JUAN LUIS GALIACHO PEPE BARAHONA

Micaela Domecq Solís-Beaumont, a la que le gusta cabalgar por las playas gaditanas junto a sus nietos y jugar al croquet en El Puerto de Santa María, deporte que conoció en Inglaterra cuando sus padres la mandaron a estudiar siendo una niña, no se encuentra cómoda desde hace semanas.

Obsesionada con el anonimato, su mayor secreto ha salido a la luz. Esta noble jerezana, siempre escurridiza a los periodistas, se ha convertido en los últimos días en nombre habitual en la prensa del país y entre los técnicos de Hacienda. La esposa del comisario europeo de Acción por el Clima y Energía y exministro del PP Miguel Arias Cañete, primero apareció en los Papeles de Panamá por ser cotitular de cuatro cuentas corrientes en Suiza.

Este lunes, además, se supo que se acogió a la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno del que formó parte su esposo antes de irse a Bruselas. Quizás le haya venido a la cabeza aquella frase que su abuelo Juan Pedro siempre le decía al aconsejarla: “Domecq obliga”.

Según la información del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) al menos doce personas de la familia Domecq, incluida ella, figuraban como autorizados desde 2005 en la sociedad Rinconada Investements, radicada en Panamá. Así, ella podía gestionar desde la compañía del país caribeño cuatro cuentas corrientes de numeración casi correlativa depositadas en una filial suiza del Deutsche Bank. No fue hasta 2010 cuando, según la explicación de la mujer de Arias Cañete, esta sociedad abandonó su operatividad.

Arias Cañete y Micaela Domecq, en bici durante la jornada de reflexión en las elecciones europeas de 2014.

Hasta 2012, año en que el Ejecutivo español aprobó la eufemística “regularización de rentas y activos”, Micaela Domecq habría cometido un delito fiscal de haber repatriado su fortuna. Tras la amnistía del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, sólo se vio obligada a pagar un 3% del montante evadido. La noble española, libre de cualquier sanción penal, trajo a su país el dinero que durante años camufló en territorio helvético.

JUNTO A RATO, BÁRCENAS O LOS PUJOL

Hoy, Micaela Domecq forma parte del listado de 29.000 personas que regularizaron sus fortunas hace cuatro años. Su nombre aparece junto al de otros españoles que se han visto envueltos por la polémica y con problemas en los juzgados: Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, los hijos de Jordi Pujol…

Aquella decisión pone en el disparadero a su marido, quien según cuentan en Jerez de la Frontera (Cádiz) -donde residen en un céntrico chalet- la conquistó recitándole versos del poeta granadino Federico García Lorca. El comisario europeo no se ausentó del Consejo de Ministros en el que se aprobó la amnistía fiscal que acabaría beneficiando a su esposa. Una incompatibilidad de la que aún no ha dado explicación alguna.

Arias Cañete ya se vio envuelto hace años en un asunto turbio. Tampoco se abstuvo en la aprobación de una ley que prohibía los repostajes en mitad del Estrecho de Gibraltar pese a ser accionista de una petrolera que operaba en Ceuta y que compartía con la familia de su mujer, cuya propiedad formal es de una empresa pantalla con sede en Holanda.

Hasta 2012 las sociedades que administró el propio Arias Cañete antes de ser ministro estaban controladas desde la firma holandesa Havorad BV, con ramificaciones en Costa Rica, Panamá y Antillas Holandesas.

El exministro ha mantenido intereses comunes empresariales tanto con su mujer como con uno de sus mejores amigos y a su vez cuñado, Miguel Domecq Solís. Todo a través de las petroleras Dúcar y Petrologis. Entre las empresas investigadas de la familia también figuran Arias y Domecq SL, que en 2014 pasó a ser Sidonia Inversiones, presidida por el mencionado cuñado de Cañete.

LA SIGILOSA AMANTE DE LOS CABALLOS

Micaela Domecq, de 59 años, es muy aficionada a montar a caballo. Sola y acompañada. No es extraño verla cabalgar durante las tardes de verano, con la caída del sol, junto a alguno de sus nietos por la playa de Vista Hermosa, una exclusiva urbanización de El Puerto de Santa María.

En esta población gaditana, a veinte kilómetros de Jerez, su familia promovió durante años un torneo de golf, considerado durante los 80 como el mejor campeonato de Andalucía para aficionados.

La mujer de Arias Cañete es socia del club de croquet de la urbanización portuense. Un deporte muy british que para empezar a jugarlo obliga a comprarse un equipo de palos que ronda los 1.700 euros. Es una práctica deportiva tan poco arraigada en España que sólo se juega, además de en El Puerto, en Jerez, en el club Pineda de Sevilla y en el de Puerta de Hierro, en Madrid.

Micaela, mujer prudente y poco dada a aparecer en prensa -le parece una horterada-, suele usar su tiempo de ocio para darse a la lectura y a la música clásica. También a la heráldica, de la que se enamoró de pequeña, cuando se quedaba embelesada viendo escudos nobiliarios en casa de su abuelo. En su ciudad natal, donde estos días no se le ha visto por la Feria del Caballo, cuentan que camina con cierto aire de superioridad.

El matrimonio, durante un corrida en Las Ventas en 2003. / EFE

Aunque es una persona comedida, es quien lleva las riendas de su casa dado su carácter fuerte. No se sabe cómo le sentó que su marido dijera que no quería debatir con Elena Valenciano (PSOE) días antes de las elecciones europeas de 2014 porque “si demuestras superioridad intelectual o acorralas [a una mujer], es machista”.

EL ORIGEN DE UNA PODEROSA FAMILIA

Pero ¿de dónde procede el poder familiar de esta rama de los Domecq? El origen de todo el entramado empresarial de esta saga lo encontramos en Juan Pedro Domecq Díez, abuelo de Micaela. Su legado lo tomaría años después su hijo, que se llamaba como él.

Juan Pedro hijo estuvo casado con Matilde Solís-Beaumont y Atienza, hija de los marqueses de Valencina Fernando Solís e Isabel Martínez Campos, influyente familia conservadora sevillana perteneciente al Opus Dei.

Como era y es tradición en los Domecq, la familia resultó numerosa. Juan Pedro y Matilde, padre de Micaela, tuvieron diez hijos y a todos les dieron estudios universitarios.

Micaela y Arias Cañete, que en la intimidad hablan en francés e inglés, se conocieron de jóvenes. Él, nacido en Madrid en 1950, se convirtió en abogado del Estado en 1974. Siendo un veinteañero se trasladó hasta Jerez para trabajar en la Delegación de Hacienda de la ciudad del vino fino. Al poco de su llegada, conoció que la que tiempo después se convertiría en su esposa era ferviente lectora del poeta portuense Rafael Alberti y del granadino García Lorca. Y con sus versos ellos la cautivó.

Años después, en los inicios de su carrera política, acabaría siendo uno de los hombres clave de Alianza Popular con Manuel Fraga y Antonio Hernández Mancha. Micaela era un guapa joven educada en colegios ingleses y licenciada en Derecho, aunque nunca llegó a ejercer como abogada ya que tras la muerte de sus padres heredó numerosas posesiones inmobiliarias y ganado en Extremadura, Cádiz y Sevilla. Ahora, en aquellos latifundios legados por su padre, es frecuente verla pasear a lomos de sus caballos pura sangre.

“UN DOMECQ NO ES UN CUALQUIERA”

Micaela Domecq -siete años más joven que su marido- es una mujer en apariencia calmada, discreta y de fuertes creencias religiosas. Quienes la conocen aseguran que en los últimos días se encuentra nerviosa.

Quizás sea lógico ya que la prensa ha aireado que figura en el listado de Personas Políticamente Expuestas (PEP) que la Agencia Tributaria envió al Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales por si “el dinero opaco” procedía de cualquier actividad derivada de las funciones del actual comisario europeo de Energía.

Micaela Domecq es una de las principales subsidiadas por la Unión Europea. Hoy en día, la saga de los Domecq, junto a la Casa de Alba y al ganadero albaceteño Samuel Flores -amigo íntimo del Rey Juan Carlos- figura entre los tres grandes latifundistas de España. Como se escucha en Jerez, “un Domecq no es una persona cualquiera”.

Se trata de una de las familias más beneficiadas por las millonarias ayudas o subvenciones agrícolas procedentes de la Política Agraria Común (PAC) de la UE. Ingentes cantidades de dinero que captan a través de sus sociedades, como Cabaña Vejer SL (empresa agrícola donde Micaela es administradora única) y otras familiares como Agrícola de Barbate y Complejo Agrícola.

En una ocasión, compareciendo en un comisión de investigación del Parlamento extremeño sobre unas ayudas obtenidas, reconoció desconocer cuántos jornaleros trabajaban en sus tierras.

La mayor parte de sus fincas, por las que reciben estas ayudas comunitarias, se encuentran en la provincia de Cádiz, aunque la sociedad Agrícola de Barbate está domiciliada en el castizo barrio madrileño de Chamberí, donde Micaela también tiene residencia.

Como sus hermanos, ha mantenido su correspondiente participación en los negocios y ganaderías familiares, pero siempre a expensas de lo que decían los dos ideólogos y cabecillas de la saga, que son Juan Pedro (ya fallecido) y Borja. Estos dos son los que han mantenido una mayor atención y dedicación por la cría y el negocio del mundo del toro.

LA MUERTE DE UN HERMANO LA TRAUMATIZÓ

Una de las experiencias vitales más traumáticas para Micaela fue la muerte inesperada de su hermano Juan Pedro, a quien estaba muy unida. Falleció a consecuencia de un accidente de tráfico en Higuera de la Sierra (Huelva) cuando se dirigía hacia su finca sevillana de Lo Álvaro. Su vehículo colisionó contra un camión, ya muy cerca de la dehesa, y el choque frontal provocó su muerte instantánea.

Juan Pedro estuvo casado durante años con María Teresa de Morenés y de Urquijo, condesa del Asalto y pariente del actual ministro de Defensa, Pedro Morenés. El hermano de Micaela rompió su matrimonio para empezar una relación sentimental con una joven periodista.

Un hombre juega a crocket en Vista Hermosa, El Puerto de Sta. María (Cádiz).

Dicen los llamados taurinos de clavel, los de la barrera, que no hay torero ni plaza que se honre de estar entre las más grandes y que no cuente en su cartel con una ganadería de los Domecq.

Los negocios familiares de Micaela Domecq y Miguel Arias Cañete, al margen de los toros, siempre han estado vinculados a las extensiones agrícolas, a las incursiones inmobiliarias, a la logística, a la alimentación (tienen una empresa de helados), al sector petrolero (a través de las empresas de bunkering -suministro de combustible a buques en mitad del mar-), y a los viñedos y bodegas, con dos empresas insignia, Pedro Domecq S.A y Álvaro Domecq S.L. El brandi es la bandera de ambas.

Esta saga de los Domecq cuenta con reputación y reconocimiento en el mundo del toro, principalmente entre los que viven de él. Fue en 1977 cuando esta rama familiar heredó el famoso hierro de Veragua, encaste histórico en la tauromaquia española.

Hoy, a las puertas del pueblo gaditano de Vejer de la Frontera se encuentra Jandilla, la finca solariega de la familia Domecq. Esta ganadería la lidera hoy Borja Domecq, sucesor de su padre al frente de ella.

AZNAR, EN LA BODA DE SU HIJA

Los Cañete-Domecq tienen tres hijos (dos varones y una mujer), que les han dado ya cuatro nietos. Precisamente, la hija mayor de Arias Cañete, Micaela Arias Domecq, técnico comercial del Estado, se casaba en loor de multitudes en Jerez de la Frontera en julio de 2005. Lo hizo, como no podía ser de otra forma y para que todo quedara en casa, con un pariente lejano, Germán Domecq Wenetz, economista del Estado.

A la gran boda asistieron el ex presidente del Gobierno José María Aznar y su esposa Ana Botella, quienes tras su salida del Ejecutivo situaron a Arias Cañete al frente del área económica del PP en la sede popular de Génova. En la boda no faltó el flamenco, algo que le gusta mucho al matrimonio.

La 'niña' Micaela también fue designada como miembro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pero la polémica de su nombramiento hizo que renunciara a su cargo, al igual que hizo Leticia de Guindos, sobrina del actual ministro en funciones de Economía y Competitividad.

Arias Cañete, en rueda de prensa como comisario europeo de Acción por el Clima y Energía. / EFE

Los Domecq siempre han estado muy ligados a la Fundación Jerezana de la Santa Caridad, institución que ellos mismos fundaron hace un siglo y que Micaela y Arias Cañete rescataron en 1980.

Fuentes cercanas a la familia señalan que las pocas apariciones públicas que realiza Micaela Domecq están relacionadas con la beneficencia. Hace años, esta fundación se financiaba con los ingresos del rastrillo de La Almoneda, que se celebró por última vez en 2007 debido a la falta de ingresos.

Esta fundación se encarga del bloque de las viudas, situado en la barriada de La Plata de Jerez, una de las más desfavorecidas de la ciudad. En la actualidad, pocas familias viven en estas sesenta viviendas, cedidas para su alojamiento permanente desde su creación en los años 60 y con un coste de alquiler de 60 euros al mes desde hace unos meses.

ARIAS CAÑETE, SIEMPRE CON LOS DOMECQ

Los hijos varones de Arias Cañete y Micaela Domecq están vinculados a las empresas familiares de la noble familia. Este nexo familiar directo del exministro del PP con los Domecq le trajo algún que otro quebradero de cabeza cuando formó parte del Gobierno de José María Aznar.

Al ser miembro del Gabinete de Aznar se vio en el compromiso de mediar ante la solicitud de extradición de la Justicia norteamericana hacia Michael Domecq Cook, hijo de Pedro Domecq González y primo segundo de Micaela.

Fachada del ‘bloque de las viudas’, situado en la barriada de La Plata de Jerez. /Fernando Ruso

El hijo del patriarca de los Domecq González estaba acusado de una presunta estafa, blanqueo de capitales y evasión de impuestos en EEUU. El por entonces ministro de Justicia, José María Michavila, muy amigo de Cañete, evitó que se aprobara la extradición solicitada por Washington, aunque la familia siempre lo negase.

“SER ALGUIEN AQUÍ ES SER CABALLO O DOMECQ”

El secretario local de Comisiones Obreras (CCOO) en Jerez, Rafael Tejada, asegura que “mires a donde mires en el horizonte jerezano, todas las tierras están en manos de apenas cuatro familias, y una de ellas es la de los Domecq”.

Tejada, que conoce bien la trayectoria de Micaela, dice que la ciudad donde residen la noble y el político del PP “tiene mucha reminiscencia del señorito andaluz”.

La influencia de este apellido también se evidencia en una de las instituciones con más solera de Jerez, el Consejo Regulador de los vinos con esta denominación, presidido por Beltrán, hermano de la mujer de Cañete. Como se dice en la población gaditana, “en Jerez, para ser alguien tienes que ser un caballo o ser Domecq”.

Aunque durante estos días de feria, que termina este fin de semana, la ciudad está vacía y el bullicio se concentra en el real, mucho se está hablando en las atiborradas casetas acerca de lo sucedido a Micaela Domecq. Nadie la ha visto pisar el albero vestida de gitana, como años atrás. Tal vez ahora esté recordando aquellas palabras de su abuelo. “Domecq obliga”.

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