Más de mil personas acudieron al funeral de Miguel Blesa, celebrado el viernes 21 de julio a las siete y media de la tarde en la iglesia de San Francisco de Asís de Linares. El acto fue oficiado por José Rodríguez, párroco de la misma.
El acto comenzó puntual y acabó más tarde de lo previsto. La puerta principal de la iglesia, en la Plaza de San Francisco, sirvió de entrada para los ciudadanos que se acercaron a dar el pésame a la viuda y a los hijos de Miguel Blesa o simplemente querían oír misa. La puerta secundaria, en la calle Viriato, fue el punto de acceso y de salida de familiares y allegados del expresidente del Consejo Caja Madrid.
Tal y como se esperaba tras el entierro, celebrado esa misma mañana en el cementerio jardín Virgen de Linarejos, ni José María Aznar, Ana Botella, Rodrigo Rato o cualquier otra amistad selecta del difunto hicieron acto de presencia. Sí acudió Juan Bautista Lillo, alcalde de la ciudad por el Partido Popular entre 1995 y 1999, además de subdelagado de Gobierno en la provincia de Jaén entre 2012 y 2016. También asistió a título personal Ángeles Isac, actual portavoz de la misma formación el Ayuntamiento. Ella misma lo confirma a este periódico: “Cuando fui concejala de gobierno me ayudó mucho, en muchas cosas. Conmigo fue todo un caballero. Sus relaciones personales ayudaron mucho a Linares”.
Cuando el último de los asistentes abandonó la iglesia, los espectadores se fueron dispersando a la par que los periodistas y fotógrafos recogían sus bártulos. La Policía Local habilitó de nuevo el tráfico y las calles recuperaron su aspecto habitual, mientras que los transeúntes continuaron con sus planes para una tarde-noche de viernes en la que no hacía demasiado calor. Su ciudad había vuelto a salir en los medios nacionales, y eso siempre da que hablar. Al menos en Linares, tierra natal de Miguel Blesa, mal les pese a sus habitantes.