventivos no se aplican a todos los pacientes.
Depende de las características del dolor y del paciente, de la frecuencia, del abuso de la medicación…
¿Cómo se diagnostican las migrañas y qué debe hacer un paciente si tiene este dolor?
A través de la medicina privada tenemos la posibilidad de citarse directamente con un neurólogo. El médico de cabecera diagnostica si no es una migraña o si es una complicada para derivar al neurólogo. Las migrañas habituales y frecuentes las puede controlar el médico de cabecera. Cuando se hacen crónicas y necesitan esos preventivos las vemos los neurólogos. Yo siempre digo: no hay que tener dolor. Si no aguantas el dolor y hay un abuso de medicación, si hay que tomar un ibuprofeno a la semana, entonces es mejor acudir al especialista para que oriente el diagnóstico porque a lo mejor lo que creemos que es una migraña, no lo es. El diagnóstico es clínico.
No tener dolor mejora la calidad de vida de los pacientes.
Exacto. El impacto económico de la migraña son de mil millones de euros al año. En España, según los últimos estudios, se pierden 13 millones de jornadas laborales al año y cada paciente gasta unos 1.000 euros anuales tanto por la pérdida laboral como por el uso de fármacos, por estar incapacitado. Hay pacientes complejos, pero que sea lo mínimo posible: no podemos quedarnos en casa por una migraña, eso a día de hoy no puede pasar.
Hay tratamientos para paliar el dolor y para cortarlas. ¿Se investigan las migrañas?
Los tratamientos preventivos que teníamos hasta hace 10 años eran pastillas, desde hace 10 años infiltramos toxina botulínica (botox) como preventivo de las migrañas, y desde hace cuatro o cinco han salido unos fármacos nuevos que son unos anticuerpos monoclonales que nos ayudan muchísimo a prevenirlas. Para pacientes que ya han probado medicamentos y la toxina botulínica tenemos esta última posibilidad. Y se sigue investigando.
Hay un cambio importante de 10 años hacia ahora en cómo se tratan las migrañas. Ya no es una enfermedad tan incapacitante. Sigue siendo el primer motivo de consulta en neurología y la segunda causa de incapacidad en la población general, yo creo que por desconocimiento, pero a día de hoy no debería ser así porque tenemos muchas herramientas para controlar estos dolores.
Siempre bajo la supervisión del especialista.
Sí, un médico de familia no puede recetar preventivos complejos. La toxina y los fármacos nuevos dependen de los neurólogos.
¿Tiene que perder el miedo el paciente a este tipo de fármacos?
Con la supervisión del especialista para nada son agresivos, al revés. Claro que hay casos puntuales, pero la mayoría de los pacientes son compatibles con los tratamientos preventivos.