El enredo judicial que rodea el caso de Juana Rivas parece no tener salida. Hasta el momento, y más allá de declaraciones y cartas de una y otra parte, la justicia no ha dado la razón a la madre de Maracena, en paradero desconocido desde el 26 de julio, cuando huyó con sus dos hijos de 3 y 11 años. Sin embargo, los apoyos en la calle y en las redes sociales se inclinan de forma mayoritaria por la causa de Juana Rivas y en contra de su expareja, Francesco Arcuri.
Sólo un juez respaldó a la mujer en una ocasión. Ocurrió en 2009, cuando el padre italiano fue declarado autor de un delito de lesiones en el ámbito familiar y fue condenado a tres meses de prisión.
Este miércoles se esfumaba el último cartucho de Juana para quedarse con sus hijos. El Tribunal Constitucional, donde estaban depositadas todas las esperanzas de la madre, rechazaba admitir el recurso de amparo para suspender la sentencia que ordenaba entregar los menores a su ex.
Quien sí defiende a Juana es la opinión pública. Prueba de ello son las distintas protestas celebradas este lunes a favor de esta mujer de 36 años en varias ciudades de la geografía española: Granada, Málaga, Valencia, Madrid, Pamplona, etc.
Este miércoles se cumplen tres semanas de su ‘desaparición’. Desde ese día, la situación procesal de la madre se ha ido complicando con cada uno de los pasos judiciales que ha dado, siempre asesorada por Francisca Granados, directora de Igualdad del Ayuntamiento de Maracena. Repasamos las decisiones judiciales que empañan el futuro de Juana Rivas junto a sus pequeños.
1. Ir al TC demasiado pronto
El 31 de julio, cinco días después de que Juana incumpliera la orden que la obligaba a entregar sus niños al padre italiano, sus abogados tocaban la puerta del Tribunal Constitucional. Formalizaron un recurso de amparo solicitando que en su caso prevaleciera “el interés superior del menor”.
Ese mismo día, pocas horas después, el Alto Tribunal acordaba no suspender la orden contra la madre. Los magistrados consideraban que era demasiado pronto para acudir al Constitucional. Juana perdía su primera ‘batalla’: su demanda de amparo era prematura y el TC aconsejaba a la madre agotar primero la vía judicial ordinaria.
2. Juana no comparece
El 8 de agosto, cuando sumaban ya 13 días desde que Juana huyera con sus hijos, los dos progenitores estaban citados a comparecer ante el Juzgado de Instrucción 2 de Granada, el órgano que tramita la denuncia presentada por Francesco Arcuri.
La madre debía responder como denunciada por varios delitos: sustracción de menores, desobediencia a la autoridad judicial y violencia psicológica habitual contra los hijos. Sin embargo, Juana jamás se presentó.
3. Orden de detención
Ante la inasistencia de la madre, obligada por la ley a comparecer, el juez decretó ese mismo 8 de agosto una orden de detención. Juana pasaba de estar en paradero desconocido a estar fugada. El magistrado ordenó a las Fuerzas de Seguridad que investigaran su paradero y la condujeran a presencia judicial. Desde ese día, sobre ella pesa una orden de búsqueda y captura.
La defensa de Arcuri pedía también prisión para la mujer, pero el magistrado consideró que no procedía “la adopción de otras medidas cautelares” dado que Juana no había sido oída.
4. Se desestima el incidente de nulidad
Después de que el Constitucional no amparara a la madre granadina, los abogados de Juana Rivas acudieron a la Audiencia Provincial de Granada, donde formularon un incidente excepcional de nulidad.
La sala admitió a trámite la medida, una noticia que el entorno de la mujer acogió de forma positiva. Pero el 10 de agosto, cuando ya pesaba sobre ella una orden de detención, la Audiencia desestimó el incidente de nulidad, llegando a criticar incluso la “actitud desafiante” de la mujer mientras retenía “no se sabe en qué condiciones” a sus hijos. Nuevo revés judicial para Juana Rivas.
5. Segundo recurso de amparo
Era su última posibilidad. Y existía jurisprudencia al respecto. Si la primera vez, el 31 de julio, el Alto Tribunal consideraba que el recurso de Juana era demasiado apresurado, este miércoles lo rechazaba por estar fuera de plazo. En concreto, la sala de vacaciones del tribunal alegaba “extemporaneidad” en la presentación de la demanda de la mujer.
¿Qué le queda a Juana? Después de todas estas derrotas judiciales, ahora sus abogados confían en que la denuncia por malos tratos que la madre presentó hace un año contra Francesco Arcuri siga adelante. Lo hizo el 12 de julio de 2016, dos meses después de huir de Carloforte (Italia). En su denuncia, relataba una convivencia llena de “amenazas, insultos y vejaciones” por parte de Arcuri y, en definitiva, un escenario de continuos malos tratos.
Hasta ahora, ese papel “dormía en un cajón” esperando ser tramitado y traducido al italiano. Sin embargo, y precisamente cuando el caso ha saltado a todos los medios, el Ministerio de Justicia remitió el 10 de agosto a Italia la denuncia. Junto al recurso que presentará ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, puede ser la última bala de Juana.
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