Cuenta Andrés Pajares que coincidió con Camilo José Cela una tarde de 1979 en el Hotel Miguel Ángel de Madrid. La prensa acababa de publicar las cifras de recaudación de las películas más taquilleras del año. Los bingueros lideraba el ranking, superando a La Colmena (basada en el libro de Cela). Recuerda Pajares que “me acerqué a Don Camilo y, con un respeto reverencial y casi pidiéndole disculpas, le pedí que no hiciese mucho caso a lo que sacaban los periódicos, que aquello era una tontería”. Cela le miró fijamente y le contestó. “Hombre, es normal que tu película haya recaudado más dinero. Es que es mucho más divertida”.
Los bingueros, la película que divirtió a Camilo José Cela, el emblema del destape y del cine cómico español de la Transición, vuelve a la gran pantalla. La cinta volverá a proyectarse el martes en los Cines Golem de Madrid. Será el martes 8, a las 8 de la tarde. Y lo hace gracias al crowdticketing. Se trata de un "crowdfunding" al uso pero centrado exclusivamente en películas antiguas: una persona propone por internet un título antiguo para reponer en el cine. Si logra vender un mínimo de entradas, la película se proyecta. Resulta paradójico que un formato tan novedoso como el crowdfunding logre rescatar un clásico que data de una época en la que no existía internet. Además, los promotores de la idea son jóvenes de entre 30 y 40 años que pertenecen a la denominada “Generación EGB” y que reivindican costumbres y producciones de los años 80.
Los bingueros, además, vuelve al cine en un ambiente de reconocimiento a sus protagonistas. Tras varias décadas soportando críticas feroces contra su obra, su director Mariano Ozores acaba de ser galardonado con el Goya de honor a toda una trayectoria.
LA VIGENCIA ACTUAL DEL ARGUMENTO
El argumento de Los bingueros sigue hoy tan vigente como cuando se rodó. Cuenta la historia de dos perdedores que no llegan a fin de mes, pero necesitan dinero para pagar sus deudas y comprar un piso. Se desarrolla en 1977, el año de la aprobación de la ley de juego en España. La fiebre del bingo y el dinero fácil alcanza a los dos protagonistas, que acaban enganchados y endeudados. Hoy en día, el españolito de a pie sigue teniendo dificultades para llegar a fin de mes y tiene problemas para pagar su vivienda. Respecto al bingo, ahora está pasado de moda, pero mucha gente opta por las apuestas deportivas o el poker online para sacarse unos ingresos extras.
“EL BIGOTES” DE LA GÜRTEL TAMBIÉN ACTUÓ
Otro elemento de sorprendente actualidad es la presencia en el reparto de “El Bigotes”. Álvaro Pérez, uno de los detenidos de la “Trama Gürtel”, es uno de los actores secundarios de Los bingueros. Curiosamente, “El Bigotes” también “cortaba el bacalao” en la cinta. Interpreta a un empleado de la oficina del INEM que se encarga de repartir los puestos de trabajos y le ofrece uno de empaquetador de pelotas de tenis a Fernando Esteso. No fue la única aparición de Álvaro Pérez en las películas de Mariano Ozores. Sobrino político de Pajares y aficionado a la interpretación, “El Bigotes” también actuó en Yo hice a Roque III. Más tarde mantuvo una relación sentimental con una de las “mammachicho” de Tele5, lo que le llevó a aparecer en varias ocasiones en el programa Tutti Frutti.
Los bingueros fue la primera película que protagonizó la pareja Esteso y Pajares. O Pajares y Esteso porque, como se decía en la época: “Tanto monta, monta tanto, el Andrés como el Fernando”. La magnitud de la popularidad de ambos obligaba a Ozores a hacer auténticos escorzos para no restar protagonismo a ninguno de los dos. Si en una película los presentaba como “Pajares y Esteso”, en la siguiente utilizaba la fórmula “Esteso y Pajares”.
De hecho, en los títulos de créditos de apertura de Los bingueros se incorporó una novedad que llegaba del cine americano. Concretamente procedía de El coloso en llamas, donde Paul Newman y Steve McQueen compartían protagonismo. El nombre del primero se situaba a la izquierda de la pantalla (donde se solía colocar al protagonista principal) pero en la parte inferior (lugar destinado al secundario). Y el nombre del segundo se situaba a la derecha de la pantalla pero por encima. Ozores eligió esa fórmula con el objetivo de no situar a ninguno de los dos en el lugar más privilegiado.
Esteso y Pajares se convirtieron en la pareja de moda del cine español durante la década de los 80 aunque “nunca fueron dúo cómico”. Lo subraya su biógrafo, Juan José Montijano. “Eran dos actores con trayectorias muy consolidadas, pero no se puede comparar a Martes y Trece o Los Morancos. Ellos dos ya eran dos figuras antes de empezar a trabajar juntos”. La idea de juntarlos fue de José María Reyzabal, productor cinematográfico, que aceptó rodar una película sobre el nuevo fenómeno del bingo con un guión que le presentó Mariano Ozores. “Mi mujer es aficionada al bingo y le quiero hacer un regalo. Pero me gustaría juntar a Andrés Pajares y Fernando Esteso” dicen que propuso. Ambos actores fueron consultados y aceptaron enseguida.
MUJERES DESNUDAS EN PANTALLA
Una de las principales características de las películas de Mariano Ozores era la aparición de mujeres desnudas. La invención del “cine de destape” supuso una revolución en el cine español, pero también se ha convertido en el principal elemento de ataque de los críticos contra el director madrileño.
Sin embargo, Juan José Montijano reivindica el carácter transgresor de aquellos primeros desnudos: “El destape, tan denostado en nuestros días, era lo que reclamaba la gente. La censura franquista había impedido durante muchos años que se pudiesen ver cuerpos desnudos en la pantalla. ¿Qué hacían los más atrevidos durante aquél tiempo? Irse a Perpignan a ver las películas que aquí no nos dejaban ver. Aquello quedaba bien y resultaba vanguardista, pero los mismos críticos que se iban a Francia a ver esas cintas se quejaban del destape cuando se hacía en España. Esas películas con "rombos" provocaron los primeros sueños eróticos de nuestra generación”, explica este profesor de la Universidad de Granada, que nació en 1977.
El propio Mariano Ozores justifica la inclusión de aquellas escenas en sus películas señalando que “eran los propios exhibidores de cines los que nos exigían que aparecieran mujeres desnudas en las películas, porque aquello atraía al público y llenaba salas”.
ÉXITO DE TAQUILLA
En efecto, juntar a Pajares y Esteso aseguraba el éxito en taquilla. Los bingueros recaudó casi doscientos millones de pesetas (197.885.365) “cuando rodar una película te costaba uno o dos millones” cuenta Ozores. Los bingueros es la segunda película de Esteso y Pajares que más dinero recaudó, sólo superada por Todos al suelo, que obtuvo 228 millones de pesetas en 1982.
“Casi 200 millones recaudó, ¿no? Pues yo sólo pillé 500 pesetas”, asegura a carcajadas Andrés Pajares. Fernando Esteso no revela lo que percibió por la película, desvela que lo de las 500 pesetas es una broma de Pajares y entre risas cuenta que “yo cobré algo más, pero no se lo digas a Andrés”.
Lo que sí está claro es que las películas de Mariano Ozores lograban llenar los cines en toda España. Los registros de asistencia dicen que sus películas fueron visionadas “por 70 millones de personas, cuando en España éramos 25 o 30 millones de habitantes. Eso sale a que cada español había visto una película mía al menos dos veces en su vida”, explica el director. El profesor Montijano no duda al asegurar que Mariano Ozores es “la persona que más dinero ha aportado a la industria cinematográfica española”.
LA LLEGADA DEL JUEGO Y LAS DROGAS
Los bingueros retrata una sociedad española que empieza a abrirse a los nuevos tiempos. No sólo el juego, recientemente legalizado. También las drogas tienen presencia en la cinta. Hay una escena en la que los dos protagonistas creen haber ligado con dos azafatas del bingo que les invitan a su casa. Cuando llegan, una de ellas les ofrece algo para tomar: “Whisky, aspirina con coca-cola, un porro o caballo. Ya sabéis… un pinchacito”. La heroína estaba empezando a llegar a España, aún no había hecho estragos y se consideraba una sustancia para uso lúdico como cualquier otra.
GRABACIONES DE MADRUGADA
Fernando Esteso cuenta que “rodamos Los bingueros entre Madrid y Barcelona. Grabábamos de madrugada porque teníamos que esperar a que cerrase el bingo”. Aquellas maratonianas sesiones nocturnas acabaron forjando una estrecha amistad entre protagonistas y extras: “Rodábamos con un cuadro de actores catalanes a los que no conocíamos de nada y con los que acabamos yéndonos a cenar o de farra”.
Este ambiente de fraternidad entre actores provocó que el rodaje se convirtiese casi en un show diario en directo. Pajares explica que “a menudo teníamos que cortar por las risas que se generaban en la escena. Y la mayoría de las veces era el propio Mariano el que soltaba la carcajada, aunque el guión lo había escrito él mismo”.
MARIANO CANTÓ BINGO
El biógrafo Juan José Montijano explica que “Mariano Ozores no había jugado nunca al bingo antes del rodaje. Cuando llegó a la sala de Barcelona compró un par de cartones para probar aquello… y a la primera cantó un bingo, como les pasa a los protagonistas de la película”. Ozores dice no recordar aquella anécdota, pero asegura que “si me llevé algo seguro que fue muy poco porque yo nunca he ganado nada con los juegos de azar”.
Pajares también recuerda los ritmos frenéticos de trabajo que tenía que soportar. “A veces tocaba rodar en Madrid. Cuando acababa la sesión cogía el avión, que siempre me ha dado muchísimo miedo y me iba a Barcelona. Allí actuaba yo en la Sala Starlet. Por si fuese poco, un par de días a la semana presentaba un programa con Mayra Gómez Kemp y tenía que volver a volar a Madrid. Era agotador pero valía la pena”.
Por si fuese poca carga de trabajo, cuando acababa el rodaje tocaba la segunda parte: el doblaje. El sonido no se tomaba en directo en aquella época. Eran los propios actores los que ponían la voz después a sus propios personajes. En otros casos, como el de Norma Duval (esposa de Pajares en la película), era otra actriz de doblaje la que le cedía la voz. “Al no utilizar el sonido directo, eliminábamos las risas de Mariano Ozores entre otras cosas. O conseguíamos que su hermano Antonio Ozores (que interpreta a un binguero con mucha suerte) dijese por fin lo que ponía en el papel. Porque el bueno de Antonio no se aprendió un guión en su puta vida”, rememora divertido Pajares.
LA TRADICIÓN DEL PÍCARO ESPAÑOL
El profesor Juan José Montijano sostiene que la influencia de aquellas películas sigue vigente en el cine de humor español actual. “El recurso del engaño nos sigue haciendo reír. ¿Qué hace Dani Rovira en Ocho apellidos vascos? Intentar engañar a la gente para conseguir su objetivo. Esto es muy español, viene de mucho más atrás y entronca con la figura del pícaro de los clásicos de la literatura española, como el Lazarillo de Tormes o el Buscón Don Pablos”.
Pajares va más allá y apunta la influencia de Ozores en el cine internacional. Lo ilustra con otra anécdota. Una noche en Marbella le presentaron al mítico director norteamericano Mel Brooks. “Cuando me vio se puso como loco. Me abrazó y empezó a recitar títulos de mis películas. Yo estaba sorprendido y abrumado de que aquel gran director se supiese tantos títulos míos. A los pocos días tuve que volar a Puerto Rico. En el avión pusieron la última película de Mel Brooks. Cuando la vi me di cuenta de que el tío había copiado como diez o quince gags de mi película Cristobal Colón, de oficio descubridor. Normal que me conociese”.
RECONOCIMIENTO TARDÍO
Sin embargo, a pesar del reconocimiento internacional y de las estratosféricas cifras de taquilla, La industria cinematográfica española ha tardado más de cuarenta años en homenajear a Mariano Ozores. Explica Andrés Pajares que “llevo toda la vida reivindicando la labor de ese sabio del cine. Mi último cartucho fue hablar con Antonio Resines cuando fue nombrado presidente de la Academia de Cine para pedirle un premio honorífico para Mariano. Él me adelantó que este año le iban a dar el Goya de Honor”.
Otro de los estigmas que siempre ha perseguido a Mariano Ozores ha sido su supuesta afinidad al régimen franquista. Ozores lo ha negado. Le justificó al periodista Javier Zurro que “con Franco no me metí nunca, pero porque no tenía valor. No me sentía franquista. Era una necesidad que tenía la sociedad de aquel momento, igual que ahora Podemos es una necesidad”. Respecto al machismo de sus películas, Ozores defiende que “los que eran machistas eran algunos personajes, pero mis películas siempre pretendieron criticar y satirizar a la sociedad mediante el humor”.
EL CROWDFUNDING Y LA EGB
El mérito que le ha negado la crítica durante todos estos años se lo está empezando a reconocer la denominada “Generación EGB”. Existe una corriente en internet, conformada por personas nacidas entre finales de los 70 y principios de los 80, que reivindica las costumbres, productos, programas y películas de la época. De hecho, los promotores de la idea son un grupo de jóvenes nacidos en esa franja, que han propuesto la reposición de la película en los Cines Golem.
La película vuelve al cine mediante el sistema del “crowdticketing”, que consiste en proponer una película antigua en una plataforma de internet para volver a visionar en una sala de cine. Si consigue vender un mínimo de entradas (el denominado “quorum”), la película se vuelve a proyectar. “Es un crowdfunding normal. En este caso, para lograr la reposición de la cinta había que conseguir vender 60 entradas, a 6 euros cada una”. En el caso de Los bingueros, la reposición ya ha logrado agotar las 110 entradas emitidas. 37 años y mil agravios después, Los bingueros vuelve a colgar el “no hay billetes”.
Los responsables de la plataforma de “crowdticketing”, la empresa Screenly, aseguran que “estas iniciativas están siendo un éxito. En este caso ha sido Los bingueros, pero en otras partes de España ya tenemos programadas las reposiciones de otros títulos clásicos como Los Goonies o El Padrino. La gente quiere ir al cine y volver a ver los grande stítulos. Así, por un precio módico, cualquiera puede lograr el sueño de llevar una película clásica de nuevo al cine. Sólo hace falta "liar" a sesenta amigos para ir al cine.
PROYECCIÓN SIN PROTAGONISTAS
Aunque ninguno de los tres podrá asistir a la nueva proyección de “Los bingueros”, Esteso, Pajares y Ozores coinciden en señalar “la alegría que supone ver que te homenajea una generación cuyos miembros, o eran muy pequeños o aún no habían nacido”, explica Esteso, que aún sigue en activo. Se encuentra en Palma de Mallorca haciendo teatro. Recientemente acabó el rodaje de Re-emigrantes y en breve arrancará otro proyecto cinematográfico. Pajares tampoco asistirá a la reposición porque se halla convaleciente de una operación de espalda. “Esto del pilates está muy bien, pero como rehabilitación es jodido”, asegura. Mariano Ozores, por su parte, no sale mucho de casa. En octubre cumplirá 90 años. “Son muchos, pero aún tengo más películas que años, porque yo dirigí 96 cintas. Y si las siguen poniendo es porque no habrán pasado de moda. No lo habremos hecho tan mal”.