Este domingo se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, una enfermedad que afectará a uno de cada dos hombres y una de cada tres mueres, según la AECC (Asociación Española contra el Cáncer). Al gallego Javier Veiga le tocó cuando comenzaba a ver la luz tras salir de un bache económico que le dejó en la calle. Ahora, seis años después de superarlo, dedica su tiempo a ayudar a otros pacientes, y tiene claro que para pasar esta enfermedad "hay que tener un buen soporte al lado", además de contar con un buen "sistema sanitario". Su filosofía de vida se resume en una frase: "Vive al día".
Veiga es una de esas personas que inspira y emociona cuando cuenta su historia. El cáncer nunca llega en buen momento, pero a este ferrolano a punto de cumplir 66 años le llegó cuando empezaba a recuperarse después de perderlo casi todo. Tras dedicarse 20 años al mundo del mueble y la decoración la empresa que dirigía quebró y estuvo tres años sin cotizar y recibir ayudas. "Lo perdí todo. Me quedé en la calle", relata.
Finalmente logró un empleo en otra empresa del sector del mueble que compaginó con las clases de baile que él y su mujer llevaban también un par de décadas impartiendo. Fue una noche, cuando se iba a dormir después de dar una de esas clases, cuando sintió un fuerte dolor en el costado le llevó a urgencias. Veiga, por su experiencia, "sabía que no eran los típicos dolores de espalda, ni lesiones causadas por el movimiento de los muebles y de la gimnasia".
Y tenía razón, lo que en un principio parecía un cólico nefrítico, terminó siendo un tumor en el riñón. Le quitaron el riñón pero ademas tenía otros tumores metastásicos en la garganta y los pulmones que no se podían operar, y "con la quimio me los mataron". Un tratamiento que fue duro, pero su cuerpo aguantó. "Al final pues me pusieron tres quimioterapias diferentes, un año de inmunoterapia y cuatro radiaciones, con lo cual, el cuerpo no sé ni cómo aguantó tanto, pero al final el cuerpo aguantó, no sabemos lo que aguanta".
"Me encuentro casi con mi vida de antes"
Sin embargo, tras el tratamiento, le tocó reaprender casi todo, incluso a hablar y a caminar. Ahora lleva años sin recibir ningún tratamiento, y aunque todo aquello parece lejano, aún se emociona al contarlo. Al preguntarle por cómo logró mantenerse a flote durante los peores momentos, Veiga reconoce que cuando le llegó se lo tomó como algo más de la vida que había que enfrentar. "Te van pasando cosas en la vida que te van curtiendo, a veces no soy consciente de todo por lo que he pasado", detalla.
Durante esos años también conoció a otras persona que se encontraban en situaciones incluso más delicadas que la suya. "Estando un día en el hospital de día vi entrar a una señora de unos 80 años y llevaba en la silla de ruedas a su marido, que estaba inválido. Pero quién se iba a poner la quimio era la señora", rememora. Fueron esas historias las que le hicieron tomar la decisión, casi natural, de colaborar con la AECC como socio y voluntario.
Desde entonces ayuda a otras personas en sus procesos con el cáncer, porque si algo tiene claro es que "hay que tener es un buen soporte al lado, una buena familia que que te ayude, buenas amistades y unos buenos médicos y un sistema sanitario como el que tenemos aquí nosotros". En ese sentido, resalta que la AECC cuenta con servicios gratuitos para pacientes y familiares, como atención psicológica, camas móviles o pelucas.
Respecto a él mismo, celebra, "me encuentro casi con mi vida de antes y estoy encantado". Y tras pasar por momentos tan duros aconseja: "Olvídate de lo que ha pasado, vive al día, es lo que interesa. Tampoco mires al futuro, porque, lo que tenga que pasar, pasará le des las vueltas que le des. Hay que vivir al día y solo tener en cuenta los problemas que son realmente verdaderos problemas", subraya.
Lograr un 70% de supervivencia
"Manejamos unos datos demoledores, al año en España se descubren casi 300.000 casos nuevos, lo que significa que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres vamos a pasar la enfermedad", explica por su parte Carlos Lamora, vicepresidente de la Xunta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer en A Coruña.
La AECC trasladaba esta semana sus demandas a los partidos políticos con motivo de las elecciones en Galicia porque "en la Asociación tenemos claro que la única forma de paliar la enfermedad es mediante la investigación", subraya Lamora. Una apuesta que además debería ser equitativa y atender a la realidad gallega, para que personas que viven en el rural también puedan acceder a los tratamientos. "Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de esos avances en investigación", reitera.
En ese sentido, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, la Asociación se marca el objetivo de lograr una supervivencia del 70% en cinco años. "Hay mucha gente que se queda por por el camino, además, dependiendo del tipo de tumor las posibilidades de curación son muy relativas", motivo por el que también demandan más investigación para tipos de cáncer, como el de páncreas, cuya mortalidad es más alta.
A ese respecto, el experto calcula que: "Desde el año 2002 ahora se ha aumentado de un 52% a más de un 55% la supervivencia en hombres; y se ha pasado del 59% a casi al 62% en mujeres". Por lo que "estamos en el 55% y en el 62% de ese objetivo del 70%". "Nosotros lo que queremos es que aquello que se investigue y que financiemos se haga para poder aplicarlo de forma rápida y transferirlo a los enfermos", reitera.
Asimismo, la AECC está reforzando toda la parte de prevención, con especial atención a la gente más joven, que aún está a tiempo de adoptar buenos hábitos de vida. Así, además de campañas sobre protección solar contra el melanoma, o cáncer de cuello de útero, el objetivo más ambicioso es lograr la primera generación sin tabaco en 2030.
"Ese es un reto que que nos ilusiona muchísimo y hemos pedido a los partidos políticos que se impliquen y que intenten promocionar los espacios libres de humo", además de alertar sobre los efectos nocivos de los vapeadores, añade Lamora.