El mutismo y la estupefacción son la tónica hoy en Alcalá de Henares. El municipio, a poco más de media hora de la capital de España, se ha despertado con la noticia de que una auxiliar de enfermería había sido detenida por matar a una paciente -de 86 años- a punto de recibir el alta. Tanto en el Hospital Príncipe de Asturias como en el barrio de la acusada, Beatriz L.D., nadie podía creerse la noticia.
"No pensábamos que era Bea. Es impensable, es una chica bastante maja que no daba problemas ni daba que hablar", cuenta una de sus vecinas, con la que mantenía una buena relación. Beatriz, además de trabajar como auxiliar en el hospital alcalaíno desde hacía diez años, se ganaba un dinero extra limpiando las escaleras de su bloque e incluso "se quedaba con gente que estaba sola en el hospital por las noches con tal de sacar a su hija adelante", relata otro vecino.
En su portal, en una calle céntrica de Alcalá de Henares muy cercana a la estación de ferrocarril, la noticia ha caído como un jarro de agua fría. Lleva "por lo menos doce años" viviendo ahí y sus vecinos la describen como una persona "súper social, súper agradable, muy simpática".
Silencio impuesto en el hospital
Pese al silencio del centro sanitario donde trabajaba Beatriz y en el que tuvo lugar el suceso el pasado jueves, los pacientes no han podido dejar de mostrar su sorpresa. "El personal aquí, aunque es muy joven y tiene mala fama por ser recién licenciados, es muy amable y muy educado", cuenta un hombre de mediana edad que acaba de ser dado de alta y que rehúsa dar su nombre a EL ESPAÑOL. Una señora mayor, que viene de ser operada y que visita regularmente el hospital, reconoce a Beatriz cuando la reportera le muestra una fotografía. "Claro que me suena su cara porque hemos estado ingresados en la unidad, pero es una muchacha que nunca ha dado un ruido. Si hubiera habido algo extraño lo habríamos notado", afirma la mujer.
La auxiliar de enfermería estaba destinada en Medicina Interna, situada en la quinta planta del hospital. Llevaba diez años trabajando allí. "Cuando nos hemos enterado hemos pensado que era alguien que había entrado para el verano, porque no nos lo creíamos", cuenta una enfermera a este periódico, sin añadir ningún dato más por temor. La dirección del centro ha impuesto silencio informativo sobre el tema, según ha podido saber este diario.
La noche del pasado jueves una mujer de 86 años, que estaba a punto de salir del hospital con el alta médica, sufrió una recaída y falleció a los pocos minutos. Los hechos sorprendieron a los médicos que la acompañaban porque no presentaba ningún síntoma que pudiera hacer prever este desenlace. Las primeras sospechas indicaban un fallo de medicación.
Tras varias pruebas al cuerpo ya sin vida de la mujer, los médicos descubrieron una burbuja de aire que habría sido inyectada en su corazón, desvelada por un TAC, y se percataron de que estaban ante un posible asesinato, por lo que informaron a la Policía y al juzgado de guardia.
Se investigan posibles casos anteriores
Tras varios interrogatorios a todo el personal que había estado en contacto con la paciente, la policía determinó que la auxiliar sería, posiblemente, la responsable del crimen. El sábado fue detenida y la juez ordenó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza, en la cárcel de Alcalá-Meco.