La protonterapia o terapia con protones es la modalidad de radioterapia externa de mayor precisión, que no genera efectos adversos al permitir tratar exclusivamente la zona tumoral sin irradir el tejido sano que la rodea. En Portugal, ni el sistema sanitario público ni privado disponen de medios para tratar con protonterapia, por lo que derivan a centros de territorios internacionales a todos los pacientes. La implantación del Plan Nacional de Protonterapia en Portugal va a ser posible gracias a la colaboración de la Fundación Amancio Ortega.
La entidad a la que da nombre el fundador del gigante textil Inditex aportará 80 millones de euros, tras la firma, ayer en la sede del Instituto Portugés de Oncología (IPO) en Oporto, de un convenio marco de colaboración para la implantación del Plan Nacional de Protonterapia para Portugal.
El Acuerdo ha sido firmado entre la Fundación Amancio Ortega, la Administración Central del Sistema de Salud (representando al Ministerio de Salud), la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte (en representación del Ministerio de Cohesión Territorial) y el Instituto Portugués de Oncología (IPO Porto); organismos públicos responsables de alguno de los ámbitos regulados en el convenio marco.
Según el acuerdo, la Fundación Amancio Ortega Gaona asumirá la financiación de dos equipamientos de terapia de protones para desarrollar el plan diseñado para el IPO Porto. La dotación económica, en forma de donación, incluirá, además de los dos equipamientos de terapia de protones, todos los equipamientos complementarios para diagnóstico y tratamiento (software, dosimetría, cámaras y equipamiento clínico), así como la formación necesaria para que los diversos cuerpos técnicos (médicos, ingenieros, arquitectos, radiólogos) puedan implementar esta tecnología de protones.
El servicio nacional de salud luso ha diseñado un plan cuya implementación exigirá la creación de un Centro Nacional de Protonterapia con dos equipos, que darán cobertura a toda la población nacional. Se tratará de un centro de naturaleza pública, con capacidad de respuesta a todos los pacientes que pudieran beneficiarse de esta terapia: al menos 400 pacientes al año, pudiendo aumentar la cifra hasta 4.000, detalla la Fundación Amancio Ortega.