En España, más de un tercio de la población tiene un trastorno mental, apareciendo de forma más recurrente la ansiedad y la depresión. En ambos casos las más afectadas son las mujeres y su prevalencia ha aumentado en un 34% en dos años.

Pero la cifra sube al 41% cuando nos referimos a los jóvenes menores de 25 años. Con estos datos ante nuestros ojos no cabe lugar a duda de que la salud mental es una cuestión que hay que abordar y que debe implicar a todos los agentes que formamos la sociedad en la que vivimos. 

Precisamente, con ese objetivo trabajan en la Unidad de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago de Compostela, un servicio dirigido a prestar atención psicológica a los y las estudiantes matriculados en la USC y que presenten problemas que consideren que están interfiriendo en su rendimiento a nivel académico.

La profesora titular de Psicología Clínica y Psicobiología, Ana López Durán, es la coordinadora de esta unidad que lleva puesta en marcha desde el año 2021.

Profesora Ana López Durán, coordinadora de la Unidad de Atención Psicológica de la USC. null

Tengo entendido que la Unidad de Atención Psicológica surge en plena pandemia. ¿Es así?

Efectivamente, en plena pandemia nos dimos cuenta de que muchos alumnos de la USC estaban sufriendo las consecuencias de estar aislados, sin contacto con profesores y otros estudiantes y veíamos que esto afectaba a su salud mental. Desde la USC se trasladó esta necesidad que además viene recogida en la última ley educativa, donde se hace referencia a que las universidades deben de tener unidades que presten este servicio. 

Casi terminando el curso del 2021 pusimos esta unidad en marcha pensando que la demanda del servicio comenzaría de cara a septiembre, pero desde su nacimiento vimos como muchos estudiantes se ponían en contacto para conocer el servicio. Llevamos poco tiempo, pero estamos contentas con la acogida que ha tenido.

¿Se trata de una atención dirigida en exclusiva a los alumnos matriculados en la USC?

Sí, el único requisito para acceder a este servicio, que es completamente gratuito, es estar matriculado en la USC, ya sea en un grado, máster o doctorado. No trabajamos con trastornos, lo hacemos con problemas, es decir, intentamos que un problema no termine siendo algo más grave. Cuando percibimos que un estudiante necesita un especialista para un trastorno más concreto lo que hacemos es mostrarle los recursos que hay disponibles, le explicamos cómo acceder a ellos y sobre todo le acompañamos, estamos ahí durante el tiempo que necesite. 

Les diría que vayan con calma, que la vida no es o todo o nada y que disfruten de esta nueva etapa

Ana López Durán

¿Y habéis sentido buena acogida del servicio por parte del alumnado?

Totalmente, nos imaginábamos que tendría buena acogida y que habría demanda, pero no tanto. En el momento que el servicio se puso en marcha estábamos en una época muy extraña, con restricciones, viviendo de una forma muy diferente a la habitual. Ya desde ese momento en que se puso en marcha, el 18 de mayo de 2021, no paramos.

Desde que comenzó nuestra andadura hemos atendido a más de 500 usuarios y somos conscientes de que han sido más los demandantes. El servicio comenzó con 24 horas semanales y ahora, por la alta demanda, se aumentan las horas que va a estar en funcionamiento. 

¿Cuál suele ser la vía por la que contactan con vosotros y cómo es esa primera toma de contacto?

Desde el principio nos dimos cuenta de que si queríamos llegar a los estudiantes, teníamos que estar donde ellos están. Así que, en primer lugar, siempre estamos en la jornada de inauguración del curso académico, para darles información del servicio y que sepan que cuentan con ese recurso. Además, cada semana hacemos una publicación en nuestra cuenta de Instagram (@atencionpsicoloxicausc) donde compartimos algunos recursos, explicaciones, anunciamos talleres, cursos… Y siempre pedimos que si quieren contactar con nuestro servicio lo hagan a través del email atenciónpsicoloxica@usc.gal.

A veces en un primer correo ya nos cuentan las razones que les llevan a escribir y demandar el servicio y otras necesitamos hacerles algunas preguntas bien por email o por una llamada o videollamada, sobre todo para saber si con nuestra ayuda es suficiente o necesitamos derivarles. Las citas suelen tener una espera de aproximadamente algo más de un mes, un plazo que nos gustaría que fuese menor y que entendemos que al ampliar las horas que vamos a prestar el servicio, se acortará.

Además, desde que empezamos a trabajar pensamos en poner en marcha terapias grupales y ahora van a comenzar. 

En los últimos años parece que se ha normalizado hablar de salud mental y que ha dejado de ser un tema tabú...

Sí, así lo percibimos. Pero hay que tener tacto a la hora de abordar la salud mental en los medios de comunicación o en las redes sociales. El paso que se ha dado de poder hablar de salud mental y visibilizar es siempre positivo pero hay que hacerlo con cuidado y con información y recursos.

Sí que podemos decir que percibimos que toda la comunidad universitaria está muy implicada con este tema y son ellos mismos, el personal universitario, los que en muchas ocasiones nos demandan formación y cursos para detectar problemas psicológicos y saber como abordarlos.

Y ya que estamos justo arrancando con el curso académico, ¿podríamos dar algunas pautas para que los universitarios cuiden de su salud mental?

Evidentemente, cada caso es un mundo y cuando ellos perciban que necesitan una ayuda o un apoyo, que no duden en pedirlo, que eso es una cosa que los jóvenes hacen mejor que otras generaciones pasadas ya que son mucho más sensibles y, en general, no se avergüenzan de pedir ayuda.

En primer lugar, les diría que conozcan donde están y que sepan todos los recursos que tienen a su disposición en sus facultades para que, sobre todo aquellos alumnos que llegan nuevos en primer curso, sientan que tienen una guía, que les acompañamos. 

Ya en la esfera más personal, les recomendaría que no pierdan de vista los buenos hábitos que traen y que muchas veces dejan atrás. Por ejemplo si hacen deporte, que continúen, que cuiden su alimentación, que le den la importancia que merece.

Pero sobre todo les diría que vayan con calma, que la vida no es o todo o nada y que disfruten de esta nueva etapa.