“La democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos demás”, sentenciaba el conservador británico Winston Churchill allá en los años 40. El revuelo provocado por el 1-O vuelve a poner sobre la mesa los interrogantes arrastrados desde que el referéndum se materializó como una posibilidad en mayo de este año. EL ESPAÑOL repasa las incógnitas que rodean a este elemento imprescindible para la celebración de cualquier votación democrática.
¿Se han fabricado urnas ex profeso para el 1-O?
Un experto con más de 30 años en la industria del plástico indica a EL ESPAÑOL que cuestiona la hipótesis de que las urnas se hayan fabricado ex profeso y en España: la situación del metacrilato en Europa es complicada, “tanto la escasez del stock, como el precio desorbitado de este material me hacen pensar que las urnas no se han hecho aquí”, comenta este catalán, que prefiere mantenerse en el anonimato.
“Ocho mil urnas con las características que solicitaba la Generalitat se tardan mucho en hacer, y a eso añádele el proceso de organización y reparto”, subraya. Una de los supuestos que baraja esta fuente es que las urnas vengan de un país asiático. “Quizás se hayan hecho con un material parecido al metacrilato, como el polietileno”.
¿Se van a utilizar las de elecciones anteriores? ¿Dónde estarían?
La RAE define colegio electoral como el sitio donde se puede acudir a votar, o “el grupo de electores que pueden ejercer su derecho al voto en un determinado lugar”. Ese “determinado lugar” lo deciden los ayuntamientos, suelen ser instituciones públicas y tienen que cumplir unos requisitos de accesibilidad.
Normalmente las urnas permanecen en los colegios electorales y la propia institución en la que se ha establecido es la responsable de estos recipientes. En caso de que se rompan, son las subdelegaciones del Gobierno de cada municipio las que se hacen cargo de reponer los cubículos. Más concretamente, funcionarios de esta entidad pública que reciben unas dietas a cambio de sus servicios.
Según los datos del Ministerio de Interior, Cataluña tiene 947 municipios y 8.012 mesas electorales. El número de ayuntamientos gobernados por partidos independentistas es mayoritario: Convèrgencia i Unió (CiU) gobierna en 429 ayuntamientos, Esquerra Republicana en 259 y la CUP en 16. Es decir: cerca del 73% de los ayuntamientos catalanes están a favor del secesionismo.
Características de las urnas
El presidente de la Generalitat, Carles Puigemont, sostenía que las urnas que iba a comprar serían reglamentarias, de metacrilato. El Real Decreto 605/1999, de 16 de abril, de regulación complementaria de los procesos electorales es el encargado de supervisar que las urnas electorales cumplan una serie de requisitos muy específicos. En caso de que las urnas del 1-O sean fieles a esta legislación, “serán de un material resistente y transparente” además de ocupar, una vez plegadas, el menor espacio posible.
Las medidas son, también, una característica fundamental para que este simple recipiente se convierta en un instrumento para la democracia. El interior: 42 centímetros de largo, 31 de alto y 29 de ancho; según recoge esta normativa. El exterior, por su parte, no puede rebasar en más de tres centímetros estas medidas, establecidas por el Ministerio de Presidencia en 1999.
¿Cuál es la diferencia con las del 9-N?
El contraste entre las urnas utilizadas en el 9-N y las misteriosas que, presuntamente, protagonizarán el 1-O es más que evidente si se tira de hemeroteca y declaraciones oficiales: el único requisito legal que cumplieron aquellos receptáculos fue la plegabilidad. Las urnas del 9-N eran de cartón y una ventana plastificada permitía ver cómo caían las papeletas, que se iban acumulando durante de la jornada. ¿Su coste? Dos euros por caja: unos 12.000 de gasto total en los cubículos, ya que se estimó que serían necesarias 6.000 unidades. El Centre d’Iniciatives per a la Reinserció (CIRE) fue el encargado de construir estas urnas, que tanto se alejan de las expectativas que diversas personalidades independentistas han creado a través de sus declaraciones.
Las urnas de la consulta de 1-O serán diferentes. Jordi Manyà, miembro de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), afirmaba hace un mes que habían comprado 8.000 urnas cuyo coste ascendía a 145.000 euros (unos 19 euros por urna). Por otro lado, durante el proceso de compra de las urnas, la Generalitat solicitó dos lotes a las empresas que salieron a concurso: urnas electorales transparentes y urnas de cartón, según indica el acta del concurso público.
¿Cuánto ocupan 8.000 urnas como las que se pretenden colocar?
Comentaban los ciudadanos de Barcelona este lunes que algunas asociaciones independentistas ya estaban a pie de calle entre pancartas y puestos haciendo un reclamo a los votantes en forma de propaganda y urnas ficticias. Transparentes, sí, pero “del tamaño de una hucha”, según residentes con los que se ha puesto en contacto este medio. Para llenar una piscina olímpica harían falta unas 5.000 urnas. Si se colocasen las 8.000 urnas que presuntamente ha comprado la Generalitat y se ubicaran en una piscina olímpica se necesitaría más de la mitad de otra piscina olímpica para que todas cupiesen.
¿Quiénes las retirarían?
En primera instancia, esta responsabilidad recae en las espaldas de los Mossos d’Esquadra. Sin embargo, el hecho de que la Generalitat sea el organismo que gestiona este cuerpo policial, podría causar una colisión entre la seguridad autonómica y el poder, cuyo resultado concluiría en la no participación de los Mossos en la guerra de las urnas. En caso de que este acontecimiento se produjese, la Policía Nacional o la Guardia Civil serían los encargados de requisar las urnas.
La Constitución lo tiene claro: el artículo 155 sostiene que, "si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las
medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general". Esto se traduce en que el Senado, controlado con una mayoría absoluta por el Partido Popular, sería quien podría tomar la decisión concluyente sobre el papel de las fuerzas de seguridad catalanas en el conflicto de las urnas.