Pepe Barahona Fernando Ruso

El pasado día de los Reyes Magos Adolfo recibió el peor regalo posible. Estaba en casa y armándose de valor le comentó a su padre que algo raro pasaba. Tenía unas manchas negras en el interior de la boca y grandes hematomas repartidos por varias partes del cuerpo. Alarmada por el hallazgo, la familia corrió al centro de salud de su pueblo y de ahí a Urgencias del hospital Virgen Macarena de Sevilla. El diagnóstico tardó apenas horas en llegar: leucemia. Un regalo de Reyes que jamás olvidará.

La noticia no desdibujó la amplia sonrisa de Adolfo, un chico joven que estrenó los 16 años en la cafetería del hospital. Tampoco la de su madre, Mariloli, bien conocida en su pueblo, Tocina y Los Rosales, dos núcleos de población de unos 5.000 habitantes cada uno, situados en la Vega del Guadalquivir, a media hora de Sevilla. Dos meses de hospitalización y varios ciclos de quimioterapia después, Adolfo sigue sonriendo.

“Él esta fuerte, nos dice que se va a curar y nos infunde mucho ánimo al resto de la familia”, comenta Adolfo, el padre, trabajador de la construcción o de la agricultura según vaya saliendo. “Por su cabeza no pasa que le pueda pasar algo malo”, añade. “Los médicos son optimistas, insisten en que está reaccionando bien al tratamiento y tratan de restarnos ansiedad, nos dicen que no corramos, que vayamos poco a poco, día a día”.

Los padres de Adolfo, Maria Dolores Crespo y Adolfo Sánchez, despedidos por sus vecinos de camino al hospital para visitar a su hijo. Fernando Ruso

Pero Adolfo necesita un trasplante de médula ósea. Y la noticia ha disparado el resorte de la solidaridad en su pueblo. En apenas una semana, a cincuenta o sesenta peticiones de registro como donantes de médula en los hospitales de Sevilla por día, los tocinenses han colapsado el sistema de salud en la capital andaluza. “Hay muchos vecinos que han ido a inscribirse y se han tenido que volver porque no los han dejado, dicen que no tienen a suficiente personal para atender esta avalancha de peticiones”, concreta Verónica Andreu, que lanzó la campaña #1MinutoXUnaVida en las redes sociales.

Este jueves, más de 200 vecinos de Tocina abarrotaban el centro cívico Tomás y Valiente en busca de una explicación a tan extraño comportamiento. “¿Por qué nos echan para detrás?”, se preguntaban antes de que el coordinador del Centro de Transfusión Sanguínea de Sevilla, Manolo Marín, explicase ante el auditorio el porqué de tan aparente contradicción.

EL DONANTE DE ADOLFO NO ESTÁ EN SU PUEBLO

“Vuestra futura donación no servirá para Adolfo, las probabilidades de compatibilidad son nulas, cero”, concretaba el experto ante las caras de decepción de los allí congregados, gente de dispar sexo, edad y condición. “Cuando alguien se registra como posible donante debe saber que vuestro gesto puede salvar a alguien que no conoce, a alguien de Japón, de Canadá… Y que quizás el teléfono no le suene hoy, ni mañana, sino dentro de veinte años o tal vez nunca, pero que cuando suene debe estar listo para cumplir con el compromiso que adquirió el día en el que se hizo donante”, remachó Marín.

Algunos, los menos, abandonaron el auditorio; otros siguieron escuchando las indicaciones que el especialista daba ante la atenta mirada de los padres, familiares y amigos de Adolfo, que acababa de llegar a su casa después de recibir el alta hospitalaria. “No hay prisa para hacerse donante; si bien es cierto que aumentando el número de registros se aumentan las posibilidades de quienes padecen la enfermedad”, explicó Marín a los vecinos, que en algunos casos venían hastiados por la atención recibida en los hospitales sevillanos tras no poder registrarse como donantes.

Una vecina de Tocina se derrumba durante el acto de esta tarde. Fernando Ruso

“Yo pienso que no quieren donantes de médula”, arguye Joaquín Crespo, tío materno del joven Adolfo. Esta semana, después de ver la evolución de su sobrino, decidió acercarse al hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Los médicos estaban nerviosos, como saturados por el trabajo”, detalla. También asegura que le quitaron las ganas de donar, pero que insistió por todos los que como su familiar están esperando a un donante compatible.

PABLO RÁEZ, EN LA MEMORIA DE TODOS

En su sobrino pensaba cuando le tomaban la muestra de sangre, también su hermana, en su cuñado y en la familia que tan mal lo está pasando por culpa de este amargo trance. Y a su mente también se le vino la imagen de Pablo Ráez, el joven malagueño que falleció el pasado sábado después de un largo tiempo batallando con la leucemia y movilizando a las masas para incentivar las donaciones. “Él ha abierto el camino y esto debe seguir adelante”, asegura Joaquín.

En Andalucía, el número de donantes de médula ósea superó las 40.000 personas en 2016, según explicó el coordinador del Centro de Transfusión Sanguínea de Sevilla. Un dato que dista mucho de los habituales 700 registros en años anteriores. La razón: Pablo Ráez.

Joaquín Crespo, tío de Adolfo. Fernando Ruso

Pero mencionar el nombre de Pablo en presencia de los padres de Adolfo desencadena un gesto torcido, miradas que se bañan en lágrimas. “Cuando supe de su fallecimiento me quedé sin palabras, no supe decírselo a mi mujer”, recuerda Adolfo. “Yo lo seguía desde mucho antes de que le diagnosticaran leucemia a mi hijo pero dejé de leerlo porque me afectaba mucho; ha sido un palo muy gordo, caí en la desesperanza y me invadieron los peores temores”, añade el padre del joven de Tocina.

“Pero nosotros no estamos para pensar eso”, zanja Mariloli, optimista con el progreso de su hijo, un chico tímido, que cursa 4º de la ESO y que pasa el tiempo de ocio delante de la pantalla del ordenador y con sus amigos. “El curso lo perderá”, apunta el padre. “Pero ya tendrá tiempo de recuperarlo”, puntualiza poco después.

EL CALOR DEL PUEBLO, UNA AYUDA

Ahora, sus esfuerzos se centran en superar la leucemia. Y ahí es vital un estado de ánimo que se ve reforzado por el apoyo de todo su pueblo. “Hemos sentido el gesto de los vecinos, su calor y afecto; con independencia de que sus donaciones sean más o menos útiles para salir de la enfermedad, estas muestras de cariño nos están sirviendo de mucho”, concreta Adolfo padre, que mantiene apartado a su hijo del foco mediático.

También de los rumores de su propio pueblo, pequeño y en el que todos se conocen. Tocina es un pueblo agrícola, que vive de la fruta y los cultivos de secano. Lo que en tiempos fue un apeadero de la línea de Renfe que conecta Lora del Río y Sevilla, hoy acoge a una población de más de 5.000 vecinos, que con su gesto solidario se ha granjeado el orgullo de su alcalde el andalucista Francisco José Calvo Pozo.

“En esto no hay quien nos gane —valora el regidor—, y que España, y especialmente Andalucía, sea el primer país en algo tan altruista como la donación de órganos es algo tan bonito”. “Ahora le hemos puesto cara a la enfermedad, y obviamente la gente se ha sensibilizado”, añade.

Las responsables de redes de la campaña 1 minuto x una vida. Fernando Ruso

SOLIDARIDAD CONTROLADA

“Hablamos de canalizar toda esa solidaridad y ver cómo podemos ayudar, fomentando esta inercia de donaciones que ha surgido de forma espontánea, sin que se lleguen a colapsar los servicios médicos”, sostiene el alcalde.

En los bares, en los comercios, en las calles de Tocina se habla de Adolfo con cercanía. Los vecinos siguen atentos a su progresión. Le preguntan a los familiares. “Tenemos esperanzas de que todo va a ir bien y que de entre los 30 millones de personas que están registradas en el mundo como donantes de médula habrá alguien que encaje con Adolfo”, apunta Calvo Pozo.

Mientras, Verónica Andreu, quien ha redoblado esfuerzos para hacer que la campaña #1MinutoXUnaVida siguiese sumando adeptos, avisa de que su quehacer seguirá más allá de la cura de Adolfo.

Manuel Marín, coordinador médico del Centro de Transfusión de Sevilla. Fernando Ruso

“El objetivo, siguiendo el legado de Pablo Ráez, es multiplicar las donaciones, porque así multiplicaremos las posibilidades, ya no para Adolfo, sino para todos aquellos que tienen la enfermedad”, comenta Andreu, apoyada por todo un equipo de padres de compañeros de pupitre del joven.

De momento, salvando las distancias con el caso de Pablo Ráez, ya han conseguido que muchos rostros conocidos hayan prestado su voz y su imagen para promocionar el lema de la campaña en las redes sociales. Jugadores de fútbol de los equipos andaluces, toreros, cantantes, humoristas, presentadores de televisión… La lista es tan grande como lo son los ánimos que recibe Adolfo.

Medicina, y no en píldoras, que dan vida a un chico joven, Adolfo, que cuenta los días para olvidar ese traicionero regalo de Reyes Magos al que llamaron leucemia.

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