A raíz de la pandemia del Covid-19, se observó un repunte de sarna, que pudo estar motivado por las convivencias estrechas que se dieron durante varios meses, en muchos casos no habituales. A esto se sumaron otros factores, como la dificultad de acceso a diagnósticos y tratamientos durante ese período de tiempo.

"Entonces se inició un brote que se ha ido perpetuando y que se ha complicado por una falta de respuesta a los tratamientos estándar que se venían empleando. Sigue siendo un problema asistencial en toda España," explica Eduardo Fonseca, responsable del área de dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).

Pero, ¿y en A Coruña? El doctor Fonseca no considera la sarna como un problema local de Galicia ni de A Coruña en particular, donde, asegura, "en los últimos meses ha disminuido algo". Sin embargo, se trata de una enfermedad que no es de declaración obligatoria, por lo que no existe un censo fiable al 100%. A pesar de que se observa una disminución, "sigue habiendo muchos casos".

¿Qué es la sarna?

El doctor Fonseca afirma que la sarna es una enfermedad "exclusivamente humana" y que su contagio no se produce a través de otros seres vivos, como pueden ser los animales. En el mayor número de casos, se produce con el contacto piel con piel, aunque también se puede dar, en menor medida, a través de objetos con lo que una persona contagiada haya tenido contacto.

La sintomatología de la sarna incluye principalmente "un picor muy intenso y que se acentúa por las noches", explica el doctor Fonseca. En algunos casos, se pueden llegar a producir lesiones desde mínimas a muy aparatosas, dependiendo de una serie de factores como la respuesta inmunológica o el tiempo de evolución.

Tratamientos y recomendaciones

La principal recomendación del doctor Fonseca en caso de contraer sarna es tratar de buscar un tratamiento y un diagnóstico lo más pronto posible para evitar contagios. Esto debe hacerlo no sólo la persona infectada, sino también su círculo cercano, tanto convivientes como personas con las que haya tenido contacto directo, sobre todo si se trata de relaciones íntimas, de forma reciente. En estos casos, se debe acudir al Centro de Salud correspondiente y no al servicio de urgencias.

En cuanto a los tratamientos, existen los "clásicos", que son derivados del crisantemo y una medicación por vía oral, pero que, actualmente, fracasan en varias ocasiones. Esto ha ocasionado que se esté recurriendo a "una cosa que no se usaba desde hace casi 50 años", explica el doctor Fonseca, "que es el azufre". Este elemento se administra a través de cremas o pomadas que se deben aplicar en toda la superficie corporal, exceptuando la cara. Dependiendo de cada caso, se recetará una pauta y una concentración determinadas.