Raquel Marzoa Rivas (Frades, 1977) es la jefa de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (A Coruña) e intenta participar en todas las actividades divulgativas que le permite el trabajo para dar a conocer los factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares, y más aún si es el Día Mundial del Corazón (27 de septiembre). Por eso ofreció ayer en el centro Torrente Ballester la conferencia ‘Factores de riesgo pequeños, invisibles o desconocidos… ¡ojo con ellos también!’, una de las muchas inciativas promovidas por el doctor Carlos Piñeiro y la asociación Amicor (Asociación Amigos del Corazón) para celebrar el día dedicado al corazón.
Por eso esta semana Marzoa ha querido insistir en que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la primera causa de mortalidad en España. "Indudablemente la prevención es la medida más eficaz y prioritaria. Si fuésemos capaces de controlar los factores de riesgo cardiovascular podríamos reducir un 80% el número de infartos, ictus o pacientes con arteriopatía periférica".
Más allá de los factores de riesgo "clásicos", como la hipertensión arterial, diabetes, dislipemia —elevación de niveles de colesterol o triglicéridos—, obesidad, tabaquismo o sedentarismo, existen otros "menos conocidos, invisibles" que también son importantes y que resulta crucial "conocer, prevenir y establecer medidas para mejorarlos".
Un de ellos, indica, es la contaminación medioambiental. De hecho, "perdemos una media de 2,9 años de vida por exposición a la contaminación atmosférica". Explica que de los 6,7 millones de muertes atribuibles a la contaminación atmosférica registrados en 2019, se sabe que el 50% se debe a enfermedad cardiovascular. Se justifica porque las partículas finas "son las que mayor daño pueden causar a ese nivel" (el cardiovascular) ya que, a través de la vía respiratoria pueden pasar al torrente sanguíneo y causar daño a este nivel". En este sentido, recuerda que la cardiología ambiental es la ciencia que "trata de evaluar cuál es la contribución de exposiciones ambientales al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y propone medidas de protección, prevención y tratamiento".
Más espacios verdes y libres de coches
Por eso, es "importante que todos rememos en la misma dirección”, advierte, porque "todos podemos contribuir a mejorar esta situación". La creación de "espacios peatonales, espacios verdes, zonas de bajas emisiones, potenciar energías renovables, reciclar y reducir el uso de papel es fundamental". Pero también lo que cada uno puede hacer a nivel particular en la vida diaria. "Debemos caminar hacia el desarrollo de ciudades más cardiosaludables y cardioprotegidas".
La salud mental, también con la cardiología
Marzoa señala la salud mental como otro de los factores de riesgo "invisibles", es algo que en la actualidad preocupa "enormemente" a los cardiólogos puesto que determinadas patologías como la depresión o los trastornos del sueño "se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares".
Explica que la depresión, por ejemplo, "incrementa un 60% el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular". En la actualidad "desconocemos en nuestra área sanitaria cuál es el impacto real de este factor de riesgo, pero es algo que nos preocupa y que tenemos en mente valorar", anuncia. Es capital para ello contar con la "ayuda de los médicos y enfermería de atención primaria pues conocen mejor que nosotros cuestiones que influyen mucho en el área psicológica, como la situación familiar o la económica. "Nosotros somos los especialistas del corazón, pero ellos son los verdaderos especialistas del paciente”, asegura la jefa de Cardiología del CHUF.
Un tipo de colesterol ‘malo’ menos conocido
Otro de los factores de riesgo menos conocido sobre el que ha querido poner el acento por el Día Mundial del Corazón es la lipoproteina A, un "tipo de colesterol malo que conocemos menos pero que también asocia un incremento en el riesgo de presentar infartos de miocardio e ictus". Su determinación "es genética en el 90% de los casos y, aunque en la actualidad no existe un tratamiento específico para reducirlo, están en marcha muchos fármacos con resultados prometedores".
En el área sanitaria de Ferrol "hemos observado que el nivel de la lipoproteína A en pacientes que han sufrido un infarto es más elevada que en otras regiones. En concreto, "el 61,8% de los pacientes que han tenido un infarto en esta zona tienen los niveles de lipoproteina A elevados mientras que los registros publicados en la literatura observan que la lipoproteina A es elevada en un 38%, es decir, un porcentaje inferior al nuestro". Por ello, "para nosotros es muy importante conocer este parámetro en nuestros pacientes para que así, llegado el momento, puedan beneficiarse de todas las terapias innovadoras que se desarrollen en este campo".